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Un reciente estudio realizado en Wuhan, China, donde se originó la pandemia de coronavirus, buscó describir las consecuencias de los síntomas  a largo plazo de los pacientes recuperados tras haber pasado por un hospital y sus factores de riesgo de asociados. Concluyó que 7 de cada 10 pacientes conserva al menos un síntoma durante seis meses.

Los autores del trabajo publicado en la revista The Lancet señalaron que si bien se describieron “las características epidemiológicas y clínicas, la patogenia y las complicaciones de los pacientes en fase aguda, las consecuencias a largo plazo de la enfermedad siguen siendo poco claras”, debido a que esta patología es nueva y aún se empiezan a comprender los efectos tardíos en los pacientes.

Para determinar estas manifestaciones se realizó esta investigación -la más grande de su tipo hasta ahora- y mostró que el 76% de los pacientes (1265 de 1655) reportaron al menos un síntoma durante el seguimiento. A la vez, se mostró que las manifestaciones persistentes fueron más frecuentes en mujeres.

Los síntomas más frecuentes tras el alta fueron fatiga o debilidad muscular en 1038 de 1655 pacientes (63%) y dificultades para dormir en 437 de 1655 (26%). Además, el 23% (367 de 1617) de los participantes informaron ansiedad o depresión durante el seguimiento, que fue más usual también en personas del sexo femenino.

En total, para el estudio se inscribieron 1733 de 2469 pacientes dados de alta, después de excluir a 736. El seguimiento de todos ellos se realizó del 16 de junio al 3 de septiembre de 2020, y la mediana del tiempo de seguimiento después de la aparición de los síntomas fue de 186 días.

Los científicos encontraron que los pacientes que estuvieron más graves en su internación tenían capacidades de difusión pulmonar más gravemente deterioradas y manifestaciones anormales de imágenes de tórax.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los EEUU indican que “si bien la mayoría de las personas con Covid-19 se recuperan y vuelven a su salud normal, algunos pacientes pueden tener síntomas que pueden durar semanas o incluso meses después tras recuperación de una enfermedad aguda, Incluso las personas que no están hospitalizadas y que tienen una enfermedad leve pueden experimentar síntomas persistentes o síntomas tardíos”.

Fuente: RED43

 

 

El tan esperado equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) encargado de investigar los orígenes del coronavirus aterrizó hoy, tras meses de negociaciones, en la ciudad centro-oriental china de Wuhan, donde a finales de 2019 comenzaron a registrarse los primeros contagios de la covid.

Imágenes retransmitidas por la cadena estatal CGTN mostraron hoy la llegada de los miembros del equipo al aeropuerto de la ciudad procedentes de Singapur y su recibimiento por parte de personal enfundado en trajes blancos de protección.

Las calles de Wuhan, la ciudad de China donde se originó la pandemia de coronavirus que mató a miles de personas en todo el mundo, fueron lugar de un multitudinario festejo de Año Nuevo sin respetar el distanciamiento social.

Según la tradición, miles se reunieron frente al antiguo edificio de la Aduana de Hankow, uno de los lugares más populares de la ciudad para la víspera del cambio de año. Cuando el viejo reloj del edificio llegó a la medianoche, muchas personas lanzaron globos al aire, vitorearon y gritaron «feliz año nuevo».

«Estoy tan increíblemente feliz», dijo Yang Wenxuan, estudiante y turista de 20 años. «Esta es mi primera vez en Wuhan. Pero la cuenta atrás fue tan espectacular».

Cientos de personas se aglomeraron en las calles para celebrar el la llegada del nuevo año en Wuhan, la ciudad de China donde se originó la pandemia de coronavirus

«Espero poder obtener con éxito mi licenciatura y espero poder encontrar un novio», agregó Yang. Hubo una fuerte presencia policial y un estricto control de multitudes. Se vio a algunos miembros del personal de seguridad diciéndoles a varias de las pocas personas sin máscaras que debían ponerse una si deseaban quedarse. Aún así, la cuenta regresiva pareció continuar pacíficamente, en un ambiente relajado.

Las festividades se produjeron 12 meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijera que recibió por primera vez la noticia de casos de neumonía de causa desconocida en Wuhan, que luego se conoció como el primer brote mundial de Covid-19. Está previsto que un equipo de expertos de la OMS llegue a China en enero de 2021 para investigar los orígenes de la pandemia.

