Tag

mascarillas

Browsing

En medio de la pandemia de Covid-19, la mascarilla se han convertido en una necesidad, como las llaves o la billetera, no puedes salir de casa sin ella. Es que después de muchas idas y vueltas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) finalmente admitió el 9 de julio pasado que el COVID-19 puede contagiarse por el aire, y eso transformó a los barbijos en un elemento básico.

En EEUU, por ejemplo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan el uso de tapabocas en lugares públicos, principalmente para proteger a los demás de los portadores del virus. Muchos estados, restaurantes, bares, tiendas de comestibles y grandes minoristas también exigen que los clientes usen máscaras para reducir la propagación del Covid-19. En América Latina, su uso está extendido y en muchas ciudades, como Buenos Aires, por ejemplo, el uso de mascarillas en la vía pública y establecimientos comerciales es obligatorio. En Europa, donde no era obligatorio, comienza a serlo en los grandes centros urbanos, como París.

Y aún cuando proliferan los movimientos anti barbijo, la ciencia ya acumuló evidencia irrefutable de que las máscaras sí son esenciales para prevenir la propagación del virus.

Pero, ¿realmente hay que lavarlas después de cada uso? Respuesta corta: sí.

“Definitivamente se recomienda lavar esa máscara todos los días”, dijo Ravina Kullar, especialista en enfermedades infecciosas y epidemióloga al sitio Vox. Kullar señala que el propósito de la máscara es prevenir que el virus se propague, así que si hay alguna partícula de virus en la tela, usar una máscara sin lavar anula el propósito.

El CDC también recomienda lavar las mascarillas: “Las mascarillas deben lavarse después de cada uso. Es importante quitarse siempre las mascarillas correctamente y lavarse las manos después de manipular o tocar una mascarilla usada”, dice el sitio web. Según el CDC, quitarse la mascarilla correctamente significa manipularla sólo por las orejas o por los lazos, doblarla para colocarla en la lavadora y lavarse las manos inmediatamente después.

Las máscaras de tela pueden lavarse a mano o en una lavadora. Las máscaras quirúrgicas, otra opción popular, no se pueden lavar y deben ser desechadas después de un uso. Hay muy poca información «revisada por pares» sobre cómo lavar una máscara N95. Algunas opciones potenciales incluyen el peróxido de hidrógeno vaporizado, el uso de calor seco, o la luz UV – métodos que no son realmente adecuados para la experimentación en casa.

En el caso de las mascarillas hechas en casa, si se utiliza una lavadora, el CDC recomienda un jabón regular y “el ajuste de agua más caliente”. Si se lava la mascarilla a mano, debe prepararse una solución de lavandina y sumergirla en ella durante cinco minutos, y luego enjuagarla en agua fría o a temperatura ambiente. Además, se recomienda que los filtros de la mascarilla se laven a mano.

También hay ciertas prácticas para asegurar que laves la mascarilla de forma efectiva sin desgastar demasiado la tela.

Patric Richardson, el autodenominado evangelista de la lavandería (un experto en limpieza y ya famosos youtuber e influencer norteamericano), explicó que una mascarilla de tela puede soportar alrededor de 100 lavados si no se pasa por la secadora, y 50 si lo hace. También explicó que las partes elásticas de la máscara se desgastan más rápidamente que la tela.

«Depende de la tela, y por supuesto esa es la pregunta del millón de dólares con una máscara hecha a mano, pero la mayoría de las telas son muy duraderas para unas 100 lavadas si no están en la secadora», dijo.

Richardson también recomienda usar máscaras faciales de algodón, que según él es lo más duradero. Aunque otros materiales como la seda o incluso el uso de pañuelos son populares, a menudo son menos eficaces y no duran tanto. Además de escoger un buen material, Richardson enfatizó el uso de detergente con moderación.”La piel de la cara es bastante sensible, así que hay que asegurarse de no usar mucho detergente porque se quiere enjuagar al 100 por ciento”, dijo.

Con el tiempo, advierten los especialistas, una máscara que se ha sobrecargado podría volverse más porosa y perder su utilidad. Cuando eso sucede, es hora de conseguir nuevas máscaras, ya sea comprándolas o fabricando las tuyas propias.

La OMS recomienda el uso de mascarillas para toda la población general siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad en zonas de transmisión como el transporte público, tiendas o espacios cerrados.

