Se trata de dos individuos, no contemporáneos entre ellos, que, según la datación por Carbono 14, vivieron hace unos 10 milenios atrás en Camarones, localidad situada al sur de lo que hoy es la provincia de Chubut. Un equipo del CENPAT estuvo a cargo de los trabajos arqueológicos en el área del hallazgo y del estudio de los restos. La investigación recibió financiamiento del CONICET y de la Society for American Archaeology.
Un grupo de investigación del IDEAus-CONICET halló los restos humanos más antiguos de la Patagonia y entre los más viejos de la Argentina. Se trata de dos individuos datados respectivamente en 9200 y 9700 años radiocarbónicos antes del presente (AP), lo que equivale a una antigüedad de entre 10.400 y 11.000 años calendarios.
El descubrimiento tuvo lugar en la localidad costera de Camarones, ubicada al sur de la provincia de Chubut.
La investigación fue realizada por un equipo integrado por las científicas Julieta Gómez Otero, Ariadna Svoboda, Anahí Banegas y Gabriela Millán, todas ellas del Instituto de Diversidad y Evolución Austral (IDEAus, CONICET), que funciona bajo la órbita del CONICET-CENPAT de Puerto Madryn. El estudio contó con financiamiento del CONICET y un subsidio de la Society for American Archaeology, destinado a investigaciones arqueológicas precolombinas.
El anuncio tuvo lugar el viernes 19 de abril en el Auditorio del Museo de la Familia Perón de Camarones, en el marco de la Semana de los Pueblos Indígenas. Participaron del evento las autoras del trabajo, junto a la intendenta de Camarones, Claudia Loyola; el representante de la comunidad originaria Ceferino Namuncurá Valentín Sayhueque, Rubén Romero Sayhueque; el secretario de Gobierno de Camarones, Mario Arriagada; el encargado de Cultura, Horacio Yancafil; el intendente del Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral (PIMCPA), Juan Duro y el vicedirector del CCT CONICET-CENPAT, Pablo Bouza.
Los restos fueron encontrados en octubre de 2020 por un grupo de albañiles, mientras realizaban excavaciones para la instalación del gas en una vivienda en construcción. Ante esta situación, los propietarios del terreno realizaron la denuncia en la comisaría local, desde donde dieron aviso a las autoridades de la Subsecretaría de Cultura de Chubut, quienes, a su vez, convocaron a las profesionales del IDEAus y al representante de la Dirección Provincial de Asuntos Indígenas. Esto se hizo de acuerdo a lo establecido por la ley provincial de protección del patrimonio arqueológico, antropológico y paleontológico (Ley XI/11) y por el Protocolo de tratamiento de restos humanos arqueológicos (Ley V/160)
Una vez anoticiado el equipo de investigación, se preservó el sector del entierro hasta el inicio de los trabajos arqueológicos, que consistieron en la limpieza del área, la excavación parcial de los restos humanos, la toma de tridimensionales y fotografías, la identificación y caracterización de los materiales culturales asociados y la descripción del sustrato sedimentológico. En una campaña posterior se montó in situ un laboratorio para análisis bioantropológicos preliminares a fin de determinar el número mínimo de individuos y la edad probable de cada uno. En marzo de 2022 se autorizó el rescate de los restos y su traslado al laboratorio de Arqueología y Antropología Biológica del IDEAus.
El estudio bioantropológico identificó la presencia de un niño o niña de entre 8 y 9,5 años y un/a adolescente de entre 12 y 15 años; en ningún caso fue posible estimar el sexo. Tiempo después se enviaron a realizar dataciones radiocarbónicas directas por AMS a dos laboratorios de Estados Unidos: primero al de la Universidad de Arizona y posteriormente al Institute of Energy and the Environment de Pennsylvania. Los resultados fueron sorprendentes: la antigüedad de ambos oscila entre 9200 y 9700 años radiocarbónicos AP, que equivalen a 10.400 y 11.000 años calendario, respectivamente. Esta diferencia cronológica entre uno y otro, indica que no fueron contemporáneos.
“Cuando recibimos las primeras dataciones pensamos que eran erróneas, que las muestras estudiadas podrían estar envejecidas por contaminación con componentes orgánicos de los sedimentos. Entonces, por recomendación de colegas del INCUAPA. CONICET-UNCPBA, se realizaron estudios de calidad de la proteína y nuevas dataciones, lo que confirmó las edades iniciales”, cuenta la arqueóloga Ariadna Svoboda.
Además, asociado al niño de menor edad se hallaron 50 cuentas de hueso de ave, probablemente de cormorán y también abundante pigmento rojo, lo que señala prácticas mortuorias desde tiempos muy antiguos. “Saber que esa práctica tiene casi once mil años de antigüedad también es un dato importante, ya que, tanto las cuentas como el ocre, se consideraban parte de una costumbre funeraria tardía en la zona y este hallazgo demuestra que son mucho más antiguas”, expresa Banegas.
Millán, a su vez, señala que durante el análisis de los restos no se registraron evidencias de enfermedades, desnutrición o violencia. Por último, los estudios de isótopos estables de Carbono 13 y de Nitrógeno 15 indicaron que ambos individuos habrían tenido una dieta mixta, que combinó alimentos de la tierra y del mar, lo que sugiere una interacción temprana con el espacio costero atlántico.
Los modelos de paleocosta, realizados por especialistas del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP-CONICET) del CENPAT, dan cuenta que hace 11 mil años, el mar estaba a nueve kilómetros de la costa actual, por lo que el paisaje era distinto al de ahora. “Es el primer fechado de una ocupación humana tan antigua en el litoral atlántico, ya que hasta el momento los sitios más tempranos fueron registrados en el interior o en la vertiente del Pacífico” resaltó Gómez Otero.
Las investigadoras destacan que, previo a la publicación científica del hallazgo en una revista científica, priorizaron compartir estos resultados con las autoridades de aplicación de las leyes patrimoniales, la comunidad de Camarones y los pueblos originarios.