Octubre cerró con otro retroceso en la producción petrolera chubutense. Fue la segunda peor caída del 2023 con 123 mil barriles menos. En los primeros diez meses del año se acumuló una merma de 610 mil barriles. Ignacio Torres asumirá el gobierno y una de sus principales tareas será revertir esta tendencia decreciente del ámbito petrolero que lleva muchos meses y termina impactando de manera muy negativa en las cuentas públicas de la provincia. Es posible que el flamante gobernador introduzca nuevas condiciones productivas y se las haga cumplir a las petroleras concesionarias. Permitirá que se sigan achicando los márgenes extractivos, se fuguen inversiones a Vaca Muerta y Chubut siga perdiendo regalías?
La pérdida de producción petrolera de Chubut se ha convertido en uno de los principales problemas de la provincia y no se avizora una solución inmediata. A medida que se extraen menos barriles de crudo Escalante se reducen las regalías cobradas por la provincia y ese panorama ya lleva varios meses porque lo generará un cimbronazo financiero para la nueva gestión de Ignacio «Nacho» Torres.
El flamante gobernador electo asumirá en dos semanas y unas de las principales tareas que deberá encarar será frenar esta sangría productiva y de ingresos, mientras que al mismo tiempo deberá definir cómo afrontar una lluvia de vencimientos de deuda que lo esperan durante los primeros meses de gestión.
Sin ayuda ni acompañamiento nacional
Torres no puede atarse a definiciones sobre las Cuencas maduras que tome el Gobierno nacional o el Congreso, mucho más cuando el proyecto que impulsaba Sergio Massa fue retirado y cuando Javier Milei no tiene en carpeta buscar incentivos fiscales para las petroleras y que terminen aumentando el tan mentado «gasto público».
Pretender que las soluciones para esta problemática lleguen de Nación, ni que hablar una reparación histórica que no tiene ninguna chance de concretarse en medio de una oleada de ajustes brutales en los gastos del Estado, es una ilusión irrealizable que terminará frustrando nuevamente las expectativas de Chubut y la Cuenca del Golfo San Jorge; mientras que la Cuenca Neuquina y Vaca Muerta siguen beneficiándose de las inversiones prioritarias del sector privado y los incentivos del sector estatal.
¿Asumirá Torres la generación de un «cambio»?
Esta por demás claro que Torres no tiene una impronta disruptiva en materia petrolera en cuanto a reformular la actual situación con políticas diametralmente diferentes a las existentes desde hace por lo menos tres décadas, por lo menos no lo ha manifestado y tampoco se divisan transformaciones en ese sentido en sus perspectivas de gobierno.
Lo que sí podría esperarse o por lo menos debería tener algún tipo de avance es la reformulación de las concesiones que el Estado provincial ha otorgado a las petroleras privadas.
No fijar pautas productivas, no ejercer el control efectivo de las mismas y entregarse a los designios del capital privado y sus alejadas casas matrices, es cuanto menos un dislate para un gobernante al que la ciudadanía chubutense le dio su voto de confianza para una transformación.
Permitir que las empresas concesionarias sigan manejando sus propios ritmos productivos e inversiones en detrimento de la provincia, es un error de proporciones que se pagará muy caro en el presente, en el futuro inmediato y en el devenir más lejano cuando el declino de la Cuenca se haga más pronunciado.
Entre la no intervención, tal como sucede en la actualidad, y el férreo control estatal, que la gestión de Torres parece no estar dispuesta a asumir dicho desafío; cuanto menos debería haber una postura intermedia en favor del Estado que es el propietario de los recursos.
Desplome productivo y de regalías
Los datos de octubre fueron nuevamente muy malos en materia de producción petrolera para Chubut y se suscitó una caída 123.661 barriles respecto del mismo mes del año anterior.
Fue el segundo peor retroceso del 2023, luego de la merma productiva que se produjo en agosto cuando se perdieron 176.128 barriles de crudo Escalante.
Todo el año que esta terminando estuvo marcado por esa tendencia decreciente, superando ampliamente de manera negativa a los retrocesos productivos que se habían dado en el 2022.
Se si toma el panorama global de este año Chubut dejó producir 610.517 barriles de crudo Escalante en solamente diez meses. Entre enero y octubre del año pasado se extrajeron 42.222.560 barriles y este año dicha cantidad se achicó a 41.612.043 barriles.
Esas retracciones productivas se reflejan contundentemente en la pérdida de regalías en dólares que viene sufriendo la provincia, pero que también se traducen en deterioros de los ingresos traducidos a pesos a pesar de las devaluaciones.
Los 30,9 millones de dólares recaudados por Chubut en septiembre por regalías y los cerca de 32 millos cobrados en octubre mostraron los niveles más bajos de ingresos por la producción petrolera de los últimos dos años.
En pesos el panorama fue aún peor porque tras un profundo desplome que se suscitó en julio cuando las regalías quedaron un 41,4% por debajo de la inflación, en agosto se dio un repunte producto de la devaluación del peso producida tras el resultado de las PASO y pesar del 22% de pérdida de valor de la moneda nacional los porcentajes fueron negativos.
Septiembre confirmó esa tendencia de pérdida de regalías para la provincia y octubre volvió a encender todas las alarmas porque quedaron un 35,7% debajo de la escalada de los precios informada por el INDEC.
El súper combo: Menos regalías y más deuda
El panorama es más que complejo porque las regalías petroleras representan aproximadamente un tercio de los ingresos del Estado chubutense y su desplome no solamente impacta de lleno en las arcas públicas, sino que también afecta el pago de la deuda en dólares que absorbe trimestralmente regalías petroleras.
Allí están buena parte de los desafíos inmediatos que tiene Ignacio Torres apenas asuma su mandato por cuatro años desde el próximo 10 de diciembre.
Por mas que consiga un nuevo endeudamiento en dólares para pagar la vieja deuda que le endosaron y renegocie con Nación los vencimientos en pesos, si no logra revertir la baja productiva en el sector petrolero más temprano que tarde se topara con un agujero financiero que no podrá enmendarlo con nada.