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El Fondo de Inversión Directa de Rusia ha recibido solicitudes de más de veinte países para la compra de 1.000 millones de dosis de la vacuna rusa contra el coronavirus, comunicó el titular de la entidad, Kiril Dmítriyev, citado por la agencia TASS.

«Vemos un gran interés en el extranjero por la vacuna rusa desarrollada» por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, y «hemos recibido solicitudes preliminares de 20 países para la compra de más de 1.000 millones de dosis de la vacuna», dijo Dmítriyev.

De momento se desconoce qué países han realizado las solicitudes, aunque Kiril Dmítriyev subrayó que Rusia ha acordado producir su vacuna contra el coronavirus en cinco naciones y que espera recibir la aprobación para la producción del fármaco en varios Estados latinoamericanos para noviembre.

La vacuna

El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció este 11 de agosto que su país ha registrado la primera vacuna contra el coronavirus del mundo. El mandatario precisó que la vacunación de la población deberá realizarse exclusivamente de forma voluntaria, agregando que espera que la producción en masa del medicamento empiece en breve.

Creada de forma artificial, sin ningún elemento del coronavirus en su composición, la vacuna se presenta en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intravenosa.

En los ensayos clínicos de la vacuna, que tenían como objetivo evaluar su seguridad y los efectos en el organismo, participaron un total de 76 voluntarios. Los médicos dieron la investigación por exitosa y concluyeron que la vacuna es segura: al final del proceso «todos los voluntarios tenían inmunidad». Yelena Smoliarchuk, directora del Centro de investigación clínica sobre medicamentos de la Universidad Séchenov, afirmó que la protección máxima se alcanza tres semanas después de la inyección, cuando se desencadena la respuesta del sistema inmunológico.

En la carrera por dar con la vacuna para detener la pandemia del coronavirus,el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró hoy que su país registró el primer ejemplar para su uso y agregó que una de sus hijas ya fue sometida a la primera dosis. El anuncio reavivó las dudas y la preocupación por la aprobación de un fármaco que todavía no superó la cantidad de pruebas necesarias, después de solo dos meses de ensayos clínicos en seres humanos.

En declaraciones realizadas en una reunión del gobierno, el mandatario dijo que la vacuna, denominada Sputnik V, había demostrado su eficacia durante las pruebas, y que ofrece una inmunidad duradera contra el virus. Asimismo miembros de su gobierno afirmaron que personal sanitario, profesores y otros grupos de riesgo serán los primeros en vacunarse.

«Esta mañana, por primera vez en el mundo, se ha registrado la primera vacuna contra el coronavirus. Sé que es suficientemente eficaz, que permite una inmunidad duradera», declaró el mandatario.

Rusia se convirtió así en el primer país del mundo en registrar una vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, muchos científicos se mostraron escépticos y cuestionaron la decisión de hacerlo antes de los ensayos de fase 3, que suelen durar meses e implicar a miles de personas.

En las últimas semanas, científicos extranjeros manifestaron su preocupación por la rapidez de la creación de una vacuna de este tipo, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó al respeto de las «líneas directrices y directivas claras» en materia de desarrollo de este producto.

Las autoridades rusas señalaron que la producción de la vacuna a gran escala comenzará en septiembre, y las campañas masivas de vacunación empezarían a partir de octubre. Serán voluntarias, insistió hoy Putin. La viceprimera ministra, Tatyana Golikova, dijo que la aplicación a médicos podría comenzar este mes. Veinte países ya encargaron a Moscú mil millones de dosis.

Mientras tanto, Tarik Jasarevic, vocero de la OMS, volvió a poner un manto de cautela a la noticia tras el anuncio: «Estamos en contacto con las autoridades sanitarias de Rusia y las conversaciones sobre la precalificación de la vacuna están en marcha pero, de nuevo, la precalificación de cualquier vacuna implica una revisión rigurosa y una evaluación de toda la información de seguridad y eficacia».

Pruebas

En declaraciones en una reunión del gobierno, Putin hizo hincapié en que la vacuna había pasado «todas las pruebas necesarias». «Lo más importante es asegurar la total seguridad de utilizar la vacuna y su eficacia», agregó.

