Una imagen del la densa nube de humo provocada por los incendios de campos trajo el recuerdo de los bomberitos caídos en servicio en 1994. Quizás ellos también ayudaron…
El fotógrafo Mario Acosta apuntó a la densa humareda con la intención de reflejar la magnitud del siniestro. Fue el 22 de diciembre, primer día del incendio desatado aproximadamente 60 kilómetros al Noreste, entre Puerto Lobos y Madryn.
Estaba sobre Ruta 1, arriba de un camión cisterna que abastecía a una dotación de Bomberos de Madryn. Combatían cara a cara con el fuego que avanzaba hacia el Oeste rotando al Sur. Se temía que las llamas cruzaran la Ruta 1 y alcanzaran la Estancia la Colmena, casco histórico de 1910.
Mario registró varias tomas pero en ese momento no se percató de nada.
Una vez vuelto a la ciudad y luego del trabajo de edición las subió a su Facebook y fue allí que un guardavidas, también bombero, notó en la inmensa nube lo que parece el perfil de un bombero, con un casco “cola de patito” y un hacha en su mano.
Enseguida lo relacionó con la época de la tragedia de los bomberitos ya que ese tipo de casco era el que se usaba por esos tiempos.
Luego de tres días de arduo trabajo de los bomberos de Puerto Madryn y la ayuda de los cuarteles de Trelew, Rawson, Pirámides y Dolavon, el apoyo fundamental de máquinas viales de Vialidad Provincial y empresas privadas, además de personal de Defensa Civil, Policía, entre otros, se logró controlar el avance de las llamas. El clima hizo el resto.
Se vivieron momentos muy duros en los últimos tres días, e incluso casi en el mismo momento que Mario registraba esa toma, la dotación encabezada por el Jefe del Cuartel, Marcelo Do Paso, era encerrada por las llamas debiendo escapar en el móvil por entre las lenguas de fuego.
Cada incendio de campos en nuestra ciudad trae el recuerdo de la tragedia de los bomberitos en enero de 1994. Y esta vez no hubo excepción.
Quizás ellos también ayudaron a extinguir el fuego…
Fuente: LU17