Wuhan estuvo en gran parte libre de virus durante meses, y en los últimos días se vacunó a algunos grupos específicos de la población local. Pero un pequeño aumento reciente de casos en varias ciudades chinas, incluida Beijing, ha recordado a la gente en Wuhan que la pandemia aún no terminó.

«Espero que en 2021 todo vaya bien en el país y Wuhan pueda volver a la normalidad y espero que el mundo pronto pueda derrotar la pandemia», dijo Anson Yang, residente de Wuhan. El joven de 25 años, que trabaja en el sector del comercio internacional, aseguró que sus ganancias se vieron muy afectadas en 2020 y que conoce muchas empresas en Wuhan que aún no han regresado a los niveles comerciales normales.

Hubo una fuerte presencia policial y un estricto control de multitudes

Varios estudiantes anhelaban el fin de la pandemia para poder continuar con sus estudios en persona. Sin embargo, un estudiante universitario extrajo algunas lecciones positivas de la lucha contra la pandemia.

«Si miramos las medidas que tomó la gente, las cosas que hizo la gente como parte del control de la epidemia y cosas por el estilo, un toque humano o amistoso, algo que normalmente no veríamos, fue sentido por todos», afirmó el joven de 21 años. Chen Mengfan.

El coronavirus es uno y no sólo uno. La ciencia ya identificó unas 35.000 secuencias genómicas pertenecientes a un sinfín de cepas distintas, que a su vez provienen de al menos 80 linajes de SARS-CoV2. Ahora, el Instituto Eijkman de Biología Molecular de Yakarta detectó una variante mutada del coronavirus en Indonesia que se considera más infecciosa que la cepa original encontrada en Wuhan, China.

La mutación, conocida como D614G, se ha encontrado en ocho de las 22 secuencias del genoma completo reportadas en Indonesia, dijo el presidente del Instituto Eijkman, Amin Soebandrio.

Agregó que los investigadores aún tenían que estimar el porcentaje de personas infectadas que portaban la variante mutada, pero Amin cree que la cepa mutada se había propagado a la mayoría de los pacientes en el país.

“Actualmente, D614G representa casi el 40% de los genomas reportados en Indonesia, pero si analizamos más muestras, podríamos obtener información más clara”, dijo Amin.

El investigador agregó que el virus mutado era 10 veces más transferible de una célula a otra que la cepa original encontrada en China. Sin embargo, esa conclusión se limitaba hasta ahora a las células en cultivos de laboratorio.

«Se necesitan más estudios para saber si esto también ocurre en humanos». Amin también dijo que se necesitan más estudios para confirmar una mayor gravedad o cualquier síntoma nuevo posiblemente causado por la variante mutada.

Agregó que la mutación no afectaría la eficacia de las posibles vacunas que se están probando actualmente, ya que no altera el dominio de unión al receptor del virus que permite que el virus infecte las células. La mayoría de las vacunas en desarrollo se dirigen a esta parte del coronavirus.

“Seguiremos realizando todo el proceso de secuenciación del genoma para comprender las características de la mutación. Estas secuencias son datos epidemiológicos importantes para rastrear la movilidad del virus ”, dijo Amin.

La cepa D614G se detectó por primera vez en Alemania a fines de enero y se encuentra comúnmente en los Estados Unidos y Europa. También se detectó recientemente en Malasia, y las autoridades sanitarias lo informaron en cuatro casos de dos grupos en el país.

En un artículo titulado «Seguimiento de cambios en el pico de SARS-CoV-2: evidencia de que D614G aumenta la infectividad del virus COVID-19», investigadores del Laboratorio Nacional de Los Alamos en los Estados Unidos dijeron que “la variante que lleva la mutación del pico D614G se convirtió en la forma globalmente dominante de SARS-CoV-2” en el transcurso de un mes.

Las mutaciones son frecuentes en los virus. “Estos virus, y más enfáticamente los que tienen el genoma RNA, tienen una tendencia a variar su genoma merced a la aparición de mutaciones. Las mutaciones son en general errores que se cometen durante la replicación. Como tales, pueden ser beneficiosas o perjudiciales”, había explicado a Clarín Jorge Quarleri, bioquímico, doctor de la UBA abocado a la microbiología e investigador principal del Conicet con sede de trabajo en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), indicó ADN SUR.