Según el sitio oficial de la vacuna, los ensayos clínicos de fase 1 y 2 se completaron el 1 de agosto. «Todos los voluntarios toleraron bien las pruebas, no se registraron efectos adversos graves o inesperados. La vacuna indujo la formación de una alta respuesta inmune celular y de anticuerpos», indica la página. La tercera fase comenzará mañana y contará con la participación de más de 2000 voluntarios de Rusia y países de Medio Oriente y América Latina, precisa.

Los estudios en humanos comenzaron el 17 de junio con 76 voluntarios. La mitad recibieron una vacuna en forma líquida y la otra mitad con una vacuna en polvo soluble. Algunos de la primera mitad fueron reclutados en el Ejército, lo que planteó el temor a que los militares pudieran haberse visto presionados para participar.

Putin contó la experiencia que vivió una de sus dos hijas (no especificó cuál) al participar de los ensayos. Dijo que había tenido 38 grados en el día de la primera inyección, que bajaron a 37 grados al día siguiente. Tras la segunda inyección volvió a tener una leve subida de la temperatura, «y nada más». «Se siente bien y tiene un alto número de anticuerpos», añadió.

Cuando la pandemia llegó a Rusia, Putin ordenó que se abreviara el plazo de los ensayos clínicos para posibles vacunas de coronavirus. Convertirse en el primer país del mundo en desarrollar el fármaco era una cuestión de prestigio nacional para el Kremlin, que trata de consolidar la imagen de Rusia como potencia global.

Los expertos han advertido que las vacunas que no completen las pruebas pueden resultar dañinas de diversas formas, desde un impacto negativo en la salud a crear una falsa sensación de seguridad o socavar la confianza en las vacunas.

La vacuna

La vacuna Sputnik V fue elaborada por el Centro Nacional de Investigación Gamaleya, perteneciente al Ministerio de Salud de Rusia. Una segunda vacuna rusa, desarrollada por el centro Vector, se encuentra en el proceso de pruebas clínicas. Las autoridades esperan en los próximos dos meses recibir otras dos solicitudes de permiso para la realización de pruebas clínicas.

El fármaco que se registró utiliza dos cepas de adenovirus que suelen causar resfríos leves en los seres humanos y está modificada genéticamente para hacer que las células infectadas produzcan proteínas a partir del nuevo coronavirus. El enfoque es similar al de la vacuna que desarrollan la Universidad de Oxford y la empresa AstraZeneca.

Así funciona la vacuna Sputnik V, según su página oficial

Pese a la buena noticia que puede significar, la polémica sigue vigente luego de que hace un mes el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá acusaran a Moscú de utilizar sus hackers para robar los trabajos de investigación de universidades y laboratorios sobre vacunas y tratamientos contra el coronavirus, una denuncia que el Kremlin desmintió enérgicamente.

Datos oficiales

Rusia es el cuarto país con más casos de Covid-19 en el mundo. En total hasta el momento contabiliza 892.654 positivos y 15.001 muertos, de acuerdo con los datos oficiales del comité gubernamental que coordina la lucha para impedir la propagación de la pandemia.

Las estadísticas gubernamentales señalan asimismo que casi 700.000 personas ya fueron dadas de alta y que actualmente en el país hay casi 181.000 casos activos.

Moscú, con un acumulado de 248.228 infectados y 4585 fallecimientos, es el principal foco infeccioso del país. El número de contagios diarios detectados en la capital rusa, con una población de casi 13 millones de habitantes, se mantiene estable entre 600 y 700 desde hace varias semanas y según el alcalde moscovita, Serguéi Sobianin, estas cifras, que no suponen una amenaza para el sistema sanitario, se mantendrán hasta que se cuente con una vacuna eficaz.

El Ministerio de Sanidad de Rusia informó este viernes, a través de una nota de prensa, que la certificación de la primera vacuna rusa contra el coronavirus, la elaborada por el Centro de Investigación Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaléi de Moscú (NITsEM en sus siglas en ruso), se encuentra actualmente en tramitación y se procederá a su registro la semana que viene una vez finalicen las comprobaciones pertinentes.

