Todos los procesos que se dan durante la etapa de explotación de un emprendimiento minero metalífero generan liberación de polvo y partículas, pero las únicas medidas de reducción y mitigación que se prevén en el Proyecto Navidad, en cuanto a la generación de polvo, son el riego de los caminos donde transitan los camiones hasta la planta de procesos y la contención del proceso de descarga de los camiones en la trituradora y molienda de esa roca en una edificación cerrada.
La fracturación de la roca con explosivos, la carga del material fracturado a camiones mediante palas mecánicas y las descargas de material de desecho en relaves y escombreras se realizarían a cielo abierto y sin medidas de contención de polvo y partículas previstas (ni posibles) (2).
Los distintos pasos en el proceso de explotación de una mina producen gran cantidad de partículas que pueden ser clasificadas en tres categorías por sus tamaños. Las partículas de tamaño intermedio (polvo y arena fina), son las más propensas a acumularse en la atmósfera por mayores lapsos de tiempo y por lo tanto las más susceptibles de ser transportadas por el viento. El tiempo medio de permanencia en la atmósfera de estas partículas varía con las condiciones de humedad del ambiente, siendo las regiones áridas y semiáridas aquellas en las que dichos tiempos son más extensos (alrededor de 10 días). Durante su larga presencia en la atmósfera, en regiones de climas áridos y semiáridos pueden ser transportadas por el viento decenas o cientos de kilómetros (3).
Las características climáticas de la meseta central, estudiadas a través de los Informes de Impacto Ambiental anuales de la fase exploratoria del Proyecto Navidad realizados por distintas consultoras, afirman que se trata de un clima semiárido, con limitadas precipitaciones y de escasa vegetación, con vientos predominantes del sector oeste (que corren desde la meseta hacia la costa) con ráfagas registradas de hasta 116,9 km/h (a 3 metros del suelo) y 145,8 km/h (a 10 metros del suelo) (2, 6, 10, 12, 13, 14). En este entorno se ha planificado un proyecto minero a gran escala que tiene previsto enormes diques de relaves (o colas) y escombreras a cielo abierto que estarían expuestos a la erosión eólica.
La formación geológica del Proyecto Navidad consiste en una roca muy abundante en sulfuros con presencia de metales pesados y metaloides (4), algunos de interés económico para recuperación y exportación, y otros no. Si esta roca se fragmenta y tritura (en caso de explotación del proyecto), los sulfuros, en contacto con agua, darían lugar al drenaje ácido de minas, que movilizará los metales pesados y metaloides (importantes contaminantes ambientales, peligrosos para la salud humana, cancerígenos, neurotóxicos, etc.), dejándolos disponibles para su transporte por distintos agentes, como agua, viento, seres vivos, etc (5).
Estos metales pesados, como el plomo, y metaloides, como el arsénico, formarían parte de relaves y escombreras, en concentraciones elevadas, independientemente de si son de interés económico o no para el proyecto, porque las técnicas de recuperación de los metales de interés no son totalmente eficientes. Según las previsiones publicadas por la misma Panamerican Silver Corp. en su estudio preliminar del año 2010, los porcentajes de recuperación de plomo en el Proyecto Navidad variarán entre 38-80% en promedio (2). Se constituiría así, un pasivo ambiental con dimensiones de cientos de millones de toneladas (418.083.000 Tn) quedando a merced de la erosión eólica.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el plomo es una sustancia tóxica para los seres humanos que se acumula en el organismo, sin posibilidad de eliminarse, y ocasiona el deterioro de distintos sistemas (cerebro, hígado, riñones, huesos, dientes) con consecuencias especialmente dañinas sobre el desarrollo del sistema nervioso en los niños. Los efectos neurológicos son irreversibles, afectando negativamente la inteligencia, el comportamiento y la capacidad de aprendizaje. Cualquier nivel de plomo presente en la sangre acarrea serios riesgos, lo que llevó a que la OMS lo incluya en la lista de las 10 sustancias químicas (el arsénico también está incluido) más preocupantes para la salud pública (6).
Considerando la dirección de los vientos predominantes en la zona, que corren de oeste a este y su intensidad, que alcanza ráfagas de entre 115-145 km/h, el sector más perjudicado sería la comunidad de Gan Gan, ubicada a 42 km del Proyecto hacia el este en línea recta. Es importante destacar, que Gan Gan ya presenta, de por sí, valores de polvo en suspensión más altos de lo recomendable en la actualidad, por encima de los estándares normados, según los mismos datos relevados en el informe REHUNA de Impacto Ambiental del Proyecto Navidad (7). Otro sector que se vería afectado por el transporte de partículas por el viento, sería la costa de la Provincia, con ciudades como Puerto Madryn y Trelew ubicadas a 300 km del Proyecto. Las partículas producidas por la actividad minera, pueden ser transportadas por el viento cientos de kilómetros según afirma el equipo de Ciencias Atmosféricas, Química e Ingeniería Ambiental de la Universidad de Arizona en su investigación del año 2012 (3). En la Provincia de Chubut, ya existen antecedentes que documentan el transporte por medio de los vientos, de grandes cantidades de sedimentos desde el sector de la meseta hacia la costa y el océano atlántico, formando plumas de polvo de hasta 50 km de ancho y 400 km de largo, transportando partículas desde el sector de los lagos Musters y Colhué Huapi hacia la ciudad de Comodoro Rivadavia y bien entrado el Golfo San Jorge (ver figura 1) (8,9).
A tal punto es relevante la contaminación del aire mediante partículas en la actividad minera que, por ejemplo, el 60% del arsénico atmosférico en el mundo, según estimaciones de Chilvers y Peterson, fue liberado durante operaciones mineras y luego transportado y dispersado en todo el globo por medio del viento (10).
Por todo lo expuesto acerca de la importancia de la contaminación con metales y metaloides en el polvo atmosférico y aerosoles generados por la actividad minera, que los profesionales y técnicos de las empresas responsables de realizar éstas operaciones afirmen que sería mitigado y reducido a la nada resulta de una desfachatez inaudita.