El Presidente apeló a la confrontación con la exmandataria en un acto multitudinario en el Movistar Arena para reactivar la mística libertaria tras el escándalo de Espert.
Con un despliegue de luces, música y arengas, Javier Milei volvió a escena en el Movistar Arena decidido a recuperar el pulso político tras semanas marcadas por la crisis interna generada por José Luis Espert. En medio de una multitud eufórica, el Presidente utilizó su presentación del libro La Construcción del Milagro como un acto de reafirmación política, en el que recurrió a su estrategia más efectiva: polarizar con Cristina Fernández de Kirchner.
“Escuchaste, kirchnerista: pudiste ganar un round, pero todavía no ganaste la batalla, y mucho menos la guerra”, lanzó Milei desde el escenario, en una frase que sonó a reconocimiento de la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, pero también a desafío abierto al kirchnerismo.
Milei apuesta otra vez a la confrontación con Cristina Kirchner
En su discurso, Milei evitó mencionar a Axel Kicillof, pero colocó nuevamente a Cristina Kirchner como su principal antagonista. Ante un público fervoroso, arengó a los asistentes a corear el cántico “Cristina es tobillera”, en alusión a la prisión domiciliaria que cumple la exmandataria por la causa Vialidad.
La respuesta del público no se hizo esperar, y el estadio se llenó con el grito de “El que no salta es kuka”. En ese contexto, el Presidente buscó recuperar la épica del Milei combativo que había perdido protagonismo tras el caso Espert.
Según informó TN, el mandatario también aprovechó la ocasión para reforzar la cohesión interna del oficialismo, al hacer mención al “Triángulo de Hierro”, la estructura de poder que integra junto a su hermana Karina Milei y su asesor Santiago Caputo.
Entre el show y la estrategia política
Durante el acto, el Presidente combinó momentos de discurso político con intervenciones musicales. En una versión punk del clásico Dame Fuego de Sandro, se refirió a los militantes kirchneristas como “kukas tira piedras”, en tono desafiante y provocador.
El evento sirvió como una puesta en escena de fidelización política, con el objetivo de retener al electorado libertario que mostraba señales de desgaste luego de las polémicas recientes. El oficialismo reconoce que el caso Espert afectó la moral interna y provocó incertidumbre entre los votantes más fieles.
Milei, consciente de ello, se mostró desafiante pero optimista, alentando a sus seguidores a mantener la fe en su proyecto: “Esta batalla cultural es muy importante y vital”, enfatizó al cierre del acto, acompañado por el vocero presidencial Manuel Adorni.
La estrategia: recuperar la épica libertaria
El mensaje de fondo fue claro: volver a encender la llama libertaria apelando a la confrontación con el kirchnerismo. El Presidente buscó reavivar el sentimiento de lucha y marcar distancia de sus adversarios con una narrativa de “ellos o nosotros”.
El diseño escénico del evento colocó a Milei en el centro de una estructura circular, con luces violeta y doradas, reforzando la idea de liderazgo y “batalla cultural”. En el discurso, Cristina Kirchner fue el blanco elegido para reconstruir la identidad libertaria y mantener cohesionada a su base electoral.
Además, el Presidente aprovechó el momento para respaldar públicamente a José Luis Espert, insistiendo en que su salida fue producto de maniobras del kirchnerismo.
“Si no, no harían tantas operaciones; el que sabe que va a ganar no hace trampa”, lanzó, en tono desafiante.
El acto en el Movistar Arena consolidó la estrategia de Milei de volver al eje de la polarización con Cristina Kirchner como herramienta para reafirmar su liderazgo y mantener el voto duro libertario. En un escenario electoral cada vez más reñido, el Presidente busca convertir el enfrentamiento ideológico con el kirchnerismo en combustible para sostener su base y enfrentar la recta final de la campaña con nueva energía.