Según el comunicado, actualmente se están verificando todos los documentos, incluidos los datos de los ensayos clínicos de la vacuna, que finalizaron el mes pasado.

El viceministro de Sanidad, Oleg Grídnev, por su parte, señaló que el medicamento tendrá la licencia el día 12 de agosto. A continuación, se procederá a su producción a gran escala, en septiembre, aseguró la viceprimera ministra, Tatiana Gólikova, quien habló de “ensayos clínicos suplementarios en 1600 personas”.

El titular del ministerio, Mijáil Murashko, afirmó hace una semana que las primeras dosis de la vacuna estarán listas en octubre y podrán entonces ser administrada a la población. Grídnev sostiene que los primeros a quienes les será administrada serán los pertenecientes a los grupos de riesgo, las personas mayores y el personal sanitario.

En declaraciones a la agencia RIA-Nóvosti, Alexánder Gintsburg, director del Centro Gamaléi , aseguró que “los niños no serán vacunados en la primera etapa” y añadió que, para ello, “habrá que esperar a que el medicamento haya completado un ciclo íntegro de pruebas en adultos”.

Por otro lado, la cartera sanitaria rusa rechazó la información del canal estadounidense Bloomberg de que se esté ofreciendo ahora la vacuna a médicos y funcionarios y aclaró que eso no se hará mientras el fármaco no haya superado todas las verificaciones necesarias.

Con anterioridad, la cadena mencionada había afirmado que miembros del Kremlin, del Gobierno y de la élite rusa en general habían recibido la vacuna, informaciones que también fueron desmentidas por las autoridades rusas.

De esta forma, Rusia va a convertirse en el primer país en registrar una vacuna contra el Covid-19 . Además del Centro Gamaléi, el medicamento está siendo también desarrollado por el Centro Científico Estatal “Véctor” de Novosibirsk (Siberia).

Después de que, desde Estados Unidos, se levantaran voces escépticas en relación con la seguridad de las vacunas rusas, el pasado martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a Rusia a la cautela y a realizar todas las comprobaciones necesarias de la vacuna antes de su inoculación.

“Hay actualmente cientos de vacunas en proceso de prueba y deben cumplir las guías y regulaciones para que se pueda proceder de forma segura“, declaró el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier. Según sus palabras, “se reportan hallazgos que luego tardan tiempo en superar todas las fases necesarias antes de su aplicación a nivel general”.

Vale recordar que el inmunólogo Anthony Fauci, principal referente en enfermedades infecciosas en Estados Unidos, expresó la semana pasada sus inquietudes sobre la seguridad de los desarrollos en Rusia y China. Y advirtió que es probable que esos proyectos se enfrenten a un mayor escrutinio, dado que los sistemas reguladores de ambos países son mucho más opacos que los de Occidente.

Brasil, uno de los países en que se experimenta la vacuna contra el nuevo coronavirus desarrollada por la universidad británica de Oxford, espera comenzar la producción masiva de la misma en diciembre, informó este viernes el laboratorio estatal responsable. “Estamos trabajando en dos frentes y el primero es el del procesamiento final, que es a partir del recibimiento del ingrediente farmacéutico activo, que es el concentrado de la vacuna y llegará congelado. Aquí realizaremos el proceso final”, señaló a EFE Mauricio Zuma, director de BioManguinhos.

Ese proceso final, detalló Zuma, consiste en “la formulación, envasado, rotulación, empaque y control de calidad de todo ese proceso, que es la primera fase que haremos a partir de diciembre”.

BioManguinhos, el instituto de producción de inmunobiológicos de la Fundación Oswaldo Cruz, principal centro de investigación médica de Latinoamérica y vinculado al Ministerio de Salud, recibirá también, en todas sus fases, la tecnología para la producción en Río de Janeiro de la vacuna de Oxford, a partir del próximo año.

“En paralelo (a la finalización) estaremos absorbiendo los conocimientos para producir también ese concentrado vírico aquí en BioManguinhos, en un edificio que está siendo preparado. Son etapas simultáneas pero que tienen conclusión en tiempos diferentes”, detalló el director.

