Mauricio Macri y Alberto Fernández volvieron a hablar ayer, aunque el tema no fue el traspaso del poder o la economía, sino la crisis desatada en Boliviacon la renunciadel presidente Evo Morales.
Más allá de confirmar que ese diálogo existió, las versiones sobre el contenido de las conversaciones difieren. Mientras cerca del presidente electo afirmaron a LA NACION que Fernández le pidió una «declaración conjunta» de repudio al «golpe de Estado» en el país vecino, muy cerca del Presidente afirmaron que el mandatario electo «no pidió nada» y aseguraron que no habrá tal declaración en común.
Según informaron en el Frente de Todos, Fernández le reclamó al presidente Macri que condenara lo que calificó como un «golpe de Estado» en Bolivia y que protegiera a los funcionarios de Evo Morales que pidieron asilo en la embajada argentina en ese país. Según informaron a LA NACION en el entorno de Fernández, el presidente electo le hizo ese pedido a Macri por medio de un mensaje de WhatsApp, minutos antes de denunciar vía Twitter la existencia de un «golpe de Estado» contra Morales.
«El compromiso de la Argentina con la institucionalidad y contra cualquier forma de golpe de Estado en el continente debe ser total», dijo Fernández vía Twitter, e hizo público el pedido para que Macri se sume a la condena. «Espero que las actuales autoridades actúen bajo ese mismo principio preservando la integridad física de quienes puedan resultar perseguidos por el golpismo y colaboren hasta el 10 de diciembre con la recuperación de la democracia en Bolivia», manifestó.
«En Bolivia, manifestaciones violentas sin ningún tipo de limitación por parte de las fuerzas policiales incendian viviendas y secuestran personas mientras las Fuerzas Armadas le sugieren al presidente indígena y popular Evo Morales que renuncie», se sumó la vicepresidenta electa, Cristina Kirchner, un rato después.
El vocero presidencial, Iván Pavlosky, confirmó a LA NACION la charla con Fernández. Pero muy cerca del Presidente afirmaron que Fernández «no le pidió nada» a Macri. Y descartaron que esa declaración conjunta se produzca.
A través del canciller Jorge Faurie, el gobierno de Macri dejó en claro que «analizará» un eventual pedido de asilo para Evo Morales si el renunciado presidente boliviano decidiera solicitarlo, algo que, según remarcaron en la Cancillería y en la Casa Rosada, no sucedió.
Las conversaciones informales con funcionarios del gobierno saliente comenzaron en la embajada argentina, a cargo del jujeño Miguel Álvarez García. «Macri no ofreció asilo a Evo, el asilo se pide, no se ofrece, y no fuimos notificados de ningún pedido de ningún tipo», remarcó Faurie.
Por medio de un comunicado de la Cancillería, el Gobierno hizo «un llamado a todos los actores políticos y sociales bolivianos para preservar la paz social y el diálogo, enfatizando importancia de encaminar este periodo de transición que se ha abierto por las vías institucionales que establece la Constitución de ese país». Y destacó como «mejor camino posible» el «llamado a un nuevo proceso electoral», como pidiera Morales horas antes de su renuncia, «sugerida» por la cúpula de las Fuerzas Armadas.
En la Casa Rosada «lamentaron» la situación que atraviesa el país vecino. Al mismo tiempo, cuestionaron que en el continente «cometen el error de volver a viejas recetas que no funcionaron». Recordaron que Fernández felicitó a Morales luego de las elecciones del 20 de octubre pasado, sospechadas de fraude y cuestionadas por la OEA.
En tanto, el jefe del interbloque de diputados de Cambiemos, Mario Negri, condenó la «intromisión militar en la vida política de Bolivia» y advirtió que esas incursiones «solo son compatibles con golpes de Estado». El senador electo Martín Lousteau (Juntos por el Cambio) dijo que «solo más democracia soluciona los problemas de la democracia», y el senador Miguel Pichetto pidió «cautela y prudencia» ante lo que llamó una «interrupción institucional», informó La Nación.