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La Amazonia preocupa a los líderes mundiales. Tanto, que los incendios que amenazan el pulmón del mundo figuraron desde el primer momento en las reuniones de los mandatarios del G7 en Biarritz, compartiendo agenda prioritaria con cuestiones como Irán o Rusia. Mientras que los demás asuntos siguen siendo fuente de tensiones, la Amazonia parece ser un punto, quizás el único, de convergencia. Según ha adelantado el presidente francés y anfitrión del encuentro, Emmanuel Macron, lo que se busca es una vía para ayudar a Brasil y los demás países afectados “lo antes posible”. Una ayuda inmediata pero, también, a largo plazo con el objetivo de “reforestar” las vitales zonas devastadas.

“Hay una verdadera convergencia para decir: ‘Nos ponemos todos de acuerdo para ayudar lo más rápido posible a los países afectados por esos fuegos’”, dijo Macron en una comparecencia ante periodistas el domingo para informar de las conversaciones que continuará manteniendo con sus pares internacionales hasta el lunes en la ciudad vascofrancesa.

Según el presidente galo, se trata de trabajar a dos niveles. Uno es inmediato, en materia de acciones rápidas para apagar los incendios, para lo cual ya se han iniciado los contactos con todos los países de la Amazonia para hablar de las ayudas posibles, de “medios técnicos y financieros”, reveló.

El otro es a más largo plazo, con visos a la “reforestación” de las zonas devastadas. Para cumplir con ambos objetivos, el G7 busca algún tipo de “mecanismo de movilización internacional para poder ayudar de manera más eficaz a esos países”.

Rápidamente, Macron añadió: “Pero con ellos”. El detalle no es menor. Supone una bajada significativa del duro tono que el mandatario galo ha venido empleando de cara a lo que desde un primer momento calificó de “crisis internacional” y que lo ha enfrentado directamente con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a quien acusó de haberle “mentido” sobre su intención de cumplir los compromisos en materia de medioambiente. Una situación que llevó a Macron incluso a amenazar, el viernes, con bloquear el acuerdo de libre comercio que la Unión Europea firmó en junio con Mercosur, tras casi dos décadas de negociaciones. “En esas condiciones, Francia se opone al acuerdo de Mercosur tal como está”, dijo la presidencia francesa desde París, a pocas horas de comenzar los encuentros en Biarritz.

El problema para Macron es que se quedó bastante solo en su órdago ante Bolsonaro. España fue de los primeros países en desmarcarse de esa amenaza, algo que continuó sucediendo en Biarritz. La canciller alemana, Angela Merkel, que había dicho que “apoyaba completamente” la idea de París de que los incendios de la Amazonia se incluyeran en la agenda del G7, dejó claro en Biarritz que no respalda la amenaza francesa usando el Mercosur, que tampoco cuenta con un respaldo entusiasta del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

De ahí que ahora el tono empleado sea significativamente más conciliador. De hecho, aunque insistió en que la Amazonia es una cuestión internacional porque afecta a todo el planeta, se declaró consciente de las “sensibilidades” de los países amazónicos y de sus inquietudes en materia de soberanía nacional. Lo que no quita, dijo no obstante, que cuestiones como la “reforestación” deban ser tratadas a escala global.

“El desafío de la Amazonia, tanto para esos países como para la comunidad internacional, es tan grande en términos de biodiversidad, de oxígeno, de lucha contra el cambio climático que tenemos que proceder a esta reforestación”, dijo, sin dar más detalles.

Pero anteriormente ha dado algunas pistas sobre lo que Francia desearía ver en el futuro más inmediato que lejano. Según dijo a la web Konbini el viernes, París desea un compromiso para desarrollar “mecanismos de prevención de este tipo de incendios más potentes”, y buscar la “buena gobernanza” de la Amazonia, un pacto que implique no solo a Estados, sino también “a las ONG y a los pueblos autóctonos”, explicó.

