La investigación del triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, ocurrido en septiembre en Villa Vaettone, logró un avance crucial con la identificación de los narcotraficantes que habrían ordenado los crímenes.
La colaboración internacional con Perú permitió desarticular parte de la estructura criminal detrás de este hecho que conmocionó al país.
La pista internacional que cambió el caso
En primer lugar, fuentes judiciales confirmaron un dato crucial: la Policía Nacional de Perú entregó los apodos de los presuntos líderes de la banda, a quienes identifican como los «jefes mayores». Posteriormente, y gracias a labores de inteligencia desplegadas en Trujillo -ciudad de origen de Tony Janzen Valverde, alias «Pequeño J»-, se logró acceder a esta información clave.
Este insumo, en definitiva, fue fundamental para la captura en Lima del principal sospechoso y de su cómplice, Matías Ozorio. Actualmente, ambos permanecen detenidos en Perú a la espera de los siguientes pasos procesales.
Las pruebas que comprometen a los acusados
Tres prófugos y una estructura criminal al descubierto
Mientras tanto, Alex Ydone Castillo, Manuel Valverde y David González Mamani, señalados como parte del núcleo medio de la organización, continúan prófugos con alertas rojas de Interpol. Documentos judiciales revelan que Ydone Castillo ya había sido detenido en Buenos Aires en 2020 por tráfico de 51 kilos de cocaína, pero fue liberado durante la pandemia ante la falta de formalización del pedido de extradición peruano.
La investigación marca un punto de inflexión al establecerse la conexión internacional del crimen, con órdenes que habrían provenido de niveles jerárquicos superiores identificados como «el abuelo» y «el papá», presuntos líderes del negocio narco familiar radicado en Perú. El caso pasará al fuero federal de Morón para investigar completamente la estructura criminal transnacional. Información extraída del medio La17.