En la noche de ayer, se lo habría visto a un sonriente Federico Massoni en un reconocido local nocturno de Trelew disfrutando de bebidas espirituosas.
Ningún trabajador puede acceder a este nivel de lujurio por su alto valor, pero el hecho en sí no tiene ninguna connotación, él puede disfrutar de una divertida noche con su reciente amante, o la amante de su amante, eso no es ningún delito.
Pero se transforma en una falta de respeto hacia las miles de familias de la policía que hoy están sufriendo sin poder resolver su situación salarial, mientras que él se hace el desentendido, cuando fueron esas familias las que pusieron la cara acatando las ilegales ordenes que el bajaba solo para su beneficio personal.