El lado B del nuevo test argentino que detecta al COVID-19, qué podrían tener en común dos universidades públicas del conurbano que se encuentran a casi 40 kilómetros de distancia más que la propia pasión y visión de sus científicos, que no solo se quedaron con la búsqueda de una herramienta ante la pandemia, sino que, además, la pusieron sobre una banda de producción.
Se trata de los nuevos kits diagnósticos ELA CHEMSTRIP, que permiten detectar al virus del COVID-19 con “casi un 100%” de certeza». Según estiman, esta semana podrían salir los 10.000 kits iniciales y la idea es llegar a 300.000 por mes en los próximos tres meses.
Los elabora Chemtest el lado B del nuevo test, una empresa de base tecnológica que dio sus pasos en 2013 de la mano de la Universidad Nacional de San Martín. En el sur del conurbano, en tanto, está radicado Productos Bio-Lógicos (PBL), que tuvo su nacimiento en 2008 como start up de la Universidad Nacional de Quilmes.
Casi sin conocerse y en tiempos donde el encierro y el distanciamiento rigen la vida diaria, los kilómetros no fueron un impedimento para que tanto las universidades como las empresas que nacieron de ellas se pusieran al frente de un desarrollo que ubica a la Argentina junto a Estados Unidos y Alemania como los países que lograron un kit similar.
“Lo importante no es solamente desarrollar el kit, sino tener la capacidad productiva para darle respuesta pronta al sistema sanitario”, explicó a A24.com Ana Ventura, socia y presidenta de Productos Bio-lógicos SA (PB-L).
Cómo nació el nuevo test
Más allá de esta nueva herramienta de detección, el nacimiento de estos test bien podría remontarse al inicio de ambas empresas, ya que según los propios científicos el punto de partida fue la experiencia previa con la que contaban y que propició su veloz desarrollo.
“A principios de marzo, cuando ya se había detectado el primer caso en la Argentina, nos presentamos ante el Ministerio de Producción con el proyecto y, junto con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se activaron los mecanismos para que se forme un consorcio de las dos universidades y las empresas spin off: CHEMTEST y Productos Biológicos”, señaló Ventura.
Sin embargo, pese a que ambos grupos nunca habían trabajo juntos, “en 45 días ya teníamos la aprobación de la ANMAT porque ambas empresas teníamos en cartera desarrollos individuales de años de trabajo”, afirmó Ventura.
“Esto fluyó porque tenemos un ADN en común: somos dos grupos dedicados a la biología molecular y a la biotecnología en dos universidades que fueron pioneras en biotecnología en el Conurbano y con una visión emprendedora”, aseguró a A24.com Diego Comerci, investigador del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM y coordinador del desarrollo.
“No se hace ciencia en 60 días, ya estaba todo hecho. Los recursos humanos estaban formados, las capacidades estaban instaladas y lo único que hubo que hacer fue generar un prototipo, alinearlo rápidamente con la parte productiva y regulatoria y adquirir la cantidad de insumos y la maquinaria necesaria para este avance”, recalcó el además fundador de CHEMTEST.
Cómo funciona este nuevo test
El proceso del nuevo kit diagnóstico ELA CHEMSTRIP podría dividirse en 3 pasos: hisopado, amplificación de material viral y resultado visual en la tiras reactivas, una línea negativo, dos positivo. Tan simple que en tan solo 90 minutos se puede conocer el resultado.
Más allá de la que la primera parte del proceso sea igual en todos los análisis, en los pasos posteriores al hisopado es donde la ciencia funciona: «Desarrollamos la tecnología ‘Easy Loop Amplification (ELA)’, a partir de una bacteria que descubrimos en vertientes naturales de aguas termales del norte argentino», explicó Marcos Bilen, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y socio fundador de la pyme tecnológica PB-L.
Este procedimiento, que ya se encuentra en trámite para obtener su patente, consta de una acción de una polimerasa (enzima) que actúa a temperatura constante de 60° y que, gracias a la amplificación isotérmica LAMP, permite «una actividad explosiva que, en poquito tiempo, hace que pases de una pequeña cantidad de material genético a millones y millones de copias de ARN», agregó Ventura.
