Más allá de que se encuentra en plena vigencia, Lionel Messi empieza a ver su carrera futbolística más hacia atrás que para adelante. Con 32 años, entiende que ya no le queda tanto hilo en el carretel, al margen de que mantiene la pasión intacta por alimentar su monumental obra en el fútbol internacional.
Desde Barcelona, la Pulga revivió junto a Pablo González (TyC Sports) la primera nota extensa de su carrera y reflexiona sobre todo lo que pasó en estos 15 años de trayectoria. Entonces, en la pantalla se veía a un Messi con un corte de pelo adolescente y con el rictus de quien tiene muchas ilusiones en el horizonte.
«En ese momento no soñaba todo lo que viví después. Fue mucho más grande de lo que podía llegar a imaginar», confesó el rosarino, cuando escuchó a ese chico de 18 años recién cumplidos que venía de ser campeón del mundo con la Selección Sub 20 (2005) y que con un puñado de partidos en el club catalán hablaba de sus sueños como futbolista en Sin Cassette, en la plaza del Monumento a la Bandera de Rosario.
En esa misma línea, aseguró: «Me hubiese encantado ser campeón del mundo, pero creo que no cambiaría nada de lo otro que tuve en mi carrera por serlo. Esto es lo que me tocó, lo que Dios me dio. Por algo es».
Además, habló de su preferencia doméstica y reafirmó su idea: «Dijeron que era de River por no festejar mucho el gol en el Mundial de Clubes y de Independiente por tener una foto con la camiseta, pero fui y sigo siendo de Newell’s».
A la Pulga también le preguntaron en TyC Sports acerca de las diferencias entre los partidos más importantes de Europa y los de nuestro país y, entre risas, argumentó: «A nivel deportivo, los clásicos europeos y argentinos son lo mismo, pero en Argentina la gente está más loca».
«Jugar un clásico rosarino debe ser terrible», continuó el ganador de seis Botines de Oro, quien confesó que siempre tuvo la asignatura pendiente de ponerse la camiseta de Newell’s y enfrentarse a Rosario Central. «Me hubiese gustado jugar en el fútbol argentino en general. Iba a la cancha con mi viejo, ver eso era impresionante», dijo, y agregó: «En Argentina no ganar el clásico significa no poder salir de tu casa. Una locura», informó La Nación.