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También pidió dar más espacio en la Iglesia a las mujeres, históricamente relegadas.

El Sínodo sobre la Amazonia aprobó en su documento final la propuesta de poder ordenar sacerdotes a hombres casados, los llamado Viri Probati, en las zonas aisladas de la macroregión de 7,5 millones de kilómetros cuadrados y nueve países habitada por solo 34 millones de habitantes, entre ellos muchos indígenas.

También lanzó la propuesta de ministerios para las mujeres, incluyendo el diaconado femenino, y proclamó el “pecado ecológico” cuando se agrede la naturaleza. A su vez el Papa anunció que reactivará la comisión de estudio sobre las diáconas, que formó en 2016 y que después de dos años de discusiones no llegó a ninguna conclusión.

El de la Amazonia se ha demostrado el Sínodo en el cual las mujeres lograron hacerse escuchar. Treinta y cinco participaron de la asamblea y se proclamaron “madres sinodales” en una justa provocación a los 184 padres sinodales que aprobaron los 120 puntos del documento final, porque el voto fue negado a las féminas participantes, muchas de ellas monjas.

Para tener “imperium”, los 120 puntos debían ser aprobados por una mayoría de dos tercios de los padres sinodales. Todos obtuvieron ese voto calificado.

En el caso de los Viri Probati, destinado a causar una nueva tormenta con amenazas de cisma por la oposición cerrada de los conservadores y tradicionalistas, el punto 111 del documento dice: “Proponemos ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos por la comunidad que tengan un diaconado fecundo y reciban una formación adecuada para el prebisterado, pudiendo tener familia legitimamente constituída y estable».

Ciento veintiocho padres sinodales votaron a favor y 41 en contra, el número más elevado de “no” de las 120 votaciones punto por punto, que se realizaron en la tarde de este sábado. La diferencia entre los que aprobaron y los que bocharon fue también el más estrecho de todos los sufragios de la asamblea.

El arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn, considerado un progresista cercano al Papa, dijo que era mejor hacer Viri Probati diáconos que sacerdotes.

Ante las discrepanciasque dividen a la Iglesia en la cuestión, el texto aprobado pidió llevar la ordenación de laicos casados a sacerdotes a “un debate universal”.

El punto aprobado argumenta que “muchas de las comunidades eclesiales del territorio amazónico tienen enormes dificultades para acceder a la eucaristía”. Y agrega: «En ocasiones pasan no solo meses sino incluso años para que un saceerdote la celebre o realice un sacramento de reconciliación o la unción de enfermos”.

El punto 104 remarca que es urgente promover la formación del diaconado permamente para la Amazonia. Ellos son laicos que pueden bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos, celebrar la liturgia de la palabra, predicar y evangelizar, pero no celebrar misa ni confesar.

También fue aprobada la petición de reformar las normas de Pablo Vi para que las mujeres “adecuadamente formadas” puedan recibir los ministerios del Lectorado y el Acolitado “entre otros a ser desarrolladdos”.

Los obispos explican que en muchas consultas se solicitó el diaconado permanente para las mujeres. Tras el anuncio de Francisco que reactivará la comisión que estudia el asunto, se consolidó la decisión de “compartir experiencias y refexiones con la comisión y esperamos sus resultados”.

El lugar de las mujeres

En el discurso final que pronunció Francisco al cierre de las tres semanas que duró el Sinodo, el Papa argentino dedicó una parte importante a las féminas. Las 35 que participaron de la asamblea sinodal sin poder votar, le escribieron a Jorge Bergoglio pidiéndole que las dejaran votar el documento final. No lo lograron.

Tocado por el empuje que mostraron las mujeres, cuya discriminación en la Iglesia dura dos mil años y que parecen dispuestas a combatir con una presencia cada vez más protagónica como “la otra mitad del cielo”, el Papa dijo a la asamblea: «Recojo el guante de que las mujeres sean escuchadas”.

Dijo que reactivará la comisión que estudia la posibilidad del diaconado femenino,que ha dejado de funcionar, y la dotará de nuevo personal. “Voy a procurar rehacer esto con la Congregación para la Doctrina e la Fe”.