«Marcos implementó la modificación con ingeniería genética en la bacteria que rescató de Salta, en 2002, y que dejó congelada hasta que pudo trabajar sobre eso», señaló la presidenta de PB – L y recalcó: «La técnica es lo novedoso, reduce el tiempo y necesitas de un aparato que en lugar de salir 50 mil dólares, sale mil».
De todos modos, fue el siguiente paso el que se robó todas la miradas: «El diagnóstico concluye con una tira reactiva que al entrar en contacto con el ARN viral amplificado muestra dos bandas coloreadas», destacó Comerci.
«Este test tiene un límite de detección muy elevado (15 o 16 partículas virales por muestra de hisopo), una máxima sensibilidad (detecta casi el 100% de los positivos); e incorpora un montón controles internos que garantiza un resultado de precisión», señaló el fundador de CHEMTEST.
Incluso, existe un punto positivo más, porque los insumos son de producción 100% nacional con lo cual el costo de este nuevo test «está un 40% por debajo de un RT-PCR» y se podrán «incorporar a unos 400 laboratorios de análisis clínicos de todo el país que no tienen PCR, ampliando la capacidad diagnóstica y mejorando el manejo de la enfermedad», dijo Ventura.
Científicos y empresarios
El paso del laboratorio a la línea de producción puede ser una barrera, sin embargo, con la creación de este consorcio entre las universidades y sus empresas de base tecnológicas este punto está asegurado.
«Lo que nos demandó gran parte del tiempo antes del anuncio fue procurar ciertos insumos críticos para tener suficiente para producir», destacó Comerci y agregó: «Está garantizada la provisión porque tenemos a los proveedores externos y mucho apoyo de presidencia que nos brinda la logística de los aviones sanitarios que vienen de Shanghái».
En conjunto el kit tiene un 80% de componentes nacionales y su fabricación es enteramente argentina. «Parte de todo el proceso de producción de insumos de biología molecular los realiza PB-L y en CHEMTEST se agrega la producción de la tira reactiva y se ensambla todo», relató el investigador de la UNSAM. Por su parte, el Ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, destacó la participación de las dos universidades públicas del Conurbano y sus empresas al recalcar la importancia de esta nueva «herramienta para enfrentar la pandemia».
«Las empresas de base tecnológica que se están incubando en universidades, y que son parte del sistema del CONICET, son instrumentos que hay que apoyar para que puedan producir en cantidad», señaló el funcionario nacional en diálogo con A24.com.
Según ambos directivos, en estos momentos se sienten más empresarios que científicos, ya que “no se trata solo del desarrollo, sino de su producción”. Una producción que, ya en la primera semana, contará con 20 mil determinaciones que estarán a disposición del Gobierno nacional.
«La idea es sacar 20 mil unidades por semana durante el primer mes e ir escalándolo hasta 300 mil unidades mes, en dos o tres meses», aseguró Comerci y agregó: «Estamos con muchos pedidos de laboratorios privados, de hospitales, sanatorios y provincias».
Argentina en la vanguardia mundial
Esta nueva tecnología, como ocurrió con otros desarrollos que se hicieron en tiempo récord para responder ante la pandemia, ubicó a la Argentina, junto a Estados Unidos y Alemania, como uno de los 3 países con capacidad de producir esta clase de análisis.
Con este nuevo test, además, se suma una respuesta a la demanda diagnóstica relacionada con el aumento de los casos. «Lo que está pasando con el PCR es que la red de laboratorios de diagnósticos están saturados y este test puede descongestionarlos porque todo el material viene en la cajita. Se necesitan las mínimas condiciones de bioseguridad para el hisopado y la purificación del ARN en el laboratorio, que lo mismo para el PCR», explicó Ventura.
Es más, pese a que los científicos aún desestiman un futuro exportador, existe un fuerte interés en estos nuevos desarrollos nacionales. «Hay solicitudes de Perú y de otros países de Latinoamérica, pero no sabemos si vamos a tener suficiente excedente exportable en los primeros meses porque tenemos mucha demanda nacional», señaló Comerci.
«Estamos más preocupados por la situación de nuestro país. A penas tengamos garantizado que la producción nos alcanza, podremos pensar en responder a otros requerimientos del exterior», concluyó Salvarezza.