En China las medidas aplicadas para aplastar la infección por coronavirus fueron mucho más estrictas que las aplicadas en España y en Europa en general. Quizá algunos piensen que eso es así porque se trata de una dictadura férrea en lo social, pero el periodista Zigor Aldama explica que el éxito en la gestión de la pandemia ha sido el mismo en países como Corea del Sur y Taiwán, sin ese componente del totalitarismo político. Hasta el punto de que en este momento, en Wuhan ya autorizan macrofiestas, la población china ha vuelto a su vida normal y la economía del país ha sobrevivido.

Reconozco que primero había titulado este artículo así: «Por qué en Wuhan ya organizan macrofiestas y nosotros estamos como estamos». Luego decidí eliminar la segunda parte del titular porque está claro que las comparaciones son difíciles y seguramente equívocas, pero este artículo de Aldama me parece muy interesante no para buscar culpables o culpas o fallos, sino simplemente para aprender. ¿El qué? Cada uno debe sacar sus conclusiones, pero viendo lo que está sufriendo el tejido social y económico en España, me parece importante conocer cómo lucharon contra la pandemia en China, y cómo, a su vez, sufrieron, asumieron su responsabilidad y resistieron.

¿Cómo lo han hecho?

Según Zigor Aldama, corresponsal en Extremo Oriente que escribe desde Guyang, China, aunque está basado en Shanghái, hay que tener en cuenta tres grandes diferencias en las medidas contra la COVID-19 decretadas en China y en España.

Cuenta Aldama que Wuhan fue confinada el 23 de enero y luego lo fue toda la provincia, y así 60 millones de habitantes fueron sometidos a una «cuarentena estricta»: el transporte público fue parado por completo, sólo trabajaban los trabajadores más esenciales y se prohibió salir de casa «casi sin excepciones», o sea, que no se podía salir «ni para pasear al perro, hacer la compra o sacar la basura». Fueron cortadas carreteras e incluso se establecieron barricadas para controlar el tránsito de personas. La gente se organizaba para no sufrir desabastecimiento pero reduciendo al máximo las salidas. ¿Cómo es eso posible? ¿Nos podemos imaginar lo mismo en España? A mí me cuesta… durante el confinamiento vimos muchas cosas en televisión, pero no recuerdo ejemplos de organización vecinal parecida, solamente casos puntuales de solidaridad vecinal. Para mí, la explicación se la da a Aldama un arquitecto. Sigan leyendo.

«El confinamiento fue en cuanto a comunidad, no individual», le cuenta al periodista el arquitecto Vicente Guallart, que ha estudiado las diferencias de la cuarentena china para diseñar un barrio de viviendas en ese país, según explica Aldama. Y ese, creo, es el truco: la comunidad por encima del individuo

Las compras acabaron realizándose online o por teléfono, para minimizar la exposición de la gente, y las mascarillas fueron obligatorias desde mucho antes de que se confirmara por parte de la Organización Mundial de la Salud la transmisión aérea del virus. La OMS reconoció ese extremo el 10 de julio, pero más de 200 expertos de varios países lo habían advertido antes (el 30 de marzo la OMS había reconocido todo lo contrario, que no se transmitía por el aire).

Pero volvamos a China: a todo el que salía de casa se le tomaba la temperatura. En un par de semanas, cuenta el periodista, «se lanzaron las aplicaciones móviles de rastreo, como la app RadarCovid, que España quiere implementar ahora y que en China aún son obligatorias para la población».

76 días de confinamiento casi absoluto

Wuhan reabrió tras 76 días, cuando ya no se registraron contagios nuevos ni muertes. Fuentes de la administración china le explicaron al periodista que el objetivo no era contener el virus, sino erradicarlo. Nosotros íbamos siguiendo la curva, esperando su pico más alto y luego el supuesto descenso, pero los chinos querían aplastar esa curva.

En marzo fue decretada en China la cuarentena para quienes llegaban del extranjero y más tarde, para quienes llegaban de zonas con casos activos, sigue contando Aldama. Los confinados por cuarentena pasaban esos días en un centro sanitario, en un hotel o en su domicilio, pero en todos los casos no podían salir: eran vigilados por una cámara y un sensor de movimiento, algo que difícilmente nos imaginamos en este lado del mundo.