Es la principal novedad de la guía actualizada publicada hoy y que supone un cambio de criterio con respecto a anteriores recomendaciones emitidas por la organización, que hasta ahora solo aconsejaba el uso de mascarillas para personas con síntomas, que hubieran estado en contacto con infectados y personal sanitario.

Esta nueva reglamentación, resultado de una investigación encargada por la OMS, ha sido presentada en una rueda de prensa coral liderada por su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha vuelto a enfatizar la importancia de complementar el uso de mascarillas con otro tipo de medidas como la higiene de manos y el distanciamiento personal: «Las mascarillas por sí solas no protegen de la COVID-19», ha asegurado Adhanom.

Mascarillas FFP2 para enfermos crónicos y mayores de 60 años

El máximo responsable de la OMS también ha comunicado otras importantes novedades incluidas en la nueva guía. Entre ellas, la recomendación de mascarillas médicas de tipo FFP2 para personas mayores de 60 años y enfermos crónicos se encuentren en espacios públicos, y por tanto de posible transmisión, donde no sea posible mantener la distancia de seguridad de dos metros. Este tipo de mascarillas son además a partir de ahora recomendables para todo el personal de centros médicos que trabajen en áreas de riesgo de contagio, «traten o no a pacientes de COVID-19», ha remarcado.

Otra de las nuevas recomendaciones incluidas en la guía tiene que ver con los componentes que deben incorporar las mascarillas de tela, o quirúrgicas: aquellas de uso general cuya finalidad principal es evitar la expulsión de gotas al exterior de personas infectadas. Según las nueva guía de la OMS, este tipo de protecciones deben estar fabricadas de tres capas. Una primera, la más cercana a la boca, de algodón; la segunda de polipropileno; y y una última capa exterior sintética resistente a los fluidos.

Acerca de la implementación de estas nuevas recomendaciones en los distintos países, el Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Michael J. Ryan, ha subrayado durante su intervención que «las guías son recomendaciones para los Estados y son ellos tienen quienes tienen que adaptarlas e interpretarlas».

Ryan ha remarcado además que el uso de mascarillas no supone en modo alguno una «alternativa» al resto de medidas de higiene y prevención, y ha querido hacer hincapié en la importancia de que todas las personas que presenten síntomas sean aisladas y se mantengan alejadas de las zonas de transmisión, independientemente de que lleven mascarilla protectora.

Un cambio de criterio fruto del «proceso normal de la ciencia»

La postura sobre el uso de mascarillas en la población general ha sufrido diversos cambios a medida que avanzaba el conocimiento acerca de su utilidad para reducir la transmisión del virus. Una evolución que Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la OMS, ha calificado durante su comparecencia como un «proceso normal en la ciencia»: «Debemos seguir lo que la ciencia nos va diciendo», ha afirmado.

El pasado 27 de febrero, la Organización Mundial de Salud reducía la importancia del uso de mascarilla, limitando su recomendación de uso a «quienes están enfermos, para evitar contagiar a otros, no al resto». Una postura fundamentada principalmente en la escasez de este tipo de protecciones que la organización reafirmó en la guía presentada el 6 de abril -la última antes de esta nueva actualización- en la que se instaba a que se priorizarse su disposición para los trabajadores sanitarios en primera línea.

“Se inicia para todos la fase de convivencia con el virus”, ha anunciado el primer ministro Giuseppe Conte. Con cautela. Italia empezará el 4 de mayo el retorno a la normalidad permitiendo sólo algo de todo eso que era la vida normal de antes. Hay miedo al rebrote. Aún hay contagios y fallecidos suficientes como para no confiarse y tirar por la borda todo el esfuerzo de más de un mes y medio de encierro. Finalmente se ha optado por una reapertura escalonada que permita controlar cómo se comporta la epidemia tras permitir la salida de más gente a la calle. En dos semanas, el monitoreo será diario, se decidirá si se mantiene el plan previsto en el mejor de los escenarios y se reabren nuevas actividades.

Mascarillas a 0,50 euros

Finalmente, las mascarillas se convertirán en obligatorias y en el pasaporte necesario para subir a transportes públicos. Además, el precio de estos dispositivos de protección individual será regulado para evitar abusos y se distribuirán gratuitamente a los sin techo y personas con bajos recursos. “No queremos especulaciones y se eliminará el IVA. El precio de las mascarillas (simples) será de 0,50 euros”, ha dicho el Primer Ministro. Sigue siendo obligatorio mantener la distancia de separación de un metro.