“Todavía no hemos caido en la cuenta de lo que significa la mujer en la Iglesia y nos quedamos solo en la parte funcional. Es importante, tienen que estar en los consejos, pero su papel va mucho más alla de la funcionalidad.” Bergoglio destacó que el Sínodo lanzó directrices en cuatro dimensiones: la cultural, la ecológica, la social y la pastoral.

En un ataque abierto a sus críticos se dirigió a las “élites católicas” que “quieren ir a la cosita y se olvidan de lo grande”. “Porque no tienen el coraje de estar con el mundo, ellos que se creen estar con Dios. Porque no tienen el coraje de comprometerse con las opciones e la vida del hombre. Se creen que luchan por Dios, pero no aman a ninguno”.

El documento final también hizo propuestas y fijó posiciones de la Iglesia. Ante la situación del planeta y de la Amazonia “la ecología integral no es un camino más sino el único posibleporque no hay otra senda viable para salvar la región”. “La depredación del territorio viene acompañada del derramamiento de sangre inocente y de la criminalización de la Amazonia”.

El documento “anima a la comunidad internacional a disponer nuevos recursos económicos para proteger la Amazonia y promover un modelo de desarrollo justo y solidario”.

El Sínodo propone definir el pecado ecológico como “una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente. Es un pecado contra las futuras generaciones y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía del ambiente”, informó El Clarín.

El científico brasileño Carlos Nobre, uno de los mayores expertos en selva tropical, lanzó la propuesta desde el Vaticano de un nuevo modelo económico para salvar la Amazonía basado en mantener «la selva en pie».

«Es un modelo que puede beneficiar socialmente a todas las poblaciones y preservar sus culturas, es el de mantener ‘la selva en pie’. Lo que hemos llamado la bioeconomía de la selva en pie», explicó Nobre en una entrevista a la AFP.

Invitado especial al sínodo de obispos sobre la Amazonía que se celebra en el Vaticano, al que asisten más de 200 prelados entre obispos y cardenales, así como numerosos religiosos e indígenas provenientes de esa inmensa región clave para el planeta, Nobre propuso impulsar lo que llama «una revolución bioindustrial», una economía de la biodiversidad.

«Es que la ‘selva en pie’ genera más productos con valor económico presente y futuro, que derrumbar la selva y remplazarla por tierras agropecuarias o para la minería», explicó este científico, que formó parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático recompensado con el Premio Nobel de la Paz en 2007.

Según el documento que divulgó a los asistentes del encuentro en el Vaticano «los valores económicos ocultos en esta enorme diversidad de especies amazónicas son infinitamente superiores a la tala de todo el bosque y su sustitución por el ganado o la agricultura».

Entre los ejemplos que cita figura la recolección de algunos productos, como el fruto açai, la castaña, el babasú y el cacao, que «brindan una rentabilidad mucho mayor» a los agricultores familiares que lo practican.

«Es necesario industrializar esta riqueza biológica en la propia Amazonía, que no puede ser sólo un productor de productos primarios», recalcó.

«Hay que crear decenas de miles de bioindustrias repartidas en las más de 5.000 comunidades en la Amazonía para generar un valor económico que brinde bienestar y calidad de vida para las poblaciones amazónicas», sostiene el científico, de 68 años, quien lleva más de 40 años estudiando esa región.

– La ciencia teme el punto de no retorno –

Nobre considera que la ciencia está llamada a plantear soluciones posibles basadas en las tecnologías del siglo XXI para ayudar a la Amazonía a salir de un punto de no retorno y de un probable colapso amazónico.

«La ciencia está demostrando que estamos muy cerca a un punto de no regreso. Que si superamos ese punto, con la deforestación regional o el calentamiento global, el 60-70% de la selva amazónica puede desaparecer en 30 a 50 años», advirtió.

AFP / Tiziana FABIEl científico brasileño Carlos Nobre, el 10 de octubre de 2019 en el Vaticano

Paralelamente la ciencia también puede aportar para lograr lo que el papa Francisco y los obispos de la cuenca amazónica están debatiendo en el Vaticano, la idea de impulsar una «ecología integral», que lleve a respetar tanto la naturaleza como al ser humano.