En una tribuna publicada en el dominical Journal du Dimanche, la ministra francesa de Ultramar, Annick Girardin, y varios políticos responsables de Guyana —que, como recordó Macron, hace que la frontera más larga de Francia sea con Brasil— proponen en este sentido la creación de un “fondo internacional” que sustituya al actual fondo de la Amazonia de Brasil. La idea, señalan los autores, es que ese nuevo fondo “no dependa directamente de los Estados” y que, además, “pueda, en función de las sumas recaudadas, lanzar acciones de lucha concretas, puntuales y dirigidas directamente por los actores locales para combatir los incendios y para la reforestación” de las zonas damnificadas.

El colorido y ruidoso paisaje que conforma la biodiversidad de la Amazonía brasileña dio lugar a un silencio estremecedor en las zonas devastadas por el fuego que devora parte de la selva, donde serpientes, peces y otros animales intentan escapar de las llamas que avanzan rápidamente.

A unos 150 kilómetros de Porto Velho, la capital regional del amazónico estado de Rondonia, una considerable parte de tierra arde de manera ininterrumpida hace más de 24 horas y ya ha consumido más de cinco kilómetros del terreno.

Según pudo constatar la agencia Efe, serpientes, peces y hasta pequeños mamíferos luchaban para ponerse a salvo de las llamas. Muchos de ellos, sin embargo, se vieron atrapados en inmensas pozas de lodo y acabaron pereciendo en su interior.

En los alrededores de las zonas alcanzadas por los vastos incendios que queman desde hace semanas parte del bosque tropical igualmente se acumulaban cadáveres de algunos animales que habían sucumbido debido al humo o a las llamas.

«El fuego sigue constante desde hace más de 24 horas. Yo me desperté en el medio de la noche por la luminosidad y el ruido y alerté a mi esposa», contó a Efe Aurelio de Andrade, de 65 años y dueño de una pequeña finca situada a pocos metros de donde la tierra arde.

Así como varios de sus vecinos, Andrade mantiene en la propiedad más de medio centenar de vacas y algunas gallinas y se dice preocupado por el avance de las llamas.

«Nos ponemos muy tristes, porque si ese fuego los alcanza a ellos (los vecinos) o a nosotros, nos quedamos sin los animales», lamentó el propietario rural.

Durante todo el día, fuertes vientos han sacudido la región, lo que podría contribuir aún más con la rápida diseminación de las llamas hacia el interior de la selva.

«Si de hecho alcanza nuestras propiedades, se nos hará muy complicado apagar el fuego. Solo Dios podría hacerlo», resaltó Andrade.

Los devastadores incendios en la Amazonía y las tensiones comerciales centraban el sábado los debates antes del inicio del G7 en el sur de Francia, una cumbre bajo un clima de tensión y divisiones internas.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anfitrión del encuentro en el balneario de Biarritz, llamó a una «movilización de todas las potencias» para sofocar las llamas que devoran bosques de la Amazonía brasileña desde hace varios días.

«Debemos responder al llamado de los bosques (…), de la Amazonía, nuestro bien común (…) y por lo tanto vamos a actuar», prometió el jefe de Estado francés en un discurso a la nación retransmitido por televisión, antes de recibir a sus socios.

Francia, que mantuvo un áspero pulso la víspera con su homólogo brasileño Jair Bolsonaro, ha amenazado con bloquear el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur por las «mentiras» del mandatario brasileño en materia de compromisos ambientales.

Aunque el gobierno alemán temperó el ímpetu de Macron, afirmando que oponerse al pacto «no es la respuesta apropiada», el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, consideró «difícil de imaginar» un acuerdo con el Mercosur — bloque al que pertenece Brasil — cuando la Amazonía arde.

«Por supuesto respaldamos el acuerdo entre la UE y el Mercosur (…) pero es difícil imaginar un proceso de ratificación armónico por parte de los países europeos mientras que el gobierno brasileño permita la destrucción del pulmón verde de la Tierra», dijo Tusk poco después de llegar a Biarritz.

El presidente Mauricio Macri sostuvo hoy que «estamos todos preocupados por lo que está sucediendo en la Amazonia», y anunció que llamó al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, «para ofrecerle la ayuda argentina para combatir esta catástrofe», y que realizó similar ofrecimiento a Bolivia.

