La medida se confirmó este jueves, en el marco de una nueva escalada de la divisa norteamericana en el mercado paralelo. Quienes lleguen al país podrán vender hasta US$ 5.000 al tipo de cambio financiero. Una medida mínima frente a la crisis en curso, que no afecta los intereses de bancos, empresarios y grandes especuladores.
Este jueves, en el marco de una nueva corrida cambiaria que llevó el llamado dólar blue a un máximo de $ 338, el Gobierno anunció que habrá un dólar para los turistas extranjeros que llegue al país.
La medida busca que quienes vienen al país cambien sus dólares en el mercado formal y no lo hagan en algunos de los mercados paralelos ilegales. De esta forma, se apuesta a que el Banco Central y el sistema bancario logre recaudar una mayor cantidad de divisas.
La norma implica que los turistas extranjeros podrán vender hasta US$ 5.000 al tipo de cambio financiero. Este cambio, técnicamente conocido como dólar MEP, se viene estando por debajo del dólar blue, pero muy por arriba del dólar oficial. Este jueves, por ejemplo, cotizó a $ 323 mientras que el blue alcanzó una cifra 15 pesos mayor por unidad. El dólar oficial, en el Banco Nación, se cotizó a $ 136, una cifra infinitamente más baja.
La decisión implica una suerte de «oficialización» de la brecha cambiaria. Es decir, una confirmación de la distancia entre el valor oficial y lo que se cotiza en las llamadas «cuevas».
Esto termina siendo una forma de ceder ante la presión que vienen desarrollando los grandes especuladores y grandes empresas que presionan claramente por una devaluación. En esa presión hay que buscar las razones más importantes de la corrida cambiaria que está teniendo lugar -de manera cada vez más acelerada- en las últimas semanas.
La decisión del Gobierno habilita, además, a una mayor presión de parte de quienes poseen dólares en grandes cantidades -esencialmente los grandes exportadores rurales y de la industria- para una devaluación oficial. Si hay un dólar para los turistas mucho más alto que el oficial, ¿por qué no lo habría para los grandes patronales?
Como escribió este mismo jueves nuestro economista Pablo Anino: «Además, pagar más pesos por cada dólar a los turistas extranjeros es una invitación para que los barones del agronegocio, que retienen parte de la cosecha a la espera de (o para provocar) una devaluación del dólar oficial, exijan que se consagren para ellos los mismos «derechos» reconocidos a los turistas extranjeros».
Estas maniobras son resultado de múltiples factores. Sin embargo, en la raíz se encuentra la negativa oficial a tocar los intereses de los grandes capitalistas y los mecanismos con los que estos acumulan dólares que no quedan en el país. A pesar de ser el resultado de la riqueza nacional creada por la mayoría trabajadora de la población, esos dólares salen del país mediante el pago de la deuda pública, las remesas de utilidades que las empresas extranjeras pagan a sus casas matrices, los múltiples mecanismos de fuga -legales e ilegales- canalizados a través del sistema bancario y las diversas maniobras de facturación que hacen las grandes exportadoras.
Son necesarias medidas de fondo que afecten esos intereses. De lo contrario, para las grandes mayorías populares solo pueden venir nuevos padecimientos y crisis.