YPF abrió una nueva etapa dentro del Proyecto Andes y lanzó la licitación de 16 bloques convencionales. El proceso incluye áreas ubicadas en Salta, Mendoza, Río Negro, La Pampa y Chubut, donde sobresale el histórico yacimiento de Manantiales Behr.
“Es un paso más hacia una YPF enfocada en Vaca Muerta”, explicaron desde la compañía. La ronda está dirigida por el Banco Santander y representa una continuidad en la reorganización del portafolio que ya permitió desprenderse de 28 áreas en la primera fase.
YPF pone en venta 16 áreas convencionales
De acuerdo con LU17. Las áreas que integran esta nueva licitación se agrupan en seis clústeres: NOA (Salta), Chachahuen y Malargüe (Mendoza), Agua Salada (Río Negro), MZA No Operado (Mendoza/La Pampa) y Manantiales Behr (Chubut).
La petrolera se propone salir del segmento convencional de alta madurez y bajos márgenes, para volcar sus recursos al shale. El programa 4×4 de la empresa apunta a cuadruplicar su valor en cuatro años y enfocar todas las inversiones, a partir de 2026, en Vaca Muerta.
En paralelo, YPF revirtió 11 áreas a las provincias, entre ellas Restinga Alí (Chubut) y diez concesiones que pasaron a Santa Cruz bajo acuerdo con la estatal Formicruz. También negocia con Tierra del Fuego un esquema similar.
La primera fase del Proyecto Andes cerró con fuerte participación del sector privado. Más de 30 empresas presentaron 60 ofertas para quedarse con yacimientos de producción media y estructura ya instalada.
La neuquina Bentia Energy, del exministro Javier Iguacel, se quedó con el clúster Neuquén Norte. También ingresaron Quintana Energy y TSB, que tomaron campos en Mendoza y Río Negro. PECOM, del grupo Pérez Companc, reforzó su presencia en Chubut al adjudicarse dos clústeres de la Cuenca del Golfo San Jorge.
Manantiales Behr representa un ícono de la historia petrolera argentina. Descubierto en 1907, el yacimiento atraviesa hoy una curva de declino sostenido. La venta marca un punto simbólico dentro del plan de reconfiguración.
La intención de YPF es transferir esas áreas a operadoras de menor escala, con costos más bajos y mayor flexibilidad operativa. El shale absorbe la estrategia de crecimiento, mientras los convencionales quedan en manos de jugadores más ágiles.
La licitación ya está abierta y apunta a completar el traspaso durante 2025. La compañía espera recibir nuevas ofertas en las próximas semanas, mientras redefine su rol en el mapa energético nacional.