«Es un concepto importante y fuerte(…). Una visión holística del mundo, que une los aspectos ambientales, sociales, culturales y económicos. La ciencia puede aportar el conocimiento que se tiene hoy en día sobre todas esas dimensiones de la ecología integral», reconoció.

Para Nobre la idea de que los obispos escuchen a la ciencia en este momento es «muy importante», tal como ocurrió para la elaboración de la llamada encíclica ‘verde’ de Francisco «Laudato Si» (2015).

Los estudios científicos citados por Nobre, quien coordinó una investigación con más de 40 estudiosos de todo el mundo, indican que si la deforestación de la Amazonía supera el 20% al 25%, corremos el riesgo de superar el punto de no retorno.

También si el calentamiento global eleva las temperaturas de tres y cuatro grados, tenemos una deforestación de entre el 15% y el 17% en toda la Amazonía.

«Si se va más allá de ese punto, el fenómeno es irreversible: la vegetación cambiará a una sabana seca y esta sabana estará en equilibrio con este nuevo clima de la Amazonía y, por lo tanto, la selva no volverá. La selva tardaría quizás miles de años en regresar», explica el texto aportado por Nobre.

«La ciencia debe buscar soluciones y no sólo hablar de los riesgos. Tenemos que encontrar los caminos para una economía que mantenga la selva en pie. Hay numerosas posibilidades para ello», reiteró el estudioso.

En un acto por al 130° aniversario de la central obrera española Unión General de Trabajadores (UGT), la ex mandataria brasileña aseguró que en cuanto llegó al poder, Bolsonaro «dio comienzo a su proceso de destrucción de la Amazonia».

La ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, acusó al actual mandatario Jair Bolsonaro de aprovechar los masivos incendios forestales en la zona de la Amazonia y facilitar la devastación para favorecer proyectos de explotación mineral.

«No es casual, son acciones deliberadas que pretenden entregar partes de la Amazonia» a las grandes empresas, señaló Rousseff desde Madrid.

«Bolsonaro quiere las maderas de la Amazonia, de gran calidad. Quiere criar ganado y hasta plantar, pero el principal objetivo es la exploración mineral: hay oro, potasio, tierras raras…», enfatizó la ex mandataria según informó al agencia de noticias EFE.

Rousseff ya se había manifestado en contra de las políticas del actual presidente en torno a la Amazonia.

“Está destruyendo no solo el Amazonas, sino la soberanía de Brasil. El país tiene un área de preservación que es 11 veces el tamaño de España. Todo esto está siendo amenazado”, dijo Rousseff en una entrevista que brindó a El País el pasado miércoles

 

Las imágenes de los devastadores incendios en la Amazoniadieron la vuelta al mundo el mes pasado, pero cuando la próxima semana los líderes mundiales analicen las respuestas al cambio climáticoen la ONUen Nueva York, la mayor selva tropical del planeta seguirá ardiendo.

Los últimos datos satelitales del Instituto de Investigaciones Espaciales (INPE) confirman que, con unos 131.600 incendios desde enero, Brasil -que alberga el 60% de la Amazonano había tenido tantos fuegos desde hace siete años.

Entre enero y el 19 de septiembre, pese a una ligera disminución desde principios de este mes, Brasil registró un aumento del 56% respecto al mismo período del año pasado del número de incendios forestales, casi la mitad de los cuales (47%) afectan a la Amazonia.

En su mayoría provocados, los incendiospretenden despejar el terreno para la cría de ganado y la agricultura en el marco de una intensa deforestación.

«Es triste ver a los brasileños atacándome por los incendios en la Amazonia, como si no hubieran existido siempre. Nos mantenemos por debajo del promedio de los últimos 15 años, pero se me acusa de ser un Nerón que cala fuego en todas partes», dijo el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Bajo presión del último G7,en Francia, cuyo anfitrión fue el presidente Emmanuel Macron, Bolsonaro envió al ejército a la Amazonia, una decisión que fue prolongada este viernes hasta el 24 de octubre.

Como parte de esta «Operación Verde», casi 7000 soldados aún luchan contra las llamas, con la ayuda de 16 aviones. Y también combaten la «deforestación y la minería ilegal», aseguró el Ministerio de Defensa.

