Hace menos de tres meses, el 12 de enero, el coronavirus estaba confinado en China. No se contaba ni un solo caso fuera del país donde surgió.
Pero el 13 de enero, el virus empezó a convertirse en un problema global. Se registró un caso en Tailandia y luego en Japón, Corea del Sur y Estados Unidos.
Lo que empezó como un goteo de casos, se transformó en una inundación en el resto del mundo.
Este jueves se superó la cifra de un millón de casos de covid-19 en todo el planeta, en países desde Nepal hasta Nicaragua.
Mientras aumenta el número de muertos y los hospitales se desbordan, ¿hay algún lugar que diga estar libre de coronavirus?
La respuesta, quizás sorprendentemente, es sí (hasta el 2 de abril).
Hasta esa fecha, 19 países no habían reportado ningún caso de covid-19, según un recuento de la BBC a partir de datos de la Universidad Johns Hopkins, que monitorea el avance de la pandemia en tiempo real.
Cabe recordar que hay 193 países miembros de Naciones Unidas.
Los 19 países que todavía no reportan casos de covid-19
Comoras, Kiribati, Lesoto, Malawi, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Corea del Norte, Palau, Samoa, Santo Tomé y Príncipe, Islas Salomón, Sudán del Sur, Tayikistán, Tonga, Turkmenistán, Tuvalu, Vanuatu, Yemen.
Según los expertos, es probable que algunos de ellos tengan casos y que no los hayan reportado.
Corea del Norte, por ejemplo, está oficialmente en cero, al igual que Yemen, un país devastado por la guerra.
Pero hay países donde el virus no ha aterrizado. La mayoría son islas pequeñas con pocos visitantes.
De hecho, siete de los 10 lugares menos visitados del mundo, según datos de la ONU, están libres de la covid-19.
Esta lejanía significa una cosa: en esta época de reglas de distanciamiento social, las naciones isleñas son las primeras en «autoaislamiento».
El caso de Nauru
El presidente de uno de esos lugares no es complaciente. De hecho, le dice a la BBC que la covid-19 ya es una emergencia nacional.
Nauru, en el océano Pacífico, está a casi 320 km de cualquier lugar: la isla de Banaba, parte de Kiribati, es la tierra más cercana.
La ciudad «importante» más cercana con vuelos directos es Brisbane, a 4.000 kilómetros al suroeste.
Es el segundo estado más pequeño de la ONU en términos de tierra (después de Mónaco) y, con poco más de 10.000 habitantes, el segundo más pequeño en términos de población (después de Tuvalu).
También es uno de los lugares menos visitados de la Tierra. Aunque no aparece en los datos más recientes de la ONU, un operador turístico dice que el país recibe solo 160 turistas al año.
Tal vez pienses que un lugar tan remoto no necesitaría distanciarse más. Pero un país con un solo hospital, sin respiradores y con escasez de enfermeras, no puede arriesgarse.
La política, dice el presidente Lionel Aingimea, se llama «captura y contención».
«Estamos manteniendo las cosas en la frontera», explica. «Estamos utilizando nuestro aeropuerto como frontera y nuestras instalaciones de tránsito como parte de nuestra frontera».
Aquellos que están en cuarentena son examinados todos los días por si presentan síntomas.
Los que han desarrollado fiebre hasta ahora, han sido aislados aún más y se les practicó la prueba de covid-19.
Los kits, enviados a Australia, han resultado todos negativos hasta este jueves.
A pesar de vivir una crisis, los nauruanos comunes y corrientes están «tranquilos y serenos», dice el presidente.
En cuanto a sí mismo, está agradecido con otros países por su ayuda -particularmente con Australia y Taiwán, con los que Nauru tiene relaciones plenas- y con su religión.
Mientras trata de mantener el conteo de covid-19 de Nauru en cero, sabe que el resto del mundo no tiene tanta suerte.
«Cada vez que miramos el mapa parece que el mundo tuviera un brote de sarampión, hay puntos rojos por todas partes», expone.
«Así que nos estamos asegurando como nación… creemos que nuestras oraciones ayudarán a todas las demás naciones que atraviesan estos tiempos difíciles», afirma.
