La empresa de calzados ubicada en La Rioja echó a 130 operarios de su planta. Explicaron que se deben al incremento de la importación dispuesta por el Gobierno Nacional.
Trabajadores despedidos de la empresa Unisol, que fabricaba en la provincia de La Rioja calzados para la marca alemana Puma, aseguraron hoy que el «cierre es definitivo», debido a que la firma del país europeo sostuvo que su funcionamiento no resulta conveniente a los fines económicos por «cómo está» Argentina.
Por su parte, el diputado nacional por el justicialismo y ex gobernador Luis Beder Herrera atribuyó el cese de la actividad -que originó el despido de 130 operarios en La Rioja, Sanagasta y Chilecito- al incremento de «la importación» dispuesto por el gobierno nacional.
«El miércoles por la mañana hubo una reunión con el ministro de Industria de la Nación, Ignacio Pérez Riva, legisladores, gremialistas, funcionarios provinciales y representantes de Puma en Argentina, y se supo que la decisión del cierre definitivo es de Alemania, por como está el país», contó Franco Valdés, despedido de la planta de Sanagasta, en diálogo con radio 10.
Al encuentro, concretado en la Capital Federal, asistió Herrera, quien en contacto con la prensa sostuvo: «No se puede contra la importación de calzados, contra las dos empresas competidoras de Puma, que son Nike y Adidas, que sólo arman o importan zapatillas armadas, mientras que Puma fabrica el calzado y la capellada».
“A la Nación no le gusta cuando les decimos que ellos dejan que se importe el calzado, pero es la verdad», cuestionó el diputado justicialista.
En la reunión, el ministro de Industria «sugirió a la Provincia crear una SAPEM», manifestó Valdés, en alusión a una Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria.
Además, se acordó un pago de un subsidio de la Nación para los trabajadores despedidos durante seis meses y un aporte a futuro para el impulso inicial de la eventual SAPEM.
«Estamos destruidos porque no habíamos sido notificados de que iba a cerrar la empresa. Somos 60 los despedidos en Sanagasta y hay compañeros con 30 años de antigüedad», expresó Valdés.
Pese a manifestarse esperanzado en pasar a formar parte con sus compañeros de la futura SAPEM, advirtió que, en Sanagasta, los operarios cesanteados «no» permitirán que «se toquen las máquinas» de trabajo y continuarán con el campamento montado frente a la fábrica.