Muchos observadores piensan que la próxima semana será clave para el futuro en el Gobierno del cuestionado y denunciado Federico Massoni. Cuando vuelva de vacaciones el gobernador. Ahí se sabrá si Mariano Arcioni lo deja o lo echa, teniendo en cuenta siempre esas versiones a las que nadie salió a desmentir y que circularon en los últimos días de 2020, en las que se hablaba de una feroz discusión y un pedido de renuncia. Justo cuando Massoni se enfermó, supuestamente, de coronavirus.
Si hay algo que no le creen es que esté infectado de Covid 19. Nadie habló nunca de esa supuesta enfermedad, de si la estaba cursando de manera leve o no y de hecho en las últimas horas Massoni apareció haciendo declaraciones como si nada hubiera pasado.
Fue en un medio amigo de él, de esos que lo viven promocionando –obviamente– a cambio del cobro de “la pauta oficial” en donde el presunto periodista que le hizo la publi-nota ni siquiera hizo periodismo, preguntándole por dos cosas que la comunidad hubiera querido escuchar de boca de Massoni: lo del supuesto pedido de renuncia que le habría hecho el gobernador –por un lado—y por el otro, lo de su presunto contagio de coronavirus. Cómo ha transitado la enfermedad, cuándo se hizo el test que le permitió conocer que –presuntamente—tenía COVID 19, en dónde se lo hicieron y lo más importante, si tiene el alta médica para salir de su domicilio.
Si Massoni contrajo realmente coronavirus no habría alcanzado a cumplir el tiempo de aislamiento que las autoridades sanitarias recomiendan, justamente, para no contagiar. Supuestamente, habría contraído la enfermedad entre el 26 y el 28 de diciembre y este lunes 4 de enero ya andaba por la calle visitando la redacción de un diario y los estudios de una radio. Sin agregar aquellas versiones de los malos amigos que tienen en las que se decía que lo habían visto comprando en un supermercado antes de la llegada del Año Nuevo.
Massoni piensa que la ciudadanía es estúpida, que puede ser engañada fácilmente y a su vez quizás movido por su acentuado histrionismo debe creer que aquí, en Chubut, si los medios tradicionales lo ocultan nadie se entera de nada.
Dicen que en los últimos días de diciembre, cuando ya se había empezado a comentar que el gobernador le había pedido la renuncia para que se fuera del Gobierno, habría amenazado con “carpetazos”. Con revelar información sensible que involucraría a Arcioni y que él asegura que tiene.
Esa, para Massoni, la de presionar con que “yo sé algo tuyo”; sería el salvoconducto o la forma en que buscaría permanecer en el poder. Hasta se llegó a hablar que con esas presiones habría pedido en el caso de ser desplazado del Ministerio de Seguridad, ir a ocupar alguno de los cargos vacantes de ministro en el Superior Tribunal de Justicia o el del procurador General de la provincia, cuando Jorge Miquelarena se jubile.
La otra estrategia sería la del “operativo clamor”, del que ya hubo algún indicio en los últimos días cuando algunos de sus laderos empezaron a instalar en las redes sociales, que con su ausencia se habrían incrementado los casos de inseguridad en la zona. Con esa maniobra harían creer a la comunidad que Massoni es indispensable.
Esta persona sigue creyendo que los chubutenses son idiotas o en todo caso insulta la inteligencia del ciudadano común que sabe quién es él, por más operativos de prensa o “entrevistas truchas” que arme con los medios amigos suyos.