De acuerdo con Zuma, doctor en Gestión de Tecnología e Innovación de la Universidad de Sussex (Inglaterra), «el procesamiento final será más rápido y la producción del ingrediente activo concentrado llevará un poco más de tiempo».

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, anunció el jueves la liberación de 1.900 millones de reales (unos 365,3 millones de dólares) para todo el proceso de finalización de la vacuna importada del Reino Unido y para la producción inicial propia, en 2021, por parte de la Fundación Oswaldo Cruz.

De las cien millones de dosis adquiridas por Brasil, se tiene previsto que en diciembre lleguen 15,2 millones en enero y otra cantidad igual en enero.

Para las casi setenta millones de dosis restantes «estamos definiendo el cronograma» con el laboratorio AstraZeneca, responsable por el desarrollo de la vacuna en territorio británico, resaltó Zuma, para quien las primeras vacunas solo estarán disponibles para las personas a partir de enero.

«Tenemos toda una fase de control de calidad, que lleva tiempo y es un proceso complejo, por eso hasta ser liberada la vacuna solo estará disponible en algún momento de enero», subrayó el responsable del laboratorio, quien espera también la autorización de la Anvisa, la agencia reguladora de vigilancia sanitaria brasileña.

Zuma destacó que con la adecuación del edificio que está siendo preparado para la producción masiva de la vacuna en Río de Janeiro, el país tendrá la capacidad de «procesar cerca de cuarenta millones de dosis por mes», aunque advirtió que al comienzo no se tendrá concentrado disponible para toda esa cantidad.

Todas las dosis se encuentran en prueba, por lo que todavía es difícil poder definir su valor de venta. Estiman que los precios rondarían entre los $200 y $2800. La carrera por la vacuna contra el coronavirus atraviesa un momento crucial, ya que son muchos los laboratorios que trabajan a contrarreloj para avanzar en las pruebas y poder lograr así una dosis final que sea comercializada lo antes posible.

De hecho, actualmente una decena de vacunas diferentes se encuentran ya en diversas etapas de análisis en Gran Bretaña, China, Estados Unidos y otros países, aunque hay dos grandes incógnitas que todavía no tienen respuesta: cuál será su precio final y cuándo estará lista para ser vendida.

Sobre esto, Pascal Soriot, director general de la empresa farmacéutica AstraZeneca que trabaja en alianza con la Universidad de Oxford, dijo que su objetivo es suministrar la vacuna a todo el mundo, y que desean hacerlo también sin beneficio. “Entregaremos la vacuna a precio de costo en todo el mundo”, declaró el gerente en diálogo con RTL.

Según se estima, el precio será de 2,5 euros por unidad, es decir, unos 215 pesos argentinos, ya que el valor oficial de la moneda europea a la fecha es de 86 pesos.

“Pensamos que estaremos en posibilidades de suministrar la vacuna a fines de año a más tardar. Trabajamos de acuerdo con los reguladores, intercambiamos datos diarios para que la evaluación se haga rápido. Fabricamos al mismo tiempo que hacemos ensayos clínicos, con lo que ganamos tiempo”, agregó Soriot.

La revista científica The Lancet publicó la semana pasada un articulo en el que se analizó un estudio realizado con 1.077 voluntarios, el cual mostró que una dosis generó en el 95 % de los participantes un aumento en los anticuerpos contra el virus.

Debido a estos avances, la compañía ya firmó un contrato por 1.200 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para la entrega de 300 millones de dosis a precio de costo, mientras que la Unión Europea firmó uno similar en junio.

Por otro lado, distinta es la postura de la farmacéutica estadounidense Moderna, cuyo presidente, Stephen Hoge, ya advirtió que no venderán la vacuna al costo, por lo que habrá que pagar un precio mayor para conseguirla.

La compañía desarrolla una de las vacunas experimentales cuyo estado es uno de los más avanzados, y de hecho, anunció que en los próximos días comenzarán los ensayos de fase 3 con unos 30.000 voluntarios.

