Compañeros, leales, fieles, únicos… Las mascotas son parte de la vida de las personas y, generalmente, de las familias. Pero, más allá de su sociabilidad, no dejan de ser animales. Y aunque expresen sus sensaciones, no siempre se pueden interpretar como corresponde. Entonces, cómo entender las emociones de tu perro se vuelve una pregunta que necesita posibles respuestas.
Felicidad en un perro
Los perros, tal vez como ninguna otra mascota, son muy expresivos. Y su expresión favorita es la de la felicidad. En esos momentos, el animal tiene la mirada suave, la frente relajada y sus orejas flexibles si están lanzados a una carrera. Además, sin ninguna duda, la mayor demostración de su estado de ánimo es cuando su cola se mueve sin parar. Eso significa que está realmente muy feliz.
Ansiedad en un perro
Esta sensación hay que saber advertirla. Los ojos de un perro ansioso se pueden abrir y mirar fijamente o, a veces, pueden estrecharlos y evitar el contacto visual. Es posible que se vean arrugas o tensión en su frente, y sus orejas se mantendrán ligeramente hacia atrás o más cerca de la cabeza de lo habitual.
Los perros ansiosos a veces mueven la cola con cautela, pero esto lo hacen como un gesto de apaciguamiento y no porque estén contentos. Es por eso que la ansiedad a veces puede pasar desapercibida, así que es necesario vigilarlos de cerca si se encuentran en una situación nueva o desafiante.
Temor en un perro
Este tipo de expresión canina puede ser muy dramático. El perro puede encogerse, esconderse, meter la cola entre las patas, quedarse quieto o incluso hasta gruñir. Sus ojos pueden estar muy abiertos y sus orejas bien aplanadas contra su cabeza. Otra señal es la de lamerse el hocico o bostezar.
Enojo en un perro
Un perro enojado tratará de verse lo más grande y amenazante posible, con un cuerpo rígido y recto, ojos duros y sin parpadear y orejas planas. Es común que su pelaje también se ponga de punta. Por eso hay que evitar provocar al perro cuando está enojado. Es aconsejable darle tiempo y espacio para que se calme.
Al igual que los humanos, los perros experimentan alivio cuando resuelven preocupaciones o dificultades. Se nota claramente cómo se libera la tensión en todo su cuerpo, desde la nariz hasta la cola. Sus ojos se suavizan, su cabeza baja, sus músculos corporales y faciales se relajan y se calman notablemente.
Depresión en un perro
Es muy habitual ver a perros que caen en una depresión cuando se muere su dueño. Aunque su amo ya no está, ellos lo buscan, lo esperan, andan por los lugares que solían frecuentar. De todos modos, no se puede determinar científicamente que un perro recuerde a su dueño y que lo extrañe. Pero al tratarse de animales muy vinculados a los hábitos, las costumbres y las rutinas, cuando su dueño ya no está se sienten desconectados.
Celos en un perro
Es muy común que cuando un dueño se acerca a otro perro, el animal se muestre celoso y trate de demandar su atención. A esta actitud se le traduce como celos desde el punto de vista de las personas. Sin embargo, los perros son animales de manada, su estado natural es estar acompañados, y la mayoría de las acciones que realizan las hacen por imitación, porque es la forma en la que la manada se mueve unida. Entonces, técnicamente, tal vez no sientan celos.
Amor en un perro
Más allá de todo su afecto, lealtad e incondicional, ante la pregunta de si los perros sienten amor, si se lo compara con lo que para las personas significa el amor, la respuesta es no. Los perros sienten plenitud, equilibrio, paz y diversión. Todo eso junto lo viven en el ahora, y jamás proyectan a futuro.
Entonces, según la mirada de los especialistas y permitiéndose la hipótesis, si el perro pudiera hablar cuando siente amor, lo que diría sería: “Me siento cuidado, confío en mi dueño, me siento en equilibrio y por eso lo quiero”.