Se ha aprobado también la visita restringida en número a familiares cercanos dentro de las regiones, pero aún no estarán permitidos el resto de encuentros sociales. “Uno de cada cuatro contagios se ha producido en las familias”, ha advertido Conte, quien ha especificado que «con más de 37,5 de fiebre se debe quedar uno en casa».

Se abren parques y jardines con distancias y número de personas por espacio, aunque esta medida queda a discreción de los municipios. Para salir a correr debe haber una distancia de dos metros. “El 18 de mayo estamos pensando en permitir los entrenamientos profesionales de los equipos”.

“Uno de cada cuatro contagios se ha producido en las familias”, ha advertido Conte, quien ha especificado que «con más de 37,5 de fiebre se debe quedar uno en casa»

Sobre el movimiento dentro de la provincia y regiones, incluso entre distintas regiones, se abre la mano mientras haya un justificante de trabajo o residencia. También se permite de nuevo regresar a sus residencias a las personas a las que el cierre del 11 de marzo les ha pillado en otras regiones (estudiantes, trabajadores…).

Funerales de 15 personas máximo

Los funerales, para los que hay una larga lista de espera en este momento ante los más de 26.000 muertos que se ha llevado por delante el Covid-19, también se podrán realizar desde el 4 de mayo. Sólo podrán asistir familiares cercanos, no más de 15 personas, y todos deberán usar mascarillas y si es posible realizarse al aire libre. Las misas siguen prohibidas.

En la calle se suprime la prohibición de poder salir a pasear, incluso lejos del domicilio, pero siempre de forma individual y manteniendo la distancia de un metro. También abrirán en siete días, con protocolos de seguridad, las manufacturas, construcción, obras públicas y el comercio al por mayor vinculado a estas actividades. “Las ayudas a los autónomos de 600 euros se renovarán directamente”, ha explicado Conte.

Sobre los bares y restaurantes, se permitirá por ahora sólo la opción de comida para llevar y el reparto a domicilio. “Los alimentos se deben comer en casa y no frente al local”, ha matizado el mandatario. La apertura total deberá esperar, al menos, a finales de mayo según las actuales previsiones del Gobierno.

Sobre los bares y restaurantes, se permitirá por ahora sólo la opción de comida para llevar y el reparto a domicilio. “Los alimentos se deben comer en casa y no frente al local”

El pequeño comercio, por su parte, tampoco formará parte de esta primera desescalada y en principio se esperará hasta el 18 de mayo para decidir si se permite su actividad y en qué condiciones. El mismo escenario se prevé para museos, exposiciones y bibliotecas. Los peluqueros, masajistas y centros de estética parece que deberán esperar a junio, como los hoteles de costa para los que aún se está planificando una regulación para reabrirlos de cara al verano.

La desescalada regional

El decreto del Gobierno se sumará en todo caso a algunas medidas tomadas ya por diversas regiones que están aplicando normas propias en ámbitos de sus competencias. Las regiones de Véneto y Friuli, por ejemplo, ya han permitido este fin de semana la venta de comida para llevar en restaurantes, heladerías y pastelerías. Lombardía, por su parte, pese a sumar más de la mitad de fallecidos en todo el país y envuelta en una polémica por la gestión regional de la epidemia, abrirá los mercados al aire libre el 29 de abril adoptando medidas de prevención. Toscana, una de las regiones que mejor ha gestionado la crisis, ha decidido permitir ciertos trabajos de mantenimiento en su importante industria textil desde este lunes.

Es un goteo, el de las regiones que van tomando ciertas decisiones propias en el ámbito de sus competencias, que choca con posturas como la del presidente regional de Campania (Nápoles), Vincenzo De Luca, que declaró que si “las regiones del norte rebajan la cuarentena, nosotros cerramos Campania”.

Buena parte de estos movimientos tienen que ver con el escenario post coronavirus y la entrada de las responsabilidades políticas que están en juego. El mapa del virus en Italia ha marcado grandes diferencias entre las regiones y cuando la situación se suavice sus responsables deberán responder de sus decisiones tomadas. Ese escenario va cobrando fuerza.