Del mismo modo, Seth Berkley, director ejecutivo de la alianza de vacunas GAVI y uno de los líderes del proyecto COVAX, explicó que por ahora no hay un precio objetivo específico, pero que buscará negociar valores escalonados para los países más ricos y para aquellos más pobres. De todos modos, en base a lo que trascendió, se sabe que se habla de un precio de 40 dólares (hoy 2885 pesos argentinos) por unidad para las naciones más poderosas.

Sobre este valor, dijo que ese precio surgió originalmente de un encuentro con representantes de la UE, en la cual los funcionarios de COVAX habían dado “una gama de precios diferentes, y 40 dólares fue el precio máximo en el rango para países de altos ingresos”, aclaró.

A pesar de los pronósticos sobre posibles valores, lo cierto es que eso aún no puede ser establecido por completo. “La verdad es que nadie tiene idea de cuál será el precio, porque no tenemos idea de qué vacuna va a funcionar”, señaló Berkley, y por último aclaró que el tiempo que tarde el desarrollo también influirá en su precio, ya que las compañías realizan millones de dosis en las pruebas de las vacunas, sin la certeza de que las mismas funcionarán para combatir el coronavirus.

Por su parte, John Yong, del laboratorio Pfizer, explicó que fijarán el precio de la vacuna “teniendo en cuenta la actual emergencia sanitaria mundial”. De hecho, la compañía ya firmó un contrato millonario con el gobierno de Estados Unidos para producir y suministrarle 100 millones de dosis.

De este modo, la droga que está con ensayos clínicos en fase 3, dee ser aprobada será distribuirá de forma gratuita a los ciudadanos de Estados Unidos, mientras que el valor para el resto del mundo es una incógnita.

El viceministro de Salud de Rusia, Oleg Grídnev, aseguró este viernes que la vacuna rusa contra el nuevo coronavirus Covid-19 desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya entraría en el registro oficial la próxima semana, aunque no se anunció todavía de manera oficial la fecha exacta.

«Rusia empezará la última etapa de las pruebas, es sumamente importante, debemos entender que la vacuna debe ser, ante todo, segura», afirmó Grídnev, y agregó que en estos momentos los esfuerzos de los especialistas rusos se centran en preparar la vacuna para su fabricación masiva.

Durante el acto de inauguración de una unidad quirúrgica en un centro oncológico de Ufá, el funcionario indicó que los primeros en recibir la inyección serán los trabajadores de salud y las personas de mayor edad, los sectores de la población más vulnerables.

Grídnev no precisó cuánto tiempo se cree que durará la inmunidad después de la inyección, pero señaló que el efecto de la vacunación se verá «cuando se forme la llamada inmunidad de rebaño y cuando la transmisión del virus sea prácticamente imposible». Este plazo dependerá de la cantidad de vacunados y de lo generalizada que sea la administración del fármaco, aseguró.

La vacuna, creada en Rusia de forma artificial sin ningún elemento del coronavirus en su composición, está en forma liofilizada y representa un polvo para preparar una disolución administrada por vía intravenosa. El director del centro Gamaleya, Alexánder Guíntsburg, enfatizó este viernes que la vacunación no puede provocar covid-19.

En los ensayos clínicos de la vacuna, que tenían como objetivo evaluar su seguridad y los efectos en el organismo, participaron un total de 38 voluntarios de entre 18 y 60 años. Los médicos dieron la investigación por exitosa y concluyeron que la vacuna es segura y al final del proceso «todos los voluntarios tenían inmunidad». Yelena Smoliarchuk, directora del Centro de investigación clínica sobre medicamentos de la Universidad Séchenov, afirmó que la protección máxima se forma tres semanas después de la inyección, cuando se desencadena la respuesta del sistema inmunológico.

Los científicos rusos no precisaron qué cantidad de anticuerpos fue detectada en los voluntarios, ni tampoco detallaron qué concentración es la que garantiza esa inmunidad que destacaron tras los primeros ensayos clínicos. Determinar la eficacia de una vacuna puede conllevar años. A día de hoy, la comunidad científica no sabe con exactitud qué concentración de anticuerpos es necesaria para hablar de inmunidad al covid-19 o, al menos, de una lucha eficaz del organismo contra el virus.

