El enfrentamiento entre Brown y Deportivo Madryn en el marco del clásico del Golfo estuvo marcado por controversias y tensión en la hinchada que dificultaron el desarrollo del partido. Desde el inicio, las numerosas jugadas polémicas y el arbitraje de Lucas Comesaña generaron descontento entre los fanáticos locales, exacerbando el ambiente en el estadio «Raúl Conti».
El descontento de los hinchas de «La Banda» alcanzó su punto máximo cuando, tras una jugada dentro del área rival, el árbitro cobró un penal a favor de Deportivo Madryn, convertido en gol por Nicolás Sánchez. Las imágenes posteriores al partido revelaron que la falta parecía haber ocurrido fuera del área, lo que avivó la ira de los seguidores locales.
El clima de tensión se intensificó cuando un agarrón en la mitad de la cancha no fue sancionado, provocando la reacción del banco de suplentes de Brown, que ingresó al campo para protestarle al árbitro. La situación se tornó aún más caótica cuando los problemas se trasladaron a la tribuna, donde la dirigencia del Deportivo Madryn presenciaba el encuentro. Gritos, insultos y lanzamiento de objetos obligaron a los dirigentes visitantes a abandonar la tribuna a través del techo de los vestuarios visitantes, mientras el operativo policial luchaba por mantener el orden en las tribunas.
La violencia alcanzó su punto álgido con la intervención de balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. A pesar de los esfuerzos por reanudar el partido, la tensión prevaleció, y el clásico culminó con la victoria del Deportivo Madryn sobre Guillermo Brown.
El resultado deja al Deportivo Madryn con 19 puntos, cerca de los puestos de Reducido, mientras que Guillermo Brown queda rezagado en su zona, con 14 unidades, compartiendo posición con Güemes de Santiago del Estero y Tristán Suárez.