Después de las 19 los padres de los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa se retiraron de la Unidad Penitenciaria Nº 6.
Una hilera de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas los esperaban para sacarles una declaración. Pero en ese preciso instante una mujer se acercó a ellos aplaudiendo y, a los gritos, les cantó: “¡Y llora, y llora Thomsen, llora!”.
Automáticamente, ante el incómodo momento, todos los padres bajaron la cabeza e intentaron cubrirse los rostros. Algunos, como el papá de Lucas Pertossi, Marcos Pertossi, ya están más cancheros con la exposición mediática y se mueven con anteojos de sol y gorra. Pero no fue el caso de Rosalía Zárate, la mamá de Máximo Thomsen. Escoltada por otro de sus hijos, la mujer intentó esconder su cara bajo los brazos, mientras el joven alaba una de las bolsas de comida para hacerle de pantalla.
Según pudo saber Infobae, la visita de los padres no se realizó en un horario habitual. Se trató de uno especial para los rugbiers, que se dio entre las 17.45 y las 19.45.
Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Alejo Milanesi, Blas Cinalli, Juan Pedro Guarino, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Lucas Pertossi habían llegado a la cárcel de Dolores pasadas las 17.30, tras finalizar la tercera audiencia.
Luego fueron apareciendo sus padres y se juntaron en la puerta de la Unidad N°6. Muchos de ellos, eran los mismos que, minutos antes, habían estado en la sala donde se desarrolla el juicio. Como, por ejemplo, Sergio Viollaz, el papá de Ayrton Viollaz; el “Polaco” Comelli, papá de Enzo Comelli; y Mónica Zárate, la mamá de Matías Benicelli.
A la hora de hacer su ingreso al penal, los familiares no quisieron hacer declaraciones a este medio. Según lo previsto por el código de visitas del Servicio Penitenciario Bonaerense, ninguno llevaba ropa negra, ya que ese color le corresponde a los carceleros. Previo a hacer su ingreso, los familiares se dividieron en dos filas: por un lado, los que dejaron comida. Por el otro, los que esperaban para ser requisados antes de entrar. Además de alimento, les llevaron bidones de cinco litros de agua mineral.
Los imputados fueron alojados en un pabellón exclusivo para ellos, alejados de otros detenidos, tal como sucede en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero, en La Plata. Y allí recibieron a sus familiares.