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El fiscal adjunto anticorrupción Mario Romero, habló por la mañana de este miércoles en los medios y admitió que la hipótesis que se investigará acerca de los destrozos ocasionados en la sede fiscal de Rawson, bajo el marco de los disturbios por la Megaminería suscitados en diciembre del 2021, es la posible “instigación” con el objeto de eliminar pruebas.
El principal sospechoso en caso de que prospere en ese lineamiento la investigación, sería el propio procurador general Jorge Miquelarena, quién a partir de las declaraciones de Romero comenzaría a tener 18 de presión arterial y en ascenso.
Recordemos que como consecuencia del incendio perpetrado en aquel edificio quedó eliminado un gran cúmulo de pruebas que complicaban judicialmente a personajes muy cercanos a Miquelarena, que estaban siendo investigados en causas de corrupción de gran envergadura como “Lotería”, por graves delitos de defraudación a la administración pública.
El procurador general dijo que se perdieron alrededor de 754 investigaciones y que como consecuencia, las causas se podrían caer, hablamos de carpetas y expedientes en papel. Al parecer, Miquelarena no se lleva bien con la digitalización de pruebas y la informática.
“En los casos en que no se pueda continuar por falta de elementos o por falta de pruebas, la Fiscalía va a tener que pedir el sobreseimiento (la liberación de los acusados)” dijo Miquelarena, sin un solo tinte de rubor en su rostro.
Los incendios fueron provocados por un grupo de desconocidos que hasta el día de hoy llamativamente no fueron individualizados con certeza, en una cuadra donde abundan las cámaras de seguridad. Muy distinto a cómo se resolvió el caso de los destrozos al diario pro – minero de Josecito Sáez y gacetilla de Arcioni “El Chubut”, donde en un santiamén ya había colaborado en la investigación un cuerpo especial de la Policía Federal, ya habían personas involucradas e incluso los dueños del diario despidieron injustamente a uno de sus periodistas (Iván Marín) responsabilizándolo por el incendio, todo antes de que el juez baje el martillo.
Los chubutenses apenas conocieron que se caerían las mentadas investigaciones señalaron a Miquelarena como presunto autor intelectual del incendio, sospechándose que ese grupo de pirómanos que prendió fuego las oficinas de fiscalía de Rawson se trató de un conjunto de infiltrados pagos para cometer dichos actos “vandálicos” con el supuesto objeto de desaparecer pruebas que complicaban a los amigotes del funcionario.
Y la verdad que resulta muy difícil mirar con otros ojos al procurador, sabiendo que como jefe de fiscales no investigó ni mandó a investigar a la familia Das Neves en causas como “Revelación” y “Embrujo”, donde se cree que se les hubiera sido muy difícil desconocer las maniobras de corrupción.
Mario Das Neves murió relajado de la responsabilidad que tuvo en esos hechos y recién después de muerto, Miquelarena, habría bajado línea a sus soldaditos para que se lo acuse, esperando quizás que se lo vaya a detener al cementerio.
La realidad es que Das Neves fue quién puso a Miquelarena en su cargo; acusarlo, al en ese entonces gobernador, hubiera implicado ponerse la soga al cuello, por lo tanto todas las líneas investigativas del funcionario habrían sido direccionadas lo más lejos posible del extinto mandatario a efectos de protegerlo.
Miquelarena sería un miembro importante en un banda integrada por el grupo Jornada (Jorge Aidar Bestene, Héctor González y Walter García “el toco” Moreno) y ex – funcionarios corruptos de la anterior gestión como Diego Correa.
Los corruptos que “cayeron”, lo hicieron gracias a la investigación que realizó este medio, sacando a la luz información que dejaban expuestas las maniobras que los crápulas del estado llevaban a cabo, para enriquecerse ilegalmente de las arcas provinciales a través de la obra pública. Esa información difundida logró que ya no se pueda tapar el sol con las manos.
Sin embargo, a través de sus soldaditos, Miquelarena habría buscado siempre morigerar la situación de los corruptos del gobierno “dasnevista” en las causas “Revelación” y “Embrujo”, desarrollando negociaciones judiciales para bajar las condenas y buscando alejar a los empresarios implicados de las celdas, reemplazando la prisión por tareas comunitarias.
Jamás investigó a los Das Neves, en el famoso “curro verde”, donde se habilitó la venta de tierras nativas de la provincia, algo absolutamente ilegal y prohibido por la misma Constitución Provincial.
Fue clave su participación para que prospere el proyecto de Zonificación Minera y así proteger al gobernador Mariano Arcioni, ignorando reiteradas presentaciones de organizaciones no gubernamentales y hasta de la misma defensoría pública en contra del mencionado proyecto, aunque después de que fue aprobado, Jorgito se lavó las manos criticando al estado de no escuchar al pueblo.
Hoy, Miquelarena estaría realmente en aprietos, le sudan mucho las manos y ya no se quiere jubilar. Dejar el poder se traduciría en tirarse al rio con botas de cemento.
La oficina anticorrupción con la investigación al mando de Mario Romero, parece estar dispuesta a averiguar el trasfondo de esos dudosos incendios. A Romero le llama mucho la atención la ubicación en donde se llevaron a cabo los ataques, el lugar en donde se encontraban las pruebas que se perdieron y las consecuencias del incendio. Estamos hablando del edificio donde se asienta el Superior Tribunal de Justicia, y que casualmente el único lugar afectado por los incendios fue justamente donde se encontraba la documentación en cuestión.
El interés del fiscal anticorrupción por conocer la naturaleza de estos hechos se disparó como producto del reconocimiento público que hizo el fiscal Alejandro Franco, admitiendo que era imposible llevar a juicio la causa “Lotería” sin los documentos originales.
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