Robot Ai-Da subasta arte. La robot humanoide Ai-Da, marcó un hito en el marcado del arte al vender su obra titulada A.I. God, la primera pieza creada por un robot, que fue valuada en más de un millón de dólares. La subasta se realizó en la casa Sotheby’s´s de Londres. Comenzando en una tasación inicial de 180 mil dólares, y llegando a un valor final de 1,08 millones de dólares. Esta venta es considerada por mucho como un momento crucial en la historia del arte, resaltando la conexión creciente entre la inteligencia artificial y el arte.
La pieza, de 2,2 metros de altura, es un retrato del matemático inglés Alan Turing. Y también integra un políptico de cinco paneles que Ai-Da presentó a principios de año en la Cumbre Global AI for Good en Ginebra. Durante este evento, su trabajo también incluyó una pintura de Ada Lovelace, matemática y escritora británica. Y un autorretrato, posicionando su arte dentro de un linaje de pensadores y visionarios. El objetivo de estas expresiones artísticas era ilustrad como las ideas de estos pioneros tecnológicos continúa influyendo en la creatividad humana.
De acuerdo con su creador, Aidan Meller, Ai-da es descrita como “la artista perfecta para discutir los desarrollos actuales de la tecnología y su legado”, así también es capaz de generar ideas y expresar sus pensamientos en obras de arte. La robot “invita a la audiencia a reflexionar sobre la naturaleza divina de la IA y la informática”. La obra también se inspira en influencias del siglo XX, como las de Pablo Picasso y Doris Salcedo.
Este hecho no solo se limita a una transacción económica, sino que abre un amplio debate en torno a los roles que la inteligencia artificial podría asumir en el futuro del arte y la creatividad humana. El impacto potencial y las promesas de tal evolución tecnológica invitan a la sociedad a reconsiderar que significa ser creativo. De igual manera, existe la reflexión sobre si “¿Pueden las máquinas pensar?, una pregunta central que propuso Turing y que Ai-Da, explora por medio de sus obras.
Ai-Da es la primer robot humanoide hiperrealista del mundo, capaz de pintar y crear arte de forma autónoma, esta fue desarrollada por el especialista en arte Aidan Meller. Con una mano biónica que sostiene un pincel y ojos de cámara que capturan su entorno. Puede observar y reproducir el mundo que la rodea en lienzos que requieren horas de trabajo meticuloso.