Fanáticos de distintos puntos del planeta sueñan con poder viajar en La Trochita, atravesar la Patagonia sentados en sus vagones llenos de magia y escuchar junto al calor de la salamandra, las diversas historias que allí transcurrieron.
La nostalgia que inspira el recorrido en el mítico tren de trocha angosta que parte de Esquel es de un valor incalculable, por eso muchos ferrófilos de todo el mundo quieren atravesar miles de kilómetros para cumplir ese sueño.
Es por ello que el próximo sábado 15 de noviembre un contingente de ferrófilos europeos cumplirá su sueño de recorrer la estepa chubutense en El Viejo Expreso Patagónico, símbolo de los ferrocarriles a vapor y de trocha angosta que sigue circulando por la Patagonia argentina con la impronta de antaño. El grupo estará compuesto por unos 35 viajeros congregados por una compañía inglesa y la coordinación local está en manos de Luis Gutiérrez, reconocido fanático de los rieles, director de la revista Tren Rodante y pionero en la organización de este tipo de propuestas.
En octubre pasado, otro grupo conformado por 55 europeos, mayoritariamente alemanes, también pudo disfrutar de un recorrido chárter que incluyó el recorrido desde Esquel hasta la estación Nahuel Pan, al día siguiente a El Maitén y luego hacia Ingeniero Jacobacci, en Río Negro, cubriendo más de 400 kilómetros. Al finalizar la travesía, los viajeros expresaron su alegría y satisfacción luego de haberse sentido protagonistas de lo que calificaron como “un viaje a la época de gloria del ferrocarril en la Patagonia”.
En efecto, más allá de las salidas turísticas habituales desde Esquel a Nahuel Pan del Viejo Expreso Patagónico, dependiente de la Corporación de Fomento del Chubut (CORFO), con estas innovadoras propuestas el tren cordillerano gana fama mundial entre los nostálgicos de los antiguos trenes a vapor.
Por su parte, Ignacio Goyeneche, Coordinador del Viejo Expreso Patagónico, explicó que es muy impactante escuchar el testimonio de los viajeros que atraviesan el globo para estar cuatro días sobre los rieles de La Trochita. “En Europa los trenes vuelan y sin embargo ellos hacen un gran esfuerzo para poder disfrutar de esta experiencia. Inclusive nos piden que sumemos los vagones de carga y los de agua, es decir, revivir exactamente cómo era viajar en este tren en sus inicios”, dice.
Además, Goyeneche adelantó que se están realizando las gestiones formales para sumar el Viejo Expreso Patagónico a la Organización Mundial de Trenes Turísticos, lo cual le permitirá tener mayor visibilidad internacional. “Consideramos que con cuatro chárters por año lograríamos hacer rentable a la Trochita”, afirmó. “El turismo ferroviario en el mundo es muy significativo, pero más importante es poder contar con uno de los trenes que mayor pasión genera”, comenta Américo Austin, Secretario de Turismo de Esquel, para quien es un verdadero orgullo y un gran desafío el poder lograr que año tras año muchos de esos fanáticos puedan vivir la experiencia de “viajar en el tiempo”. “Esto permite una importante difusión a nivel mundial y una mayor conciencia del potencial turístico que este maravilloso tren posee para nuestra zona”, agrega.
El excelente estado de conservación de las locomotoras construidas en la década de 1920; el cuidado de los vagones históricos; la recuperación de los genuinos colores argentinos; el paisaje agreste que prácticamente no ha sufrido modificaciones desde 1945, cuando La Trochita comenzó a circular como tren de pasajeros; la posibilidad de tomar fotografías en varios puntos panorámicos y la calidez y buena predisposición de los chubutenses para recibir a los viajeros garantizan que esta propuesta turística de chárters para extranjeros tenga un enorme potencial. “Todos estos elementos permiten la ilusión de un viaje por el túnel del tiempo. Pensemos que se trata de aficionados que quizás han programado este viaje durante toda su vida y finalmente pueden cumplirlo. De esta manera La Trochita no sólo se abre a la comunidad y a los turistas nacionales sino que atraviesa las fronteras como lo que es: una auténtica joya de la Patagonia”, resume Gutiérrez.
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