Además, los científicos determinaron recientemente que la concentración de los anticuerpos del covid-19 disminuye rápido con el tiempo, y no se sabe si este hecho puede influir en la resistencia del organismo y, por lo tanto, la eficacia de una vacuna, aunque en el caso del brote del SARS en los años 2000 los anticuerpos en los recuperados estaban presentes durante un período relativamente largo.

En una carrera contra el tiempo, para encontrar la cura o el tratamiento que acabe con la pandemia del COVID-19, Argentina fue seleccionada para testear la vacuna del laboratorio Pfizer contra el coronavirus. La locación para llevar a cabo las pruebas es el Hospital Militar Central Cirujano Mayor Dr. Cosme Argerich.

“Firmamos un convenio de cooperación mutua entre el investigador principal que es el Dr. Fernando Polak y el Hospital Militar Central que representa al Ejercito Argentino y al Ministerio de Defensa. A partir de hoy empezamos a trabajar dando el apoyo logístico para la investigación y así los investigadores puedan desarrollar esta prueba tan importante para la vacuna del coronavirus”, comentó el coronel Sergio Maldonado, director de la institución.

Este acuerdo, firmado por Polack y por el director del nosocomio, marcó el inicio de la tercera fase de pruebas de la vacuna contra el COVID-19 a realizarse en nuestro país junto con Estados Unidos y Brasil.

En este sentido, Fernando Polack explicó que el convenio se debe a la larga historia de colaboración de su grupo de investigación con los investigadores que participan y que trabajan regularmente en el Hospital Militar Central: “Una historia que ha producido hechos muy importantes en la historia de la salud, particularmente en los chicos con el cuidado de la bronquiolitis y en entender cómo proteger a la población más vulnerable. Ahora se corona con esta oportunidad de participar en uno de los estudios más importantes para encontrar una vacuna contra el COVID-19″.

La vacuna está basada en la tecnología del ARN mensajero, que lleva instrucciones de ADN para que las células del cuerpo humano generen ciertas proteínas protectoras. La misma comenzó sus ensayos en Alemania a fines de abril y en EEUU a principios de mayo.

“Actualmente hay cinco estudios en marcha en todo el mundo de los cuales se involucran hasta 100 centros de investigación, testeando distintas estrategias para tratar de frenar este problema que nos angustia tanto a todos. Y uno de esos proyectos ha venido al Hospital Militar a ser evaluado por nuestro equipo de investigación y tratar de ver si le podemos poner un freno a esta situación antes de fin de año”, enfatizó Polack.

El Hospital Militar Central es un centro sanitario de alta complejidad que tiene 130 años de antiguedad. Cuenta con más de 90 servicios y es además un núcleo importante para la formación de profesionales en las distintas especialidades.

La participación del país en la cura del COVID-19

De acuerdo al investigador, participar de este programa tiene múltiples consecuencias: “Estamos con un proyecto muy ambicioso, que si bien representa menos del 20% del estudio global, representa al sitio más grande en esta evaluación. Por otro lado, abre la puerta a que el país pueda pugnar por cambiar su lugar en la fila de reparto de las vacunas donde los países más poderosos de la tierra quieren estar primeros. Estamos tratando de contribuir para mejorar la situación para nuestro país”.

La muestra seleccionada para participar del ensayo es bastante amplia. “Lo que queremos es proveer una muestra del AMBA que también sirva a las autoridades eventualmente para tener una mirada representativa de lo que sucede. Por ese motivo, a través de la comisión de ética del HMC y de la ANMAT, procesamos un link que abre la posibilidad a todos los ciudadanos sin ninguna distinción y también a los habitantes de la Argentina que no son argentinos. Hoy contamos con más 25 mil inscritos para 4500 vacantes, por lo tanto no todos los que se anotan van a ser convocados”, aseguró Polack.