En este sentido, el propio Conte ha justificado el resultado obtenido en la UE con el fondo de recuperación y no los eurobonos que él había prometido. “Si no hubiéramos demostrado orgullo, dignidad y carácter nunca hubiéramos obtenido ese resultado”. Es decir, la estrategia fue pedir muchísimo para poder obtener algo menos, de alguna manera ha resumido el primer ministro. Sobre las iniciativas regionales, Conte ha sido claro: “Cada día deberán dar las regiones al Gobierno central los datos sobre la curva de la epidemia y las consecuencias de las medidas tomadas”. Es decir, Roma reafirma que tiene el control para impedir que cada uno haga la guerra por su cuenta. “Si amas Italia mantén las distancias, depende de nosotros el éxito”, ha pedido Conte.

Fuente: El Confidencial

Pertenecen a la Unidad carcelaria 28 de Magdalena y a la cárcel de Bahía Blanca y confeccionan hasta 41 productos al día.

Agentes penitenciarios de la Unidad carcelaria 28 de Magdalena y de la cárcel de Bahía Blanca fabrican, con impresoras 3D, vinchas para máscaras faciales de protección contra el coronavirus, informó el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Según explicaron en un comunicado, la Dirección de Tecnología Informática del SPBpuso a disposición sus impresoras 3D y ya entregaron 800 sostenes a hospitales públicos de La Plata y a la Unidad Penitenciaria 9 para que, con láminas de radiografías blanqueadas, puedan obtener un elemento más de cuidado frente al Covid-19.

«El primer paso para confeccionar este insumo consiste en realizar el diseño en una computadora. Luego, se archiva en una tarjeta de memoria que se inserta en la máquina de prototipado rápido que se desplaza en el plano para soltar el plástico sobre las coordenadas adecuadas», explicó Ezequiel Jáuregui, uno de los penitenciarios que trabaja en esta iniciativa.

El hombre señaló que de esa forma, «finalmente se logra reproducir, en 35 minutos, la vincha. De esta manera, diariamente, se pueden fabricar 41».

Una de las mayores ventajas de esta técnica es el costo ya quelas máscaras que se venden en internet se consiguen por estos días a entre 500 y 900 pesos mientras que elaborarlas cuesta $9,60, señaló el comunicado.

Otra virtud que posee es que la materia prima que se utiliza para la impresión, a base de aceite de cereal, es biodegradable.

En el Centro de Formación Profesional N° 401, que funciona en la Unidad 4 de Bahía Blanca,se puso en marcha una impresora 3D, donada por el Instituto Nacional de Educación Teccnológica (INET), para colaborar con el resguardo del personal penitenciario ante el avance del coronavirus.

«Para fabricar el producto, contamos con un agente destinado a supervisar el proceso y tres internos que se dedican al armado de la máscara, con las radiografías en desuso», explicó el director de la Unidad 4, Luis Velasco.

Por otro lado, Walter Barragán, un agente penitenciario de la Unidad 28 de Magdalena y aficionado al diseño industrial, con una impresora 3D, en su domicilio, realizó protectores faciales para donar y hasta el momento, entregó seis al Hospital Santa María Magdalena, 20 a la Policía Local y 15 al Regimiento de Caballería de Tanques 8, señaló Télam.

Con la curva de la pandemia aplanada, aunque no en descenso, este lunes España levantó la paralización de dos semanas a la actividad económica en algunos sectores no esenciales, con lo que cientos de miles de trabajadores comenzaron a reincorporarse a sus puestos. Ante la reactivación del movimiento en las calles, el gobierno inició el reparto gratuito de 10 millones de mascarillas.

El gobierno recomienda ahora el uso de tapabocas entre las personas que empleen el transporte público para ir a trabajar, ya que en los autobuses y en el metro no siempre se puede garantizar la distancia de social entre los viajeros.

Un policía reparte mascarillas en Madrid (Reuters)

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, había anunciado que del lunes al miércoles las fuerzas de seguridad y voluntarios de Protección Civil distribuirán las 10 millones de unidades en los accesos de metro y trenes de cercanías, así como en los “principales nodos de transporte público”. La mascarilla “es recomendable, no es obligatoria”, aclaró el ministro.

Tras el inicio del operativo, el ministro reportó: “Ha habido 1.500 puntos de entrega, 4.500 agentes y voluntarios han participado en la entrega. No ha habido incidentes reseñables”.