Tras la reapertura de Wuhan, sus 11 millones de habitantes se hicieron un test. Los positivos, explica el periodista, «independientemente de que fuesen asintomáticos, fueron puestos en cuarentena. En España, como contraste, rastreadores que llaman a los infectados para ver si han desarrollado síntomas los han llegado a encontrar en la playa»

Los rebrotes han sido tratados con medidas similares a las aplicadas en Wuhan: cuarentena para los contagiados y observación para todos sus contactos, ya se trate de pasajeros de avión o de tren, o de habitantes de la capital Pekín o de pequeñas ciudades fronterizas. Desde el día 16, destaca Zigor Aldama, en China no ha enfermado nadie, la veintena de casos declarados han sido importados del extranjero.

Sufrimiento y recompensa

Los chinos han sufrido para derrotar al coronavirus, también la economía del país se ha resentido sustancialmente, pero ahora están retomando su actividad y su vida con seguridad, como le explican al periodista algunos residentes de Wuhan. Por eso ya pueden celebrar macrofiestas como la que muestra la foto, en una piscina, con un aforo del 50% y el código verde para todos los asistentes en la aplicación móvil.

Explica Aldama que es cierto que China al completo sólo cerró un par de semanas, pero recuerda también que incluso la población de ciudades que no fueron confinadas se quedó en casa, teletrabajando

En China se tomaron medidas muy estrictas y drásticas para derrotar al virus. En otros países, recuerda el periodista, no totalitarios sino democráticos, como Taiwán o Corea del Sur, donde también han luchado con éxito, las poblaciones no fueron confinadas pero en cambio se destinaron a la lucha «multitud de recursos para operaciones de rastreo» y se hicieron cuarentenas selectivas «que han salvado sus economías».

La conclusión del periodista es clara: «La Corea capitalista todavía sufre algunos rebrotes, en casos relacionados con actividades de ocio, pero nada comparado con la segunda ola de España. Eso sí, nadie pone en tela de juicio que haya que descargar una aplicación móvil que puede atentar contra su privacidad para combatir el coronavirus».

Otra conclusión la pone sobre la mesa uno de los habitantes de Wuhan, en declaraciones a Aldama: “China ha sufrido mucho para batir al coronavirus. La economía de mi provincia ha quedado devastada, pero ahora podemos salir y reanudar la actividad con seguridad. En Occidente, veo que hay temor a las consecuencias económicas y políticas y por eso no se decretan las medidas que serían deseables. Pero, a largo plazo, eso va a ser más dañino”.

Espero que, como decía al principio, esta información haya sido útil, ya sea como curiosidad, ya sea para aprender. Estamos viviendo una crisis global, no estamos solos, y aunque eso no sea siempre un consuelo, sí que consuela saber que hay otras formas de luchar que, nos gusten más o menos, están dando buenos resultados. Y no me refiero tanto a la política y a las medidas ordenadas por las autoridades, como a las decisiones de cada uno. Queda claro, pienso, que la responsabilidad es de todos, y eso sí es algo que vale la pena aprender.

Cualquiera podría pensar que se trata de imágenes de otras épocas: miles de personas, todas juntas, pasándola bien en una fiesta en una gran piscina. Pero no. Una multitud copó un parque acuático durante el fin de semana en la ciudad de Wuhan, China, epicentro inicial del coronavirus.

Mientras en Latinoamérica los contagios no dan tregua y en Europa se multiplican los rebrotes, parece que esta ciudad china vuelve a la vida normal.

El popular parque acuático Wuhan Maya Beach se llenó de gente retozando en traje de baño y anteojos oscuros durante un festival de música electrónica, muchos sobre botes de goma o metidos con el agua hasta el pecho.

Wuhan Maya Beach durante un festival de música electrónica. Foto: STR / AFP

El parque acuático reabrió en junio cuando Wuhan se abrió gradualmente y tras un bloqueo de 76 días y restricciones estrictas para tratar de controlar la propagación del virus.

Según los medios locales, el parque limitó la asistencia al 50 por ciento de la capacidad normal. No parece: las imágenes muestran miles de personas, como no creímos volver a ver hasta la llegada de una vacuna.

Artistas en el escenario frente del agua y la multitud, apretujada y agitando los brazos. Con chalecos salvavidas. Sacando fotos con celulares protegidos por bolsas plásticas. Pero nadie con barbijo o tapabocas.

