Los estadounidenses vacunados contra la Covid-19 ya no tendrán que llevar mascarilla en espacios interiores, anunciaron este jueves 13 de mayo las autoridades sanitarias al avanzar que pondrán al día sus recomendaciones.
“Todo el que esté completamente vacunado puede participar en actividades en interior y exterior, pequeñas o grandes, sin llevar mascarilla o [respetar] distancia física”, declaró este jueves Rochelle Walensky, la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), principal agencia federal de salud pública del país.
“Si uno está completamente vacunado, puede comenzar a hacer las cosas que dejó de hacer debido a la pandemia”, agregó en una sesión informativa en la Casa Blanca.
La nueva guía de los CDC mantiene, sin embargo, la recomendación de que las personas vacunadas sigan usando tapabocas al viajar en transporte público (aviones, autobuses, trenes) así como en aeropuertos y estaciones de ferrocarril.
“Todos hemos anhelado este momento, cuando pudiéramos volver a un sentido de normalidad”, dijo Walensky.
Actualmente, alrededor del 35% de la población estadounidense, o más de 117 millones de personas, han recibido la o las dosis de vacuna necesarias (la vacuna de Johnson & Johnson se administra en una sola inyección, mientras que las de Pfizer y Moderna requieren dos).
La decisión se tomó a la luz de estudios científicos que demostraron que las vacunas son efectivas incluso contra infecciones asintomáticas y variantes circulantes, explicó.
También destacó el hecho de que las pocas personas que se infectaron con Covid-19 a pesar de haber sido vacunadas resultaron ser menos contagiosas.
Los viajeros internacionales completamente vacunados que lleguen a Estados Unidos aún deben hacerse la prueba dentro de los tres días posteriores a su vuelo, o mostrar documentación de recuperación de covid-19 en los últimos tres meses.
Walensky dijo que las personas inmunodeprimidas deben hablar con su médico antes de dejar la mascarilla. Se ha demostrado que las personas inmunodeprimidas no responden tan bien a las vacunas.
Fuente: La Prensa