Se conmemora cada 22 de octubre, en reconocimiento a la tarea incansable de las Abuelas de Plaza de Mayo. Así lo estableció la ley 26.001 sancionada por el Congreso Nacional en diciembre de 2004, que dispone la realización, en esa fecha, de una jornada educativa y de concientización en todos los niveles.
El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas usurparon el gobierno constitucional en la República Argentina por medio de un golpe de Estado. A raíz de ese hecho, más de 500 niños fueron apropiados ilegalmente y entregados a otras familias.
En 1977, a seis meses de que un grupo de madres comenzara a caminar en ronda todos los jueves alrededor de la Pirámide de Mayo, doce mujeres decidieron, un 22 de octubre, unir sus esfuerzos para encontrar a los hijos de sus hijos secuestrados por la dictadura. Primero se identificaron como «Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos»; sin embargo, la historia y el pueblo las bautizaron «Abuelas de Plaza de Mayo».
Raquel Radio de Marizcurrena, Clara Jurado, María Eugenia Cassinelli de Garc a Iruretagoyena, Celia Giovanola de Califano, Hayd e Vallino de Lemos, Alicia «Licha» Zubasnabar de De la Cuadra, Leontina Puebla de Pérez, Beatriz Aicardi de Neuhaus, Eva M rquez de Castillo Barrios, Mar a Isabel «Chicha» Chorobik de Mariani, Vilma Delinda Sesarego de Gutiérrez y Mirta Acu a de Baravelle, conformaban el grupo de las doce madres-abuelas que desarrollaron la tarea inicial que, hasta la fecha, permitió recuperar 105 nietos.
Hoy la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo sigue con el objetivo de localizar y restituir a sus legítimas familias a todos los niños apropiados por la última dictadura militar, crear las condiciones para prevenir la comisión de ese crimen de lesa humanidad y obtener el castigo correspondiente para todos los responsables.
Está presidida por Estela Barnes de Carlotto y tiene su sede central en Buenos Aires. Han sido nominadas en dos ocasiones al Premio Nobel de la Paz: en el 2008 y en el 2011. El 14 de septiembre de 2011 recibieron el premio Félix Houphouët-Boigny, otorgado por la Unesco, por su trabajo en materia de derechos humanos.
La acción de las Abuelas de Plaza de Mayo no puede desvincularse de la tarea de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONaDI), creada en 1992, y del Banco Nacional de Datos Genéticos que permite obtener la información genética para establecer la filiación familiar.
Formalmente, la CONaDI está asociada a la búsqueda y localización de niños desaparecidos, pero su función abarca también la tarea de recibir denuncias sobre robo y tráfico de menores, despojos a madres y adultos con identidad vulnerada, según los principios enunciados por el organismo.
Las primeras pericias para poder identificar a los menores secuestrados se realizaron en 1984 a pedido de Abuelas. En 1987 el Congreso Nacional sanción la ley 23.511 que creó el Banco Nacional de Datos Genéticos, que funciona en el Hospital Durand.
Tiempo Sur