Una joven de Puerto Madryn relató en Facebook el calvario al que fue sometida por su novio durante un año y medio. Insultos, golpes, intentos de asfixia y el aislamiento de su entorno. Tras conocer el veredicto de un juez contó la historia en las redes y como recupera con la ayuda de su familia y amigos
Victoria eligió el lienzo de las redes sociales para pintar allí un paisaje del infierno que atravesó durante una parte de su vida. Y no se quedó en eso, no. Siguió haciendo trazos para explicar, de qué manera ella y sus afectos le permitieron rearmarse y poder contarles a otras mujeres que es posible salir de los tormentos a las que fue sometida por un hombre violento.
Hace diez días la justicia impuso al agresor de Victoria una condena en suspenso y una importante cantidad de restricciones a los fines de que en caso de no cumplir alguna de ellas, se haga efectiva una pena de seis meses de prisión. El caso tuvo amplia difusión, ya que el acusado, un joven de 32 años, fue exonerado del Poder Judicial a través de un sumario del Superior Tribunal de Justicia tras conocerse la denuncia formal de la mujer, después de un año y medio de violencia psicológica y física.
“Antes de esto era una chica normal, había terminado el CBC en la UBA y vivía en Buenos Aires, me juntaba con mis amigas, era muy familiera y cuando empecé con él me empecé a distanciar de todos” contó a Jornada María Victoria Cosentino, una joven madrynense que tras vivir un calvario se recupera aún de todo lo ocurrido entre mediados del 2015 y los primeros meses del 2017.
En el transcurso de esa relación, vivió momentos de una violencia descomunal. Insultos, golpes, intentos de asfixia y hasta la humillación de permanecer desnuda durante horas en el interior de un departamento porque su novio le tiraba la ropa por la ventana.
Esas situaciones se vivían indistintamente en Buenos Aires, cuando él la visitaba, como en Puerto Madryn. “Cuando volvía de estudiar iba directamente a la casa de él; si iba mucho a lo de mi mamá había problemas, si salía con amigas era un problema, si iba con él al boliche y me encontraba con mis amigas y estaba un rato con ellas, también era un problema. Me convertí en una persona totalmente opuesta a lo que era” recuerda Victoria y define su situación en ese momento como el de una persona que “no hacía lo que yo quería, hacía cosas que yo no quería hacer pero todo para evitar problemas”.
La brutalidad de los hechos ocurridos durante el tiempo en el que fueron novios ha hecho, por ejemplo, que la joven no recuerde muchas cosas. “Mi cabeza borró muchísima información, si te tengo que decir que día empezó no lo recuerdo”, pero hay cosas que aún están marcadas en la mente.
La violencia fue creciendo y el aislamiento llegó incluso al punto en el cual el hombre le pidió que dejara los estudios. “Yo nunca los dejé pero si fue un pedido de él, me dijo que si yo quería seguir con la relación que tenía que abandonar los estudios, pero me opuse”.
Una denuncia para cambiar
La denuncia llegó tras una madrugada de extrema violencia, en la cual Victoria superó el dolor insoportable de los golpes en su cuerpo, logró escapar de su agresor y con el auxilio de una amiga, primero y su familia después, pudo enfrentar la situación.
Así se inició un camino que llevó hasta el proceso de juicio y condena en suspenso para Bruno Zunino, quien deberá cumplir durante dos años con una serie de medidas restrictivas a los fines de evitar que se haga efectiva la pena a seis meses de prisión dispuesta por la justicia.
Entre ambas fechas operaron diferentes órdenes de restricción, aunque la joven cuenta que en más de una vez hubo incumplimientos. “Me pasó en los boliches, él tenía una orden que si me veía en un lugar público se debía retirar y no lo hacía, se me acercaba, me miraba mal, nunca me habló pero tampoco se iba, entonces yo le avisaba a mi abogado, y después buscaba un amigo o mi hermano y me iba del lugar”.
“Es muy importante si uno no puede hacer la denuncia por una misma, poder contarlo. A una amiga, a un hermano, a algún familiar y que esa persona te anime y haga lo que en mi caso hizo un amiga, que yo siento me salvo. Ella fue y se lo dijo a mi mamá, le dijo Bruno le está pegando a Victoria y no le importó si yo me iba a enojar con ella o no”.
Tras conocer el fallo el judicial, la joven publicó una carta en las redes sociales. A través de la palabra pudo contar las horas más duras que pasó y también como ha logrado reconstruirse, al punto de reconocerse hoy como una “mujer libre”,y que agradece el acompañamiento permanente de su familia y amigos..
Fuente: Jornada