Aislamiento como protección
Nauru no es el único país pequeño del Pacífico que ha declarado una emergencia nacional: Kiribati, Tonga, Vanuatu y otros, han hecho lo mismo.
El doctor Colin Tukuitonga, original de Niue en el Pacífico Sur, está seguro de que es la política correcta.
«La mejor apuesta sin lugar a dudas es mantener la enfermedad afuera», dice desde Nueva Zelanda. «Porque si entra, entonces realmente estarán en problemas».
El doctor Tukuitonga es experto en Salud Pública, excomisionado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y ahora es decano asociado de la escuela de Medicina de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
«Estos lugares no tienen sistemas de salud robustos», indica. «Son pequeños, frágiles, muchos no tienen respiradores. Si ocurriera un brote, diezmaría a la población».
Y, según dice, muchos isleños del Pacífico ya tienen mala salud.
«Muchos de estos lugares tienen altas tasas de diabetes, enfermedades cardíacas y afecciones torácicas. Todas estas condiciones [están relacionadas con] una forma más grave del virus», advierte.
Si hubiera un brote severo en cualquiera de las pequeñas naciones del Pacífico, tendrían que enviar sus pacientes al extranjero. Pero es más fácil decir eso que hacerlo, cuando los países están cerrando sus fronteras.
Entonces, su mejor apuesta, dice el doctor Tukuitonga, es permanecer en cero el mayor tiempo posible.
«El aislamiento de las pequeñas poblaciones a causa de un gran océano siempre ha sido un problema para ellas, pero ahora se ha convertido en una protección», añade.
«Estado de desastre»
Aunque la mayoría de los países sin casos de covid-19 son islas, algunos tienen fronteras terrestres.
Malawi, un país sin litoral de 18 millones de habitantes en el este de África, también está esperando su primer caso. Pero no está de brazos cruzados.
El país ha declarado un «estado de desastre», cerró las escuelas y canceló todas las visas emitidas antes del 20 de marzo.
También está «aumentando las pruebas», dice el doctor Peter MacPherson, experto en Salud Pública de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, cuyo trabajo es financiado por Wellcome Trust y tiene sede en Malawi.
MacPherson dice que la semana o dos adicionales que han tenido para prepararse han sido valiosas, y está «tranquilamente seguro» de que Malawi le hará frente a la covid-19 cuando llegue.
«Hemos estado muy afectados por la epidemia del VIH en los últimos 30 años y también por la pandemia de tuberculosis», apunta.
«Gran parte de la respuesta ha sido ofrecer una salud pública básica, pero efectiva: programas que funcionan bien a nivel de distrito, haciendo lo básico, pero haciéndolo muy, muy bien», añade.
A pesar de eso, la cuestión es cuándo, y no si, el país enfrentará su primer caso de covid-19. La evidencia dice que llegará a todos los países, señala el doctor MacPherson.
Los últimos en reportar casos
Entonces, si no es Malawi, ¿cuál podría ser el último lugar del mundo en registrar casos de covid-19?
«Es probable que sean esas islas muy remotas del Pacífico Sur, apostaría mi dinero a que van a ser ellas», opina Andy Tatem, profesor de Demografía Espacial y Epidemiología en la Universidad de Southampton, Reino Unido.
«Pero en nuestra economía globalizada no estoy seguro de que haya un lugar que escape a una enfermedad tan infecciosa», agrega.
Los bloqueos, como los de Nauru, pueden funcionar, dice, pero no pueden durar para siempre.
«La mayoría de estos países dependen de algún tipo de importación desde el exterior, ya sea alimentos, bienes o turismo, o de la exportación de sus propios bienes. Es posible que se bloqueen por completo, pero será perjudicial y tendrán que abrirse finalmente», señala.
Y, advierte, el número de casos está lejos de alcanzar su punto máximo.
«Todos estamos aplicando estos bloqueos, y todavía tenemos una gran proporción [de personas] que no han contraído la enfermedad», indica.
«Esto es excelente para los sistemas de salud, pero significa que tenemos muchas personas susceptibles en el mundo. Vamos a tener que vivir con este virus durante bastante tiempo», opina.