El mandatario hizo estas declaraciones al inaugurar, junto a su par de Paraguay, Mario Abdo Benítez, un nuevo paso internacional, construido sobre la estructura de la represa hidroeléctrica de Yacyretá, que conecta a las ciudades de Ituzaingó, en Corrientes, con la ciudad paraguaya de Ayolas.

Antes, en desde Misiones, el jefe de Estado volvió a referirse a los resultados de las PASO y expresó que «todavía falta», pero aseguró que «escuchó a los argentinos» de cara a las elecciones generales del 27 de octubre.

«Sé que todavía falta. Escuché a los argentinos, los escuché, vamos a estar al lado de cada argentino para que nadie se quede atrás», dijo el jefe del Estado, que se mostró acompañado por el gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua.

Y agregó, en referencia a la nueva ruta: «El objetivo es cuidar a los argentinos y generar las condiciones para que cada persona encuentre su oportunidad. Por eso vamos paso a paso, con logros como éste que llevan su tiempo».

En el acto se recibió el servicio inaugural de la nueva ruta de Air Europa, que unirá Iguazú con Madrid en 9 horas y después de 20 años. Según informó Presidencia, se trata «de un vuelo de alta importancia económica debido a la cantidad de turistas españoles y europeos que arribarán con el propósito de conocer las Cataratas».

Al respecto, Macri reveló que su «sueño» es que el año próximo se una esa ciudad misionera con Londres. Además, aseguró, su gestión ha «duplicado la cantidad de rutas aéreas».

El vuelo de bautismo arribó trayendo a bordo a la CEO de Air Europa, María José Hidalgo; al embajador argentino en España y ex gobernador de Misiones, Ramón Puerta; al CEO de Aeropuertos Argentina 2000, Matías Patanian; y al ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, entre otras personalidades, así lo informó Télam.

La aerolínea operará dos frecuencias semanales en aviones Airbus A330-200 hasta mediados de octubre y luego se usará un Boeing 787.

Se esperaba que Macri participara más tarde en Yacyretá de un encuentro con su par paraguayo, Mario Abdo Benítez, con el propósito de inaugurar el paso internacional fronterizo entre Ituzaingó y Ayolas.

El grupo de acción ciudadana Avaaz entregó este miércoles al Congreso brasileño un documento respaldado por un millón de firmas en el que exigen medidas para poner coto a la creciente deforestación en la región amazónica.

“Aunque la presunción general es que el asunto genera discordias, el sondeo revela que tanto parlamentarios como electores de diversos espectros políticos opuestos concuerdan en una cosa: la Amazonia es motivo de orgullo y preservarla es fundamental”, dijo Diego Casaes, coordinador de campañas de Avaaz en Brasil.

El documento “es un mensaje claro de Brasil al Congreso y debemos hacer nuestros deberes”, declaró el diputado Alessandro Molon, coordinador del Frente Parlamentario Ambientalista.

La selva Amazónica de Brasil está atravesando uno de los momentos más difíciles de su historia con los incendios récord que se registran. En vez de responsabilizar al desmonte y al cambio climático, el presidente Jair Bolsonaro insinuó que detrás del fuego hay una conspiración de las organizaciones ambientalistas que busca «llamar la atención contra su gobierno.

«Puede estar ocurriendo -es una posibilidad, no lo estoy afirmando-, una acción criminal de esas ONG ambientalistas para llamar la atención contra mi persona, contra el gobierno de Brasil; esa es la guerra que enfrentamos», dijo el mandatario  a la salida de su residencia oficial en Brasilia

Bolsonaro aseguró que esas organizaciones, que según él representan intereses extranjeros, «están sintiendo la falta de dinero», después de que el gobierno suspendiera subsidios que les eran asignados.

«El fuego se prendió, parece, en lugares estratégicos (…) Ni ustedes tendrían condiciones de filmar todos los lugares donde hay fuego y mandarlas para afuera. Por lo que todo indica, fueron allí para filmar y prender fuego. Eso es lo que siento», agregó el dirigente ultraderechista, que defiende liberar la minería y agricultura en la selva sudamericana.

