En un contexto regional cada vez más tenso, el Gobierno estadounidense respaldó la decisión de Taiwán de ampliar significativamente su inversión en defensa.
El anuncio, presentado por el presidente William Lai Ching-te, apunta a fortalecer la capacidad disuasoria de la isla frente al incremento de la presión militar china. La información fue tomada del medio DW.
EE. UU. celebra la decisión de Taiwán de aumentar el gasto en defensa
El embajador de facto de Estados Unidos en Taipéi, Raymond Greene, expresó su apoyo al plan taiwanés de invertir 40.000 millones de dólares adicionales entre 2026 y 2033. La propuesta incluye la compra acelerada de misiles de largo alcance y sistemas considerados claves para reforzar la disuasión.
Greene destacó que el AIT “celebra el anuncio del presidente Lai Ching-te”, quien presentó un presupuesto especial de 1,25 billones de dólares taiwaneses destinado exclusivamente a fortalecer el aparato militar. Para el funcionario, esta medida alinea a Taiwán con otros socios estratégicos de Occidente y Asia —como Japón, Corea y países europeos— que también están redoblando sus esfuerzos de defensa ante un escenario global incierto.
Un plan para elevar la preparación militar de cara a 2027
En su comparecencia ante la prensa, William Lai subrayó que el objetivo central es lograr una fuerza militar capaz de “defender permanentemente al Taiwán democrático”. El mandatario insistió en la necesidad de alcanzar un nivel de preparación que permita “disuadir de forma eficaz” a China en los próximos años.
Esta estrategia se enmarca en los reportes de inteligencia estadounidense que indican que Xi Jinping habría ordenado completar los preparativos para una posible “reunificación por la fuerza” en 2027. Ante ese horizonte, Washington insiste en respaldar la adquisición de capacidades asimétricas por parte de Taipéi, alineadas con la Ley de Relaciones con Taiwán y con décadas de cooperación.
Greene remarcó que “todo el mundo tiene interés en que las diferencias a través del estrecho de Taiwán se resuelvan pacíficamente y sin coerción” y aseguró que este nuevo presupuesto “representa un paso importante para mantener la estabilidad en la región”.
La respuesta de China: rechazo total a cualquier vínculo militar con EE. UU.
Como era previsible, la reacción de Pekín fue inmediata. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, reiteró que China rechaza cualquier vínculo oficial, incluido el militar, entre Washington y Taipéi. También afirmó que cualquier intento del gobernante Partido Democrático Progresista de “resistir la reunificación” o buscar la independencia “por la fuerza” está “condenado al fracaso”.
El anuncio ocurre apenas dos días después de una conversación entre Xi Jinping y el presidente estadounidense, Donald Trump, en la que el líder chino reiteró que el “regreso” de Taiwán constituye un elemento clave del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, declaraciones que fueron repudiadas por las autoridades taiwanesas.
Un escenario regional cada vez más tenso
China mantiene su postura histórica de considerar a Taiwán como una “parte inalienable” de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para lograr la reunificación. En los últimos años, Pekín intensificó la presión diplomática y militar: maniobras bélicas en torno a la isla, vuelos y barcos militares en zonas sensibles, y una progresiva reducción del número de aliados diplomáticos de Taipéi.
En este marco, el refuerzo militar anunciado por Lai y apoyado por Estados Unidos es leído por analistas como una señal clara de que la isla busca aumentar su resiliencia ante un entorno regional marcado por la incertidumbre.
El respaldo de Washington al nuevo presupuesto defensivo de Taiwán profundiza una alianza estratégica clave para el equilibrio en el Indo-Pacífico. Mientras China reafirma su rechazo a cualquier acercamiento militar entre ambos, Taipéi avanza en un plan que busca consolidar su capacidad de defensa ante un futuro inmediato cargado de desafíos.