Este lunes, el gobierno español informó un balance de 517 nuevas muertes por coronavirus, 102 menos que los informados el domingo, con lo que se retomó la tendencia a la baja luego de varias semanas de cuarentena y en la jornada en la que se reabre parcialmente la actividad económica. El total de víctimas fatales llegó a 17.489, con lo que España se mantiene como el tercer país con más fallecimientos, detrás de EEUU e Italia, según los registros oficiales de cada gobierno. En tanto, los contagios aumentaron en 3.477, para un total de 169.496.

Distribución gratuita en la estación Atocha, de Madrid (Reuters)

Una integrante de Protección Civil, en Ronda, en el sur de España (Reuters)

Si bien se habilitó la apertura de miles de negocios, las autoridades siguen recomendando también el teletrabajo entre aquellos que puedan, y piden que la gente obligada a ir a su trabajo se desplace a pie o en vehículo particular, y evite el transporte público.

Pese al fin de esta “hibernación” económica, como la bautizó el gobierno, los 47 millones de españoles seguirán bajo un estricto confinamiento: solo pueden ir a trabajar o hacer actividades básicas como comprar comida o medicamentos.

Salir de casa en pareja, hacer deporte en solitario al aire libre o sacar a los niños de casa sigue estando prohibido.

Los carteles informativos en el transporte público (Reuters)

“Pensamos que con esas medidas, que todavía son muy drásticas, se evitará un repunte” al reactivar la actividad económica, dijo Salvador Illa, ministro de Sanidad, publicó Infobae.

El Gobierno tiene sobre la mesa una propuesta para hacer obligatorio a la ciudadanía en general el uso de mascarillas para frenar la expansión del coronavirus. 

El Ministerio de Sanidad aún no ha tomado una decisión al respectosobre todo porque el principal problema es la escasez de ese artículo, agotado en las farmacias desde antes de que se decretara el estado de alarma.

Hasta ahora, el Gobierno había rechazado recomendar su uso generalizado, señalando que solo lo debía usar aquel que estuviera infectado. SIn embargo, la Generalitat se desmarcó de esa directriz el viernes pasado al pedir que se usara a la hora de acudir al supermercado a hacer la compra.

Además, a partir de este lunes el Ministerio de Transporte ha comenzado a repartir mascarillas entre transportistas, taxistas y otros profesionales del sector, pero no a otros colectivos.

En el mercado hay diferentes tipos de mascarillas que proporcionan distintos grados de protección. Algunas se pueden reutilizar y otras son de un solo uso, como se puede ver en este gráfico, siendo la más recomendable la mascarilla autofiltrante, tipo FFP2 y FFP3, ya que está homologada por la OMS por la capacidad de protección superior a un 90%:

 

Los empleados sanitarios que usan mascarillas no médicas hechas con algodón, corren mayores riesgos de infección en comparación con aquellos que se protegen con mascarillas médicas, señala la Organización Mundial de la Salud citando un estudio.

En su última edición  de instrucciones sobre el uso de mascarillas en el contexto de la pandemia de covid-19, este organismo internacional no recomienda el uso de mascarillas de algodón en centros médicos, por «no considerarse apropiadas para los trabajadores de la salud».

Al mismo tiempo, el uso de tales mascarillas en condiciones de dispensario «no se ha evaluado bien» por lo que «no hay pruebas actualmente para hacer recomendaciones a favor o en contra».

El organismo de la ONU también recomienda abrir ventanas en domicilios para mejorar la ventilación en espacios cerrados.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su preocupación este lunes por el amplio uso de mascarillas médicas por la población general, algo que podría agravar la carencia de este tipo de equipos para las personas que más las necesitan.

Las mascarillas, respiradores y otros equipos de protección deben ser priorizados para los trabajadores médicos que están en el frente de la lucha contra la pandemia de covid-19, señaló Ghebreyesus en rueda de prensa.

El funcionario recomendó que los miembros de la población general solo usen mascarilla si están enfermos o cuidan a un enfermo en su casa.

Según datosde la Universidad Johns Hopkins, el mundo ha registrado más de 1.380.000 de casos de infecciones de coronavirus, incluidos más de 80.700 casos letales.

Pertenece a la Agencia de Desarrollo Productivo y Economía Social y será utilizada por el grupo emprendedor Patagonia 3D. Las mascarillas serán entregadas a las autoridades sanitarias para su distribución.