También apuntó contra gobernadores «que tienen connivencia con lo que está sucediendo y le echan la culpa al gobierno federal».

Brasil batió este año los registros de incendios en su selva amazónica. Entre enero y lo que va de agosto ha habido 72.843 focos detectados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), que los recuenta por vía satelital. Es la cifra más alta desde que en 2013 comenzaron a divulgarse estos datos, así lo informó Telefe Noticias.

Los incendios forestales han alcanzado este año un récord de 72.843 en Brasil, según el centro de investigación espacial del país INPE, en momentos en que hay fuegos activos en varios lugares de la selva amazónica y crece la preocupación por la política ambiental del presidente derechista Jair Bolsonaro.

El aumento llega al 83% frente al mismo período del 2018, dijo la agencia el martes, y el total es el mayor desde que comenzaron los registros en el 2013.

El estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) dijo que desde el pasado jueves las imágenes satelitales detectaron 9.507 nuevos incendios forestales, principalmente en la cuenca del Amazonas, hogar del bosque tropical más grande del mundo y al que se considera vital para contrarrestar el calentamiento global.

Las imágenes muestran el estado septentrional de Roraima cubierto de humo oscuro. El de Amazonas declaró el 9 de agosto una emergencia en el sur y en su capital, Manaos. Acre, en la frontera con Perú, ha estado en alarma ambiental desde el viernes por los incendios.

Los satélites de la NASA también han visto un aumento del 65% en los incendios en Brasil desde principios del 2019 en comparación con el mismo período en el 2018.

Los incendios forestales han aumentado en Mato Grosso y Pará, dos estados agrícolas que han empujado la agricultura hacia la cuenca del Amazonas y donde se ha estimulado la deforestación.

Los incendios forestales son comunes en la estación seca, pero también son provocados deliberadamente por agricultores que queman ilegalmente tierras para dedicarlas a la cría de ganado.

 

«Me solían llamar capitán Motosierra y ahora soy Nerón incendiando el Amazonas. Pero si es la temporada de incendios», dijo a periodistas cuando se le preguntó por el auge de los incendios.

La agencia espacial INPE dijo que la gran cantidad de incendios forestales no se puede atribuir a la estación seca o solo a fenómenos naturales.

 

«No hay nada anormal en el clima este año o las lluvias en la región amazónica, que están un poco por debajo del promedio», dijo el investigador del INPE Alberto Setzer.

– Baja visibilidad –

Ricardo Mello, del programa Amazonía del Fondo Mundial para la Naturaleza-Brasil, dijo a la agencia AFP que los índices de deforestación crecieron bajo una sensación de impunidad ante crímenes ambientales y por la disminución de la capacidad del estado para vigilar el territorio.

«La situación es muy preocupante», dijo el especialista.

Imágenes en las redes sociales de Brasil en los últimos días muestran llamas avanzando en reservas ambientales así como enormes nubes de humo que han cubierto a varias ciudades.

La tarde del lunes, Sao Paulo se oscureció por completo antes de las 16H00 locales, como consecuencia de la llegada de una corriente fría y de vientos que cargaban partículas de quemas en Paraguay, explicaron especialistas.

 

La semana pasada un vuelo tuvo que ser desviado en Porto Velho, capital de Rondonia (estado limítrofe con Bolivia), debido a la falta de visibilidad causada por las nubes de humo que provocaron los incendios en florestas próximas.

Esta semana se realiza en Salvador (noreste) la Semana del Clima, organizada por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con la participación de especialistas para discutir acciones climáticas en la región.

Brasil, bajo la dirección de Bolsonaro, desistió de albergar la Conferencia del Clima de las Naciones UnidAS (COP 25), que ahora tendrá lugar en diciembre en Chile.

La temperatura supera los 31 grados a la sombra. El follaje de palmeras atempera el calor abrasador que baña la reserva natural Pacaya Samiria, uno de los pulmones del planeta en plena Amazonía de Perú , donde proteger la biodiversidad es un mantra.

