El gobernador busca consolidar su influencia local en las elecciones del 26 de octubre.
Con el panorama polarizado, Ignacio Torres apuesta a que la votación en Chubut le permita sostener su gestión, reforzar su proyección nacional y mantener la reelección en su territorio. La provincia decidirá dos bancas que podrían marcar un equilibrio entre los partidos que dominan la escena local.
Contexto político y candidatos
Chubut, con apenas 1,34% del electorado nacional, no suele ser foco de campañas nacionales. Inicialmente, Torres intentó despegar estas elecciones de su gestión, afirmando que “todo pasa por Milei y Cristina” según declaró a Río Negro.
Sin embargo, entendió que un mal resultado podría afectar su gobernabilidad y limitar sus planes de reelección. Por eso, los candidatos locales de “Despierta Chubut”, liderados por Torres, y del PJ-K, encabezado por Juan Pablo Luque, se ubican como protagonistas en la contienda del 26 de octubre.
La participación de los candidatos y la campaña de Torres
El gobernador llevó la campaña sobre sus hombros, con Ana Clara Romero y Gustavo Menna como meros espectadores. Sus actos recientes incluyeron la inauguración de un tramo de la doble trocha Trelew-Puerto Madryn, y la habilitación parcial de un nuevo hospital en Trelew, coincidiendo con el aniversario de la ciudad.
La estrategia busca mostrar acción gubernamental y atraer votos, reforzando el discurso de Torres como el “candidato sin boleta” que puede influir en la elección incluso sin figurar directamente en la boleta.
Expectativas y el “caballo de Troya”
Las encuestas internas reflejan un resultado ajustado, pero salvo una derrota inesperada, Torres podría contar con un “caballo de Troya”: la votación local le dará volumen a su discurso, incluso mientras los ciudadanos elijan a representantes en el Congreso Nacional y miembros del Consejo de la Magistratura.
Además, el plebiscito sobre la eliminación de los fueros políticos y judiciales favorecerá un triunfo del “sí”, habilitando una reforma constitucional ya aprobada por la Legislatura provincial. Este escenario permitirá que el debate sobre la impunidad quede en segundo plano frente al peso electoral del gobernador.
Proyección y consecuencias
Para Juan Pablo Luque, ganar representaría una plataforma de lanzamiento para volver a competir en 2027, mientras que una derrota lo dejaría debilitado, con consecuencias políticas y responsabilidades pendientes por hechos de corrupción ligados a la catástrofe natural de 2017 en Comodoro Rivadavia.
Torres, por su parte, busca consolidar su influencia local y proyectarse hacia 2027, aprovechando el plebiscito y la elección de representantes como herramientas estratégicas para mantener su control político.