El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, rechazó hoy estar intentando rearmar la Policía a su antojo, como denunció el ex ministro de Justicia y Seguridad Pública Sergio Moro, y mandó a «callarse la boca» a los periodistas que intentaron hacerle preguntas al respecto.
Al ingresar al Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en la capital Brasilia, Bolsonaro saludó a un grupo de simpatizantes y denunció como «canalla» al diario Folha de Sao Paulo por vincular el cese del jefe policial de Rio de Janeiro -que investiga a la familia presidencial- con la asunción del nuevo titular de la Policía Federal, el comisario Rolando Alexandre de Souza, un hombre cercano al mandatario.
«Qué prensa canalla es Folha de San Pablo, canalla es un elogio para Folha de Sao Paulo», afirmó el mandatario con un ejemplar del periódico en la mano.
Según señaló el diario, Alexandre de Souza decidió cambiar al superintendente de la fuerza investigadora en Río de Janeiro, lo que, sostuvo, confirmaría la «interferencia política» denunciada por Moro al dejar el Gobierno.
Moro aseguró que Bolsonaro considera la jefatura de la Policía Federal como un puesto clave y, por eso, reemplazó a su titular por alguien de su confianza.
En Río de Janeiro, la Fiscalía investiga al senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente, por supuesto lavado de dinero y desvío de bienes públicos para las bandas parapoliciales, o milicias, como se las conoce en Brasil.
Pese a esta investigación, Bolsonaro rechazó haber removido al jefe de la Policía federal en Río «por asuntos familiares» y aseguró que «ninguno de sus parientes» está siendo investigado en Río de Janeiro.
«Es una mentira que la prensa replica todo el tiempo», se defendió.
En cambio, Bolsonaro explicó que el cese del superintendente del organismo en Río de Janeiro, Carlos Henrique Oliveira, fue decidido por Alexandre de Souza para ascenderlo como subdirector nacional de la Policía.
Cuando la prensa intento preguntar sobre esta designación, el mandatario estalló.
«Callarse la boca, no pregunten nada», vociferó al menos en tres ocasiones, mientras sus seguidores también insultaban a los reporteros en sus frustrados intentos por preguntar.
«Yo no interferí en nada, si yo tuviera injerencia en la Policía Federal (el superintendente de Río) no iría a donde está yendo, yo no interfiero en la Policía Federal», insistió a los gritos.
«Prensa canalla, mentirosa», exclamó antes de dejar el lugar, aplaudido por sus simpatizantes.
Bolsonaro nombró ayer como nuevo jefe de la Policía Federal a Alexandre de Souza, considerado mano derecha de Alexandre Ramagem, quien había sido vetado para el mismo cargo la semana pasada por el Supremo Tribunal Federal, por tratarse de un amigo que supuestamente iba a interferir en investigaciones sobre los hijos del mandatario.
El nuevo jefe de la Policía federal reemplazó a Mauricio Valeixo, cuya destitución provocó la ruidosa salida del Gobierno de Moro y una nueva crisis política en el país, en plena pandemia del coronavirus.
La Corte suprema de justicia abrió una investigación sobre las denuncias de Moro a pedido del fiscal general, que pidió también investigar si el ex juez