Aquí viven siete comunidades que aprovechan los recursos naturales de la reserva. Una de ellas es la comunidad 20 de Enero, compuesta por 95 familias que desde hace 18 años viven del sembrado y cosecha del aguaje (Mauritia flexuosa), el fruto emblemático de la reserva.

Antes los pobladores cortaban las plantas, que crecían hasta 40 metros, para recoger los aguajes. Ahora, para luchar contra la tala, recogen los frutos subiendo a las palmeras con un sistema constituido de dos cuerdas, conocidas como estrobos.

La cosecha se comercializa para la preparación de jugos, jabones y aceites medicinales, utilizados contra la caída del cabello y el estrés.

«Para nosotros el aguaje es un tesoro. Estamos conservando este recurso para nuestros hijos. Acá se talaba el árbol, pero ahora lo conservamos», dijo a la AFP Wiler Tuesta, presidente de la Asociación de Productores y Procesadores de Aceite de Aguaje .

Este hombre, que vive en condiciones precarias en una vivienda de madera y con techo de hojas de palmera, afirma que las autoridades no les dan suficiente apoyo.

«En la comunidad no tenemos luz, agua, salud», dice. «Estamos olvidados», se lamenta desde este lugar donde solo se puede llegar en peque peque, una embarcación con motor pequeño, navegando por el río dos horas desde Nauta, en la ciudad portuaria de Iquitos, a unos 1.000 km al noreste de Lima.

Megadiversidad

En Pacaya Samiria existen 30,810 hectáreas de aguajales, llamados popularmente «bosques de la vida», las áreas pantanosas donde crecen los aguajes.

Recientemente, el presidente Martín Vizcarra eligió esta reserva para lanzar el plan Patrimonio Natural del Perú, un fondo que destinará US$ 140 millones a proteger 38 áreas naturales que abarcan 17 millones de hectáreas del país.

«Vamos a promover la cultura de la conservación y sostenibilidad para cuidar nuestras áreas protegidas», aseguró Vizcarra desde la localidad de Buenos Aires, a orillas del río Marañón.

Ubicada en la región Loreto, la reserva natural de Pacaya Samiria es un área de bosque húmedo tropical inundable y tiene una extensión de más de dos millones de hectáreas, donde se aprovechan más de 60 especies de flora y fauna silvestre.

Además del aguaje, en estas áreas amazónicas habitan miles de especies de flora y fauna, como la tortuga taricaya, el otorongo (jaguar en quechua) y el paiche, también conocido como pirarucú o arapaima, un pez de agua dulce considerado como uno de los más grandes del planeta.

La Amazonía cuenta con la mayor reserva de agua y la más variada biodiversidad de Perú, uno de los diez países más megadiversos del mundo.

«La áreas naturales protegidas son el pulmón del mundo, hay que cuidarlas y protegerlas», dice a la AFP Jacobo Rodríguez, coordinador de la Cuenca Yanayacu Pucate, en Pacaya Samiria.

Guardianes de la Amazonía

Creada hace 46 años, esta área natural alberga una importante población indígena que aprovecha sus recursos naturales.

Según el ministerio de Ambiente, más de tres millones de hectáreas de territorios indígenas se encuentran superpuestas a las áreas naturales protegidas.

Las comunidades están logrando preservar la selva y generar sostenibilidad para mejorar su calidad de vida, de acuerdo con las autoridades peruanas.

La iniciativa puesta en marcha cuenta con apoyo de organizaciones como World Wildlife Fund (WWF), Andes Amazon Fund, Fundación Moore y Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

«Necesitamos que otros países sigan el liderazgo de Perú para proteger la Amazonía», afirma Carter Roberts, de la WWF.

Algunos expertos estiman que el planeta se halla peligrosamente en un punto de inflexión en la Amazonía, donde se ha perdido 17% de la selva en los últimos 50 años, acercándose cada vez más al 20% en el que se estima que los bosques se secarían.

Perú ocupa el cuarto lugar en extensión de bosques tropicales a nivel mundial. Estos bosques capturan y secuestran carbono, ayudando a mitigar lo efectos del cambio climático.