Gente en el agua con botes de goma, chalecos salvavidas, celulares protegidos por bolsas de plástico, pero sin barbijos. Foto: STR / AFP

La historia de Wuhan

Vale recordar que los primeros casos conocidos de COVID-19 surgieron en Wuhan a fines del año pasado, una ciudad de 11 millones de habitantes, antes de que el virus se propagara por todo el mundo, matara a cientos de miles y paralizara las economías.

El bloqueo se levantó en abril, y no se han reportado oficialmente nuevos casos de transmisión nacional en la provincia de Hubei, donde Wuhan es la capital, desde mediados de mayo.

Para intentar impulsar la economía local, el gobierno de Hubei ha estado ofreciendo entrada gratuita a 400 sitios turísticos en toda la provincia.

China ha controlado en gran medida su epidemia interna, pero los brotes esporádicos y un verano de graves inundaciones han exacerbado las consecuencias económicas.

Fines de abril 2020, gente paseando por el Zoológico de Wuhan. Foto: Xinhua/Cheng Min

Turismo en Hubei

Hasta el domingo 16 de agosto, los lugares escénicos de Hubei habían recibido un total de 3,26 millones de visitantes, con un aumento significativo en los recorridos grupales y entre provincias, después de que se implementara la política de entrada gratuita, el 8 de agosto, como muestra de gratitud para todo el país por la asistencia durante el brote de la epidemia de COVID-19.

Solo durante el último fin de semana, el número de turistas superó el millón, con Wuhan, la capital provincial, como el principal destino.

Tanto los grupos de turistas como los viajeros solos deben hacer reservas antes de visitar. Además, deben someterse a un control de temperatura antes de ingresar a las atracciones turísticas.

Entre el 8 de agosto y el domingo, más de 5,38 millones de personas hicieron reservas de entradas. Hasta el momento, 850 agencias de viajes de Hubei, casi el 71 por ciento del total, han reanudado labores.

La ciudad china de Wuhan, epicentro de la pandemia del COVID-19, llevó a cabo más de seis millones y medio de pruebas de ácido nucleico en diez días, de acuerdo a lo informado este lunes por las autoridades locales.

Según la Comisión Municipal de Sanidad de Wuhan, entre los días 14 y 23 de mayo se llevaron a cabo más de 6,57 millones de test como parte de una campaña de detección iniciada después de que un pequeño rebrote pusiera en alerta a las autoridades tras varias semanas sin registrar contagios.

El último día de estas pruebas se realizaron hasta quince veces más que en el primero y el día que más test fueron llevados a cabo fue el 22 de mayo, con poco más de 1,47 millones.

La intención de las autoridades locales era estimar el número de casos asintomáticos ante la paulatina vuelta a la normalidad en Wuhan, que está reabriendo fábricas, negocios y escuelas tras casi once semanas de estricto confinamiento.

Antes de esta campaña se habían realizado más de tres millones de pruebas de ácido nucleico en la ciudad, capital de la provincia central de Hubei y hogar de unos once millones de habitantes.

Aunque en un principio se habló de realizarlas a todos los ciudadanos, finalmente las autoridades recomendaron no hacerlas a niños menores de seis años y se ha dado prioridad a aquellas comunidades residenciales donde se hubieran registrado brotes con anterioridad, así como a edificios “antiguos y densamente poblados”, según la agencia de noticias estatal Xinhua.

Los test que se están realizando en Wuhan son gratuitos y voluntarios (REUTERS/Aly Song)

La Comisión Municipal de Sanidad aseguró este lunes que “el trabajo de recogida de muestras está prácticamente finalizado” aunque pidió a “los escasos residentes” que no se han sometido a las pruebas que “den el paso” antes de mañana por la tarde.

No obstante, según la prensa oficial, el carácter de estas pruebas no solo es gratuito sino también voluntario.

La mejora de la situación de Wuhan también generó otra noticia esperada en la zona, ya que las autoridades comenzaron a permitir ayer los vuelos directos entre Hubei y Beijing, prohibidos desde finales de enero.

Según el rotativo oficial Global Times, la decisión se tomó debido a que la situación de la COVID-19 “se estabiliza” en Hubei y a que “la capacidad de llevar a cabo pruebas (de detección) de Wuhan crece”.

La provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, ha informado de 4.512 muertos por coronavirus, 3.869 de ellos en la ciudad de Wuhan. Hubei ha dado cuenta de 68.135 casos confirmados en total, 50.340 de ellos en Wuhan.