¿Puede la vacuna en el día a día entre nosotros prevenir la enfermedad? “En lo personal lo tomo con una responsabilidad. Tenemos que hacer esto muy bien y de manera profesionalmente. Al igual que con el proyecto de plasma, estamos involucrando a catorce instituciones nucleadas que tiene como centro el HMC para prevenir la enfermedad”, enfatizó el investigador.

“Hoy la posibilidad que tiene el EA de poder ayudar y cooperar así como dar el apoyo logístico en una medida que pensamos va a acercar el fin de la pandemia que nos afecta a todos. La experiencia es muy importante, pero lo más importante para nosotros es ayudar a la comunidad como viene haciendo las fuerzas armadas desde que comenzó todo”, concluyó Maldonado.

En medio de las investigaciones y pruebas en diferentes países para dar con la vacuna para tratar el coronavirus, Rusia avanza con los ensayos y asegura haber dado con los anticuerpos. La vacuna desarrollada por el Centro Gamaleya de Moscú, genera inmunidad y no produce efectos secundarios. La información fue confirmada por el Ministerio de Defensa ruso.

El periodista Alexaneder Perepechenov, se refirió a las investigaciones que se desarrollan en el país. «Los ensayos clínicos ya terminaron y fueron exitosos. La vacuna produjo un resultado positivo», explicó.

Además, sostuvo que «solo queda» registrar la vacuna en septiembre para luego «producir un primer lote en octubre».

El Ministerio de Defensa ruso asegura que todos los voluntarios rusos que recibieron la vacuna contra el coronavirus desarrollaron inmunidad y que no produce efectos secundarios. En octubre harán vacunación masiva y gratuita en Rusia. Y suministrarán un medicamento contra el coronavirus a siete países latinoamericanos, Argentina incluida.

El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó hoy que “los resultados de los ensayos muestran que todos los voluntarios tienen evidente respuesta inmunológica” a la vacuna  contra el coronavirus del laboratorio ruso Gamaleya.

En el marco del ensayo dirigido por el Ministerio de Defensa y el laboratorio, un grupo de militares voluntarios recibió la vacuna rusa y hoy, conforme al protocolo de las pruebas clínicas, se les hizo el chequeo médico final en el hospital Burdenko, 42 días después de la primera vacunación.

La vacuna demostró que es segura para los humanos y no produce efectos secundarios, recalcó el organismo. Durante el ensayo que duró del 3 de junio al 20 de julio, los voluntarios estaban en observación constante de los médicos del hospital que tiene gran experiencia en el ensayo clínico de medicamentos, detalló Sputnik

Vacunación masiva y gratuita desde octubre

Este fin de semana, el ministro de Salud, Mijaíl Murashko, ya adelantó que la vacunación masiva comenzará en el país en octubre y será completamente gratuita. Los primeros en recibir la vacuna serán los médicos y los profesores. Al día de hoy, más de 856.000 rusos se infectaron con el coronavirus y 14.207 fallecieron.

Hay otro laboratorio ruso, Vector, que también inició ensayos clínicos de su vacuna contra el Covid-19, pero más recientemente, el 27 de julio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 164 candidatos a vacunas contra el coronavirus, de los cuales 25 están en la fase clínica y 139 en la fase preclínica.

Medicamento disponible en América latina

En tanto, Rusia también aseguró hoy que suministrará el medicamento Avifavir -utilizado en el tratamiento de algunos pacientes con coronavirus- a Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Honduras y El Salvador.

Según anunció hoy el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), al menos 150.000 unidades del medicamento ruso estarán disponibles para América latina, que roza los cinco millones de contagios del Covid-19.

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Bolivia

El acuerdo firmado el 29 de julio tiene por socio en la región a la compañía boliviana Sigma Corp S.R.L., que recibirá la tecnología de la elaboración del medicamento, que está incluido en la lista oficial de pautas para la prevención, diagnóstico y tratamiento del Covid-19 en el país.

Bolivia ya sobrepasó los 80.000 contagios y 3150 muertos por el coronavirus, que impactó en su sistema sanitario, que se vio colapsado, así como funerarias en las ciudades más afectadas, y a nivel gubernamental, desde la presidenta hasta varios ministros también se infectaron, señaló El Comodorense.

