«Claramente aquí hay un interés muy fuerte por parte de los laboratorios y las potencias hegemónicas que siempre impulsaron su prohibición desde el año 61, justamente porque el cannabis es un vegetal que podría tener cualquier persona en su casa. Y alguien que consume cannabis medicinal probablemente deje de consumir diez fármacos diferentes», dimensionó Carolina Gaillard, quien preside la comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación.
El encuentro se desarrolló el sabado en el Cine Teatro Español de la ciudad de Comodoro Rivadavia con la participación de especialistas y familiares de pacientes y del diputado del PJ-FpV, Gustavo Fita quien también disertó y coincidió con su par nacional.
Mientras la discusión instalada a nivel nacional se da en torno a la autorización de un tratamiento médico, ya que el uso del cannabis medicinal consiste en ello, las distintas legislaturas avanzan en las provincias sancionando sus marcos legales como en el caso de Chubut que lo incluyó en el vademécum de la obra social SEROS. Sin embargo, en el Congreso nacional es donde la iniciativa encuentra las mayores resistencias, fundamentalmente desde el oficialismo y en función de los posicionamientos del Ministerio de Seguridad.
Para Carolina Gaillard (FpV), diputada nacional que preside la comisión de Salud de la Cámara baja la situación no solo tiene contexto en las políticas nacionales de lucha contra el narcotráfico -un argumento que consideró erróneo- sino además en los intereses de los laboratorios.
«Claramente aquí hay un interés muy fuerte por parte de los laboratorios y las potencias hegemónicas que siempre impulsaron su prohibición desde el año 61, justamente porque el cannabis es un vegetal que podría tener cualquier persona en su casa. Y alguien que consume cannabis medicinal probablemente deje de consumir diez fármacos diferentes», expuso ayer al participar en el Cine Teatro Español del 1° Seminario Regional Patagónico de Cannabis Medicinal.
INTERESES CRUZADOS
Así manifestó que la negativa a autorizar un tratamiento médico derivado de una planta, convive a nivel institucional con un sistema de salud que prescribe con total naturalidad ansiolíticos y psicotrópicos -incluso a nivel pediátrico-, que sí constituyen fármacos «peligrosos» desde el punto de vista del consumo y la adicción, argumentó.
«El negocio de los laboratorios es muy importante: mueven 900.000 millones de dólares al año en el mundo. Después del negocio de las armas es el más importante. Si no ha habido investigación en el cannabis y sus posibles beneficios, es porque claramente hay un negocio de los laboratorios que ha impedido no solo que se investigue, se ha impedido y prohibido sus uso en el año 61 justamente porque se trata de un vegetal que cualquiera podría tener», subrayó la diputada.
Gaillard expuso que el debate que actualmente se da en Diputados, se circunscribe puntualmente en el uso medicinal y su autorización que hoy está penalizada por la ley de estupefacientes. Señaló que la mayor oposición al tratamiento proviene del Ministerio de Seguridad y en relación a las políticas contra el narcotráfico.
«De allí viene la mayor oposición a que avancemos en la despenalización del uso medicinal -no del consumo recreativo- y trabajamos fuertemente en el consenso de todos los bloques políticos en avanzar en autorizar la investigación del cannabis medicinal, la producción publica y tendríamos que ponernos de acuerdo en algunas posturas cruzadas que hay respecto de la autorización del autocultivo para pacientes que tienen determinadas patologías como al epilepsia refractaria, pacientes oncológicos, que podrían cultivar en sus domicilios para poder hacerse la medicina», explicó Gaillard en función de que en la Cámara baja existen doce iniciativas vinculadas en análisis, todas provenientes de distintos bloques políticos.
«Creemos que podemos hacer una legislación como hay en otros países del mundo donde existen registros en el marco de la autoridad de aplicación, es decir el Ministerio de Salud, que autorizan a pacientes a cultivar en su domicilio. Pero hay mucha hipocresía y nosotros tenemos que dar el debate de cara a la sociedad, sacándonos la caretas que hay.
No estamos hablando de legalizar el consumo de la marihuana, pero hay que decir que hoy la política del Gobierno nacional y el Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bulrich está a contramano del mundo, que ya no trata al consumidor como un delincuente, sino como alguien con un problema», sostuvo.
Más allá de ese posicionamiento, Gaillard subrayó que lo que se discute hoy es el cannabis medicinal, un debate totalmente diferente al del consumo y el narcotráfico.
«Nuestro debate tiene que ver con la salud, y con que el Estado no les ponga resistencia y dificultad a mamás y pacientes que lo necesitan, y que por estar penalizado aún el uso medicinal lo único que sucede es que es difícil encontrar un médico que te los prescriba, es difícil hacerte del aceite que no se vende en farmacias, y el Estado no puede producir. Nosotros creemos que hay que despenalizar y legalizar el uso medicinal para que todos los pacientes que han encontrado en el cannabis una manera de aliviar el dolor y una mejor calidad de vida lo puedan hacer. Tienen todo el derecho y así se los garantizan los tratados internacionales de Derechos Humanos», manifestó la diputada.