En Wuhan, la ciudad china donde comenzó la pandemia, un paciente se acercó al hospital Wuhan Taikang en febrero pasado con síntomas de Covid-19. Tras confirmarse que estaba infectado, quedó internado y su perro mestizo de unos siete años decidió esperarlo en el nosocomio.

Pese al tratamiento médico, el hombre -que se encontraba dentro de un grupo de riesgo- falleció cinco días después. En China, las víctimas de coronavirus se contaban de a miles a principios de año y la enfermedad aún no había llegado a su pico. Pero el perro, que vio por última vez a su dueño cuando ingresó a la clínica, fue todos los días a esperarlo durante los tres meses siguientes. Así lo detalló La Nación.

Los empleados del hospital lo bautizaron como Xiao Bao , que significa «pequeño tesoro», y le dieron de comer durante cada una de sus visitas. Según reportó el Daily Star , las autoridades del centro sanitario decidieron finalmente llevarlo al refugio de la Asociación para la Protección de los Animales Pequeños de Wuhan el 20 de mayo pasado, donde varias personas ya manifestaron su interés por adoptarlo.

 

Los distintos complejos residenciales están censando a sus habitantes, como paso previo a poner en marcha los análisis.

La ciudad china de Wuhan, donde se conocieron los primeros contagios de coronavirus, empezó hoy a realizar análisis de ácido nucleico a toda la población después de que el pasado fin de semana se detectaran seis casos entre residentes de la urbe de 11 millones de habitantes.

El programa, anunciado ayer por las autoridades, se inició en varios complejos residenciales, según el diario local Xinjing Bao, que publicó imágenes de decenas de habitantes de la urbanización wuhanesa de Zong Guan sometiéndose al test.

En tanto, fuentes de la Municipalidad de Wuhan señalaron que los distintos complejos residenciales de la ciudad están censando a sus habitantes, como paso previo a poner en marcha los análisis, informó la agencia de noticias EFE.

Autoridades sanitarias señalaron a finales del mes pasado que más de 1 millón de habitantes se habían sometido a esos test, por lo que quedarían otros 10 millones por analizar entre hoy y el 23 de mayo, aunque la capacidad analítica de Wuhan era de 46.000 personas al día el mes pasado.

Hasta el contagio diagnosticado el pasado día 9 de mayo -seguidos por otros cinco el día siguiente- Wuhan y la provincia de la que es capital, Hubei, habían registrado una racha de 35 días consecutivos sin detectar infección alguna por el coronavirus, según cifras oficiales.

Entretanto, la ciudad de Huangzhou, también en Hubei, someterá a todos los estudiantes de último año de enseñanza media y al personal de esas escuelas a análisis de anticuerpos cada dos semanas a partir de la fecha de la reapertura de los centros educativos, a final de mes.

Por su parte, la provincia nororiental de Jilin -donde hoy se registraron seis nuevos contagios a nivel local y que acumula una treintena de nuevos casos en la última semana- cerró parcialmente sus fronteras, cortó los enlaces de transporte y cerró las escuelas, como medida precautoria.

China ha registrado más de 84.000 casos de coronavirus y más de 4.600 muertes por la enfermedad.

En la capital Beijing, en tanto, la Comisión Municipal de Educación informó hoy que las clases de enseñanza primaria y secundaria, así como las universidades y las guarderías se reanudarán por completo a principios del próximo junio, después de estar detenidas por casi cinco meses.

Los estudiantes de primer y segundo grado de enseñanza primaria y secundaria y los del sexto grado de primaria volverán a las aulas el 1 de junio mientras que los de cuarto y quinto grado de primaria lo harán el 8 de ese mes.

Los jardines de infancia y guarderías de la capital podrán abrir sus puertas a partir también del 8 de junio siempre que reúnan unas determinadas condiciones de higiene y prevención.

Las Universidades reabrirán el 6 de junio y los universitarios podrán retornar, de forma voluntaria, a los campus, en los que «se han implementado profundamente medidas antivirus», de acuerdo con la Comisión Municipal de Educación, informó la agencia de noticias estatal Xinhua.

Hasta el momento, cerca de 80.000 escolares de los últimos cursos de primaria y secundaria, de entre 14 y 17 años, habían regresado a las clases desde el pasado 27 de abril en la capital.

Con la excepción del foco de la provincia de Hubei, Beijing era hasta entonces la única división administrativa del país que no había retomado la actividad lectiva en ningún nivel educativo.

