Propuesta de Parque Patagonia. Hace unos diez años, en el noroeste de Santa Cruz, comenzó a gestarse algo que parecía casi un sueño: devolverle al paisaje aquello que había perdido con el tiempo. Empezaba a escribirse una historia de reencuentros para darle una nueva oportunidad a especies que alguna vez habitaron esos cañadones y mesetas, pero que, con los años, fueron desapareciendo.
El rewilding, como llaman a este proceso de restauración, es mucho más que reintroducir animales. Es reconstruir el equilibrio que alguna vez existió. Implica devolver no solo a las especies que se fueron, sino también sanar la tierra, el agua y los humedales, para que todo el ecosistema funcione como un engranaje perfecto.
En Parque Patagonia, la Estación Biológica El Unco es el corazón de este trabajo. Desde ahí, un pequeño grupo de personas trabaja con la precisión de los artesanos, reparando cada hilo de este entramado natural. Ahora, por primera vez, quienes buscan una experiencia distinta pueden asomarse a ese mundo y presenciar el trabajo de restauración.
«La visita al Unco es una oportunidad para entender de qué hablamos cuando hablamos de conservación. Es abrir las puertas a los programas de reintroducción de especies y restauración de ecosistemas, donde el turismo de naturaleza se encuentra con el turismo con propósito», explica Natalia Correa, miembro del equipo de Parque Patagonia.
La actividad, que dura un día completo, comienza en La Posta de Los Toldos, temprano por la mañana. Desde allí, los visitantes se dirigen hasta la Estación Biológica El Unco. Ahí los recibe Jorge Maldonado, un joven de Perito Moreno que se entrenó dentro del equipo de la Fundación y cuyo primer trabajo como guía comienza con estas visitas.
Mientras los visitantes caminan entre humedales y juncales restaurados, aprenden sobre la reintroducción de especies. «Apreciar ese proceso de cerca hace la diferencia», dice Natalia. Se habla de guanacos, pumas y aves que regresan a anidar.
El avistaje del chinchillón anaranjado, asomando entre los paredones de los cañadones, es uno de los momentos más esperados. «Observar esta especie, que fue parte del trabajo de reintroducción, genera una conexión muy fuerte con el proceso de conservación».