La Agencia de Desarrollo Productivo y Economía Social de la Municipalidad de Trelew cedió en préstamo una impresora 3D y filamento plástico al grupo Patagonia 3D, para la elaboración de soportes de mascarillas de protección facial del personal de sanidad, que trabaja en el marco de la prevención del Coronavirus (COVID-19).

La donación permitirá mejorar la producción de este importante elemento de protección para médicos y enfermeros. Se suma a la entrega de materia prima realizada días atrás por concejales del oficialismo local.

La decisión de poner a disposición este equipamiento se da en el marco del trabajo conjunto desarrollado por el intendente Adrián Maderna, las autoridades del Hospital Zonal de Trelew y distintos profesionales médicos, que señalaron la prioridad de contar con estos elementos de protección, ante el eventual surgimiento de Coronavirus en nuestra ciudad y provincia.

Patagonia 3D, junto a un grupo de alrededor de 20 colaboradores, trabajan en la elaboración de entre 400 y 500 máscaras de protección facial, que serán puestas a disposición de las autoridades sanitarias para su distribución, de acuerdo a las necesidades que se vayan presentando.

La pandemia global por el coronavirus ha cambiado por completo nuestra forma de vivir y de relacionarnos con los demás. España se encuentra en Estado de Alarma, de forma que únicamente pueden salir de casa, en casos muy concretos, como ir a hacer la compra o a trabajar. Ahora bien, cuando lo hacemos muchos de nosotros llevamos guantes y mascarilla para protegernos ante el COVID-19. Sin embargo, encontrar estos artículos es ahora mismo una misión prácticamente imposible. Así que surge la pregunta: ¿las mascarillas caseras son efectivas?

Los especialistas indican que en ningún caso deberíamos utilizar ningún material que no haya sido fabricado siguiendo la normativa vigente. ¿La razón? Podemos estar poniendo en riesgo nuestra salud por la falsa sensación de seguridad que puede darnos el hecho de llevar una mascarilla casera.

El miedo a contagiarse del coronavirus ha llevado a miles de personas a tejer sus propias mascarillas en casa. Los expertos consideran que las autoridades deberían informar a los ciudadanos de que no es una buena idea si antes no se ha confirmado que dichas mascarillas van a cumplir con la normativa en lo relativo a material y protección.

La capacidad de filtración de un determinado tejido varía en función de diversos factores: estructura del tejido, diámetro de la fibra, densidad y gramaje, entre otros.

Por lo tanto, respondiendo a la pregunta de si las mascarillas caseras son o no efectivas, los expertos lo tienen claro. Entre no llevar nada y llevar este tipo de mascarillas, mejor lo segundo. Ahora bien, sin creer que por llevarlas puestas se está 100% protegido.

En cuanto a las bufandas o pañuelos, sirven para taparse la boca y la nariz, pero nada más. Estos complementos se confeccionan con tejidos que no son impermeables, de forma que no pueden retener las partículas, señaló Ok Diario.

Cuando China admitió que necesitaba importar mascarillas de manera urgente para franar el coronavirus, nadie pensó que la creatividad iba a convertirse en una aliada para salir del paso.

“Necesitamos urgentemente mascarillas y otros insumos médicos, como gafas y trajes de protección, para enfrentar la epidemia”, había declarado la directora y portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying. Francia, Reino Unido, Japon y Corea del Sur, entre otros, respondieron de inmediato y enviaron mascarillas.

Pese a la ayuda internacional, las unidades no alcanzan. Actualmente, con el objetivo de evitar la propagación del virus, todos los ciudadanos deben usar barbijo de forma obligatoria.

La alta demanda provocó falta de stock y sobreprecios –en muchas farmacias los venden al triple de su valor original. Por eso, para poder cumplir con la norma, varios chinos tuvieron que improvisar y fabricar barbijos con sus propias manos.

La estrategia y la invención es asombrosa: cáscaras de frutas, botellas de plástico, toallitas femeninas y peluches, entre otros elementos, se han convertido en grandes aliados para prevenir el coronavirus.

Otras personas optan por reutilizar las máscaras quirúrgicas. Sin embargo, las autoridades instaron a dejar de hacer eso: al hervirlas y colgarlas para que se sequen, pierden efectividad.

“El mundo enfrenta una escasez crónica de trajes, máscaras, guantes y otros equipos de protección en la lucha contra la expansión de la epidemia del coronavirus”, admitió el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adhanom Ghebreyesus.