En el marco de las investigaciones científicas a nivel mundial para desarrollar una vacuna contra el coronavirus, durante la tarde de este sábado se suscribió el convenio de cooperación mutua entre el Hospital Militar Central y el equipo de médicos investigadores y expertos en logística de estudios clínicos dirigidos por el doctor Fernando Polack.

Este acuerdo, firmado por Polack y por el director del nosocomio, coronel Sergio Maldonado, marca de este modo el inicio de la tercera fase de pruebas de la vacuna contra el COVID-19 a realizarse en nuestro país junto con Estados Unidos y Brasil.

“A partir de hoy comenzamos a trabajar juntos. El Ejército Argentino, con el Hospital Militar, dará el apoyo logístico, la cooperación para que los investigadores puedan desarrollar esta prueba tan importante para la vacuna contra el coronavirus. Estamos muy felices y contentos de iniciar esta etapa”, sostuvo Maldonado durante el acto que se llevó a cabo en las instalaciones del centro médico que dirige.

“La historia entre nuestro grupo de investigación con los investigadores que trabajan regularmente en el Hospital Militar Central tiene un largo tiempo. Es una historia que ha producido trabajos muy importantes para la salud, particularmente para los chicos, en el cuidado de la bronquiolitis y en proteger a las poblaciones más vulnerables”, sostuvo por su parte Polack.

Y agregó: “Actualmente, en el mundo hay cinco estudios en marcha cada uno de los cuales involucra hasta cien centros de investigación con distintas estrategias para frenar este problema que nos angustia tanto a todos. Uno de ellos ha venido a la Argentina, al Hospital Militar Central, para ser evaluado por nuestro equipo en colaboración del hospital y tratar de ver si le podemos ponerle freno a esta situación antes de fin de año, por lo menos en lo que respecta a la población más expuesta que son los médicos, los enfermeros, los camilleros, la gente que está todo día en el frente de batalla de esta enfermedad con tanto riesgo para sí mismo y para sus familiares”.

Según destacaron las autoridades, todos los participantes de estas pruebas, tanto militares como civiles, se presentaron voluntariamente. Por ello, y en cumplimiento de las buenas prácticas clínicas en la implementación de investigación médica, se preservarán sus datos a fin de evitar cualquier posibilidad de afectar las decisiones tomadas por la libre voluntad de los interesados.

Durante la reunión, Polack valoró la importancia de formar parte de este proyecto: “Para la Argentina participar en este programa tiene múltiples consecuencias. El primero y principal es tener datos argentinos para poder tomar decisiones de salud públicas. Hay muchas vacunas que funcionan de forma muy diferente en otros países. El segundo punto es que este estudio abre un deseo de multiplicar estas evaluaciones porque no va a haber vacunas para todos este año, las compañías nunca se prepararon para generar la cantidad de dosis para proteger al mundo entero. Entonces esto va a tener que ser un esfuerzo conjunto de distintas vacunas que se van comprando en distintos países. Y cuando uno participa de la solución se posiciona diferente a cuando uno es observador de la situación”.

Por su lado, Maldonado resaltó: “El Hospital Militar tiene 130 años. Es un hospital de alta complejidad, que tiene más de 90 servicios, que forma médicos, enfermeros, odontólogos, farmacéuticos, de todas las especialidades, a través de un sistema de residencias y de prácticas profesionales supervisadas. Es un hospital que tiene un equipamiento muy bueno, que tiene gente muy buena, que hace investigación también. Nuestra gente está capacitada para desarrollar investigaciones como lo hacemos desde hace ya muchos años. Esta, por la trascendencia y el alcance, es la más importante que encare el Hospital Militar Central”.

“Para nosotros, el valor es para nuestros profesionales de la salud: ellos van a aprender más en prácticas médicas y van a tomar experiencia en lo que es la investigación científica clínica. Pero debo decir que lo más importante de todo es la posibilidad que tiene el Ejército Argentino de poder ayudar a la comunidad en algo que va a acercar el fin de esta pandemia que nos afecta a todos”, finalizó el director.