«Es obvio que me van a reclamar»

Pero en sobrevuelos de la zona, Greenpeace Brasil no vio evidencia de ello, «más allá de la deforestación que está progresando», dijo Marcio Astrini, un representante de la organización.

Según el ministerio, Brasil recibió expertos enviados por Estados Unidos, material logístico de Japón, cuatro aviones de Chile y bomberos israelíes, estos últimos ya de vuelta en su país.

Pero en plena disputa con Macron por la Amazonia, Bolsonaro rechazó la oferta de ayuda de 20 millones de dólares del G7, al afirmar que Francia y Alemania estaban «comprando soberanía» de Brasil.

El lunes, en Nueva York, Macron lanzará durante una reunión al margen de la Asamblea General de la ONU «un llamado a la movilización» por la Amazonia junto a varios presidentes, entre ellos el chileno Sebastián Piñera y colombiano Iván Duque, y ningún representante de Brasil.

Sin embargo, el ministro de Medio Ambiente de Bolsonaro, Ricardo Salles, también escéptico del cambio climático, asistirá el lunes a la cumbre climática de la ONU, antes de su viaje a Europa en el que intentará restaurar la imagen de Brasil.

Bolsonaro abrirá el martes la Asamblea General de la ONU, con un discurso centrado en la Amazonia y que ya levantó mucha expectativa. «Preparo un discurso bastante objetivo, a diferencia del de mis predecesores», anunció en Facebook.

«Es obvio que me van a reclamar, los medios siempre encuentran algo de qué quejarse», dijo.

Sobre sus detractores, indicó que «lo que les interesa es empañar la imagen de Brasil» porque «si nuestra agricultura colapsa, será bueno para otros países agrícolas».

Situación de urgencia

«Brasil está llevando a cabo una campaña para demostrar que está cuidando el Amazonas, es una mentira«, explicó Astrini, de Greenpeace. El gobierno «quiere demostrar que está haciendo todo lo posible por la selva, de hecho está haciendo todo lo posible por la deforestación».

Sobre el terreno, nada sugiere que vaya a haber una disminución de los incendios.

El estado de Rondonia vio en 24 horas que el número de incendios forestales aumentó en un 1915%, hasta 242, mientras que el día anterior solo había 12. Además, la preocupación es también extrema en la enorme sabana del Cerrado, que representa más de un tercio de los incendios en Brasil.

Y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) denunció una «situación de emergencia en el bioma» del Pantanal -el mayor humedal del planeta, compartido por Brasil con Paraguay y Bolivia-, que vive su peor temporada de los últimos siete años, con un aumento del 351% de incendios -90% de ellos criminales- desde enero en relación al año pasado, informó La Nación.

Es una joven que hace poco aseguró que los incendios en la selva tropical eran “fake news”. El presidente brasileño hará una enérgica defensa de las políticas de su gobierno sobre la región.

El presidente Jair Bolsonaro incluirá una indígena que vive en la Amazonia como parte de la delegación que lo acompañará la próxima semana a la ONU, donde se espera que haga una enfática defensa de las políticas de Brasil sobre el bosque tropical que cubre la mitad del territorio del país y cuya destrucción por incendios y deforestación se aceleró este año.

El mandatario brasileño, que como es tradición será el primero en hablar ante la Asamblea General del organismo multilateral, dijo que contestará a quienes lo responsabilizan por la ola de incendios en la selva, pero sin mencionar a ningún presidente en particular, sugiriendo que no usará la tribuna de la ONU para reavivar la agria polémica que mantuvo con su par francés, Emmanuel Macron.

Bolsonaro indicó también que en Nueva York también participará de una cena con su colega y aliado Donald Trump, cuyo discurso, que seguirá al suyo, se quedará a escuchar dentro del recinto principal del edificio situado junto al río Este.

A la delegación que encabezará el presidente de Brasil, que integrarán entre otros la primera dama Michelle, su hijo y diputado Eduardo Bolsonaro –propuesto para ocupar el cargo de embajador de su país en Washington-, el canciller Ernesto Araújo, el ministro de Medio Ambiente Ricardo Salles y el asesor internacional Filipe Martins, entre otros, se sumará Ysani Kalapalo, una indígena que vive en una reserva en la Amazonia y que recientemente compartió un video en una red social en el que aseguró que los incendios eran «fake news”.

Ysani Kalapalo, la líder indígena que viaja con Bolsonaro a Nueva York.

El video de Kalapalo fue compartido por Bolsonaro, quien aseguró que ella “no se inclina a los intereses internacionales sobre la Amazonia”. La joven indígena se sentará en una de las sillas desde las que la delegación brasileña seguirá el discurso del jefe de Estado en la ONU.

“Existen muchas fake news sobre los incendios, dicen que fue culpa del gobierno de Bolsonaro que entró, que él está quemando todo, no existe eso”, afirma Kalapalo en el video, en el que explica además que forma parte de la cultura local quemar pequeñas áreas en el campo para plantar mandioca y otros productos.

“Tenemos que hablar de nuestro patriotismo, del tema de la soberanía, de lo que Brasil representa y siempre fue para el mundo (…) No vamos a personalizar, apuntar el dedo para ningún jefe de Estado. La idea es hacer un pronunciamiento hablando de quiénes somos, nuestras potencialidades, lo que cambió en Brasil”, dijo Bolsonaro sobre el discurso que pronunciará.

Previamente, al hablar en una red social, Bolsonaro afirmó que algunos países lo atacan en forma virulenta y los responsabilizan por los incendios, indicando que los siniestros “infelizmente” se producen todos los años en la estación seca que coincide con el invierno austral.

Además, recordó que el territorio amazónico es mayor al de Europa occidental, destacando las dificultades para controlar lo que allí sucede, y aseguró que si continuara con la política de demarcación de tierras y de creación de reservas para indígenas y descendientes de esclavos de sus antecesores sería aplaudido.

“Estaban comprando nuestra Amazonia”, dijo, en referencia a los fondos utilizados en programas de preservación financiados por Alemania y Noruega, cuyos desembolsos fueron congelados.

“El indio lo que quiere es tener una vida semejante a la de nosotros. Quiere dentistas, médicos energía eléctrica, internet. Quiere lo que nosotros queremos. Algunos quieren mantenerlos en forma primitiva como su fueran hombres prehistóricos para que en el futuro sean explotados. Quieren la riqueza que hay debajo de la tierra”, denunció.

Tras ser operado de una hernia la semana pasada, en la cuarta cirugía a la que se somete después del atentado que sufrió en la campaña electoral del año pasado, Bolsonaro mantuvo reposo, por lo que su agenda en Nueva York fue acortada por recomendación médica.

Debido a esa agenda más reducida, el brasileño no mantendrá las reuniones originalmente previstas con el primer ministro británico, Boris Johnson, ni con los líderes de Colombia, Perú, Polonia, Sudáfrica y Ucrania, informó El Clarín.

El obispo emérito de Neuquén, Marcelo Melani, se despidió de la Patagonia para emprender un nuevo camino. A sus 81 años, partirá hacia el Perú en el marco de la Expedición Misionera Salesiana Nº 150, de la que participará como misionero ad vitam en la Amazonia. Ser misionero ad vitam (entrega de por vida) no es para él una distinción: “Desde hace 48 años estoy como misionero en la Patagonia. Ahora siento que se ha renovado en mí ese llamado: ‘Deja tu tierra’, porque la Patagonia es mi tierra”, aclaró el prelado nacido en Florencia, Italia.

El obispo es enviado como presencia salesiana amazónica, en vísperas del Sínodo Extraordinario para la Amazonia convocado por el papa Francisco. Siguiendo su lema episcopal “No para ser servido, sino para servir”, asume este nuevo llamado “maravillado” al pensar que Dios tenga un proyecto nuevo para él en este momento de su vida, según reconoció en declaraciones a la agencia católica de noticias AICA.

Consultado sobre los puntos en común entre su recorrido como pastor y su nuevo destino, consideró: “Creo que voy a encontrar muchos puntos comunes: minería a cielo abierto, derrames de petróleo, luchas para la tenencia de la tierra, corrupción”, son algunos de los temas que aquejan a la población peruana en la región donde ejercerá su tarea misionera, “pero también me encontraré con hermanos y hermanas que aman al Señor y que trabajan por el Reino de Dios”, aseguró.

A Roma y luego a Perú

El religioso llegará al Perú en diciembre, ya que antes participará en Roma de un curso de misionología. En cuanto a su estadía, admitió que no sabe si permanecerá todos los años que le quedan, pero espera poder estar allí “mientras pueda ser útil”.

“La única expectativa que tengo es poder servir a los hombres y a Dios”, dijo. Por eso explicó: “No me preocupa saber qué actividad tendré. Ciertamente podré confesar, escuchar y aconsejar”, anticipó.

En cuanto a la convocatoria, reconoció: “Me maravilló sentir en mí de nuevo con fuerza ese llamado y me asombró pensar que Dios tenga un proyecto nuevo para un viejo de 81 años”, aunque para dar su respuesta “el camino fue largo: hubo mucha oración, búsqueda de discernimiento con la ayuda de mis hermanos, el ofrecimiento al Superior General de los Salesianos”, etapas que culminaron con un sí.

Miembro de la Sociedad Salesiana de Don Bosco, el obispo reconoció aspectos del carisma presentes en este camino que se abre: “El carisma de los salesianos es por sí mismo misionero. Don Bosco buscaba a los misioneros donde ellos estaban, no esperaba a que vinieran. Cuando la congregación tenía pocos miembros, envió a los mejores a América”, recordó.

Tal como lo hicieron sus predecesores al frente de la diócesis de Neuquén, se caracterizó por un fuerte compromiso social y en la lucha por el respeto a los Derechos Humanos. En ese sentido, integró la comisión de Pastoral Aborigen, y actualmente la de Migrantes e Itinerantes, así lo informó IMNeuquén.

El obispo emérito envió un mensaje a la comunidad: “La vida cristiana es una vida misionera, no tengamos miedo a recorrerla. Con Jesús todo es posible”, y dirigiéndose especialmente a quienes sienten el llamado misionero, animó: “No se olviden de rezar, participar de los sacramentos, busquen a alguien que los ayude a discernir la llamada del Señor y prepárense a no buscar muchas comodidades”.

Un homenaje a don Jaime

Durante un homenaje a don Jaime de Nevares, primer obispo de Neuquén, monseñor Melani afirmó: “Uno no puede ser misionero si no está totalmente enamorado de Cristo”. Hoy Cristo lo convoca una vez más, a sus 81 años, con un mensaje claro. “Creo que el Señor me continúa diciendo ‘No temas, yo estoy al lado tuyo’. Un poco lo decía San Pablo: ‘Yo corro hacia el Señor y Él corre junto a mí’”, sostuvo.

Un colaborador de la Fundación Nacional del Indio (Funai), Maxciel Pereira dos Santos, fue asesinado con dos tiros en la nuca en la ciudad de Tabatinga, en el estado brasileño de Amazonas, cerca de la frontera con Perú y Colombia.

«Fue asesinado a sangre fría en una concurrida avenida y delante de su familia», denuncia la asociación Indigenistas Asociados (INA), compuesta por trabajadores de la Funai, organización gubernamental encargada de promover y proteger los derechos de los pueblos indígenas.

Al parecer, en el momento del asesinato, Santos conducía una motocicleta y su mujer e hijastra presenciaron su muerte. «Hay indicios de que este crimen bárbaro ocurrió en represalia por sus acciones en la lucha contra las prácticas ilícitas dentro de Tierra Indígena», indica INA.

Santos llevaba 12 años trabajando en Tierra Indígena Vale do Javari, donde vive el mayor número de indios aislados del mundo y que, según la asociación, desde el año pasado ha sido atacada «en no menos de cuatro ocasiones». «Es un objetivo permanente de las organizaciones criminales dedicadas a la explotación ilegal de caza, pesca, madera y oro», apunta la asociación.

La víctima, que había sido durante cinco años jefe del Servicio de Gestión Ambiental y Territorial, coordinaba en la actualidad la unidad del Frente de Protección Etnoambiental de Vale do Javari, que se encarga de acciones de vigilancia e inspección.

Santos trabajaba principalmente en la base instalada en los ríos Itacoaí-Ituí, a unos 40 kilómetros de la ciudad de Atalaia, según el diario Folha de S. Paulo. El objetivo de la base es