José Cantero, uno de los pilotos de los aviones hidrantes señaló que actualmente se encuentran trabajando en sectores del incendio forestal ubicados en El Pedregoso. «Allí la masa boscosa es tan densa que tenemos que volar a solo 5 metros de la copa de los árboles para que el agua llegue al fuego» explicó, señalando que «a esa altura en cualquier momento el viento te puede jugar una mala pasada».
Todas las mañanas, desde muy temprano el equipo en tierra y pilotos del Servicio Nacional de Manejo de Fuego ponen a punto a los 3 aviones hidrantes que están operando en nuestra zona por estos días. Luego de despegar cerca de las 9 de la mañana, estarán realizando descargas de agua sobre el incendio forestal prácticamente sin pausa hasta llegada la noche.
Se dialogó en el Aeroclub de El Bolsón con José Cantero cuando se disponía a subir ya a su aeronave quien señaló que «en mi caso ya en el año 2015 estuve trabajando cuando fueron los incendios en Cholila, pero cada día la montaña te enseña algo nuevo y tenés que estar alerta en cada minuto».
«Actualmente desde hace 4 días estamos operando en el flaco derecho del incendio que es lo que se ve desde Ruta 40 a la altura de El Pedregoso. Allí están los brigadistas trabajando con motosierras y herramientas manuales y nosotros colaborando con las descargas de agua» explicó.
«En este sector el bosque es muy alto por lo tanto nos arriesgamos un poquito más y tenemos que volar a solo 5 metros sobre la copa de los árboles para que el agua penetre hasta la superficie» señaló José.
El piloto remarcó el agradecimiento constante de la gente: «Vas al supermercado y la gente se acerca a saludarnos y agradecernos. Acá mismo en el Aeroclub la gente que pasa y colabora con nuestros compañeros que están en tierra con algo fresco, o para comer y esto lo valoramos mucho».
«El apoyo que brinda el equipo en tierra es fundamental, no solo durante la jornada con la carga de agua y combustible, sino con el mantenimiento de la aeronave que se realiza cada mañana, es vital para asegurar que estén volando durante todo el día» resaltó.
José señaló que «volar en nuestra zona tiene su complejidad y todos los días la montaña te enseña algo nuevo por lo que a cada minuto tenés que estar alerta, en especial con lo que respecta a los vientos que te pueden jugar una mala pasada».
Finalmente, este piloto chaqueño que desde hace meses no ve a su familia por estar dejándolo todo en el combate de los incendios que asolan nuestra región, relató que «ese martes en que empezó este último incendio sentimos una impotencia muy grande por no poder volar nuestros aviones. Ni bien comenzó, uno de mis compañeros despegó e hizo una descarga, pero con el viento que había era como tirar un balde de agua en el océano. Al otro día cuando volamos y vimos lo que había sucedido nos generó un dolor inmenso».
Fuente: El Extremo Sur