El director del laboratorio de máxima seguridad de la ciudad china de Wuhan, instituto acusado por medios de comunicación estadounidenses de ser la fuente del nuevo coronavirus, ha desmentido categóricamente este sábado las versiones en su contra.
En el marco de una creciente presión sobre el país asiático por la forma en la que se gestionaron las acciones sobre esta pandemia en un comienzo, las autoridades norteamericanas están tratando de averiguar si el virus se originó en este instituto de virología que posee un laboratorio de bioseguridad.
Científicos chinos han afirmado que el COVID-19 probablemente saltó de un animal a los humanos en un mercado que vendía animales silvestres, pero algunas teorías conspirativas afirman que la enfermedad se propagó desde el establecimiento científico ubicado en Wuhan, concretamente en el laboratorio P4, equipado para manejar gérmenes peligrosos.
“Es imposible que este virus venga de nosotros”, declaró en una entrevista con medios de comunicación públicos Yuan Zhiming, director del laboratorio, quien en una entrevista al canal CGTN afirmó también que ninguno de los empleados de este lugar fue infectado. “Todo el instituto lleva a cabo investigaciones en diferentes áreas relacionadas con el coronavirus”, agregó.
El instituto ya rechazó estas teorías en febrero y dijo que había compartido información sobre el patógeno con la Organización Mundial de la Salud (OMS) a principios de enero, pero esta semana en Estados Unidos han resurgido los rumores. De hecho, el secretario de Estado del país norteamericano, Mike Pompeo, afirmó que funcionarios estadounidenses realizan una “investigación completa” sobre cómo el virus “salió al mundo”.
“Sabemos claramente qué tipo de investigación se lleva a cabo en el instituto y cómo gestiona virus y muestras”, afirmó Yuan. Como el laboratorio P4 está en Wuhan, “la gente no puede evitar hacer asociaciones”, lamentó, y acusó a algunos medios de comunicación de “intentar deliberadamente engañar” a las personas con informaciones “totalmente basadas en especulaciones” y sin “pruebas”.
Según el Washington Post, la embajada de Estados Unidos en Pekín, después de varias visitas al instituto, alertó en 2018 a la administración de Donald Trump de medidas de seguridad aparentemente insuficientes en un laboratorio que estudiaba coronavirus procedentes de murciélagos.
Por su parte, las autoridades de Wuhan trataron inicialmente de encubrir el brote y hay interrogantes sobre el recuento oficial de infecciones porque el gobierno ha cambiado varias veces el sistema de cómputo. Esta semana, la ciudad admitió errores en el recuento de muertos y aumentó la cifra un 50%.
Recientemente, el propio Donald Trump sostuvo que el número de muertos por coronavirus en China es mucho más alto de lo que se reporta e incluso mayor al que se comunicó hasta el momento en Estados Unidos, que llevaba 38 mil víctimas fatales, publicó Infobae.