Las medidas para evitar la propagación del virus en la capital del país han sido extremas desde el principio de la pandemia y han afectado también a la vuelta a las clases.

Más de 107 millones de estudiantes chinos ya reanudaron las clases en todo el país, lo que supone cerca del 40% del total, mientras solo cinco provincias de las 34 divisiones administrativas no han vuelto a la actividad en las universidades, informó ayer el Ministerio de Educación chino.

El director del grupo para el control de la epidemia del Ministerio de Educación, Wang Dengfeng, señaló que actualmente hay un solo caso confirmado entre todos los docentes y los estudiantes a nivel nacional -tanto los que han comenzado las clases como los que no- mientras que existen 14 asintomáticos que se encuentran bajo observación médica.

El contagio confirmado está relacionado con uno de los llamados casos «importados», de viajeros procedentes del extranjero, en la provincia nororiental de Heilongjiang, señaló EFE.

La medida es una respuesta a los temores de la población tras haberse detectado seis nuevos casos.

Las autoridades de Wuhan, la ciudad donde se inició la pandemia de coronavirus, planean llevar a cabo test masivos a sus 11 millones de habitantes, tras ser detectado un pequeño rebrote en una comunidad residencial, aunque a nivel nacional las cifras de contagios volvieron al mínimo histórico.

El diario oficial Global Times citó a fuentes de la autoridad sanitaria de Wuhan para informar sobre el plan oficial de testeos masivos, que duraría unos diez días, aunque aún no se ha confirmado ni se revelaron los detalles.

La medida es una respuesta a los temores de la población tras haberse detectado seis nuevos casos en un complejo residencial, informó la agencia de noticias EFE.

Wuhan y la provincia de la que es capital, Hubei, llevaban sin registrar ningún contagio desde el pasado 4 de abril, lo que llevó a esta región -que acumula el 80% de los casos detectados en China y el 97% de las muertes- a rebajar del primer al segundo nivel su alerta sanitaria a principios de este mes.

El gobierno municipal pidió a los diferentes distritos que elaboren planes detallados para implementar esta investigación epidemiológica, que se centrará especialmente en las comunidades con más densidad de población y en las áreas donde la movilidad de los residentes sea mayor.

El subdirector del departamento de biología patogénica de la Universidad de Wuhan, Yang Zhanqiu, recordó que hasta ahora se han realizado pruebas a entre tres y cinco millones de residentes de la séptima ciudad más grande de China: «Wuhan es capaz de hacer pruebas a los otros 6 u 8 millones en diez días».

El portavoz de la Comisión Nacional de Sanidad, Mi Feng, aseguró hoy que la aparición de nuevos casos de contagio a nivel local cuando la epidemia parecía bajo control en China son un «recordatorio» de que no se debe bajar la guardia en las tareas de prevención contra la enfermedad, informó la agencia de noticias EFE.

En tanto, más de 107 millones de estudiantes chinos retornaron a clases, lo que supone cerca del 40% del total, mientras que solo cinco provincias de las 34 divisiones administrativas del país no han vuelto a la actividad en las universidades, informó hoy el Ministerio de Educación chino.

El director del grupo para el control de la epidemia del Ministerio de Educación, Wang Dengfeng, explicó que casi 3 millones de los estudiantes comenzaron las clases son universitarios, pertenecientes a 26 provincias del país, excepto las de Hebei (noreste), Shandong (este), Hubei (centro), Heilongjiang (noreste) y la municipalidad de Pekín, donde aún no se ha vuelto a las aulas en las universidades.

Más de 31 millones de alumnos regresaron a clase en las escuelas de enseñanza secundaria y casi 44 millones lo hicieron a las de primaria en 21 provincias, mientras que los jardines de infantes han abierto en solo ocho provincias del país.

La Comisión Nacional de Sanidad de China informó hoy de que ha registrado un solo nuevo caso de contagio del coronavirus en todo el país este lunes tras un ligero repunte de nuevos positivos al registrar 17 en la víspera.

Este único caso se le diagnosticó en la provincia septentrional de Mongolia Interior a un viajero procedente del extranjero.

Asimismo, las autoridades sanitarias indicaron que, hasta la pasada medianoche local se dio de alta a 27 pacientes, mientras que el número de aquellos en estado grave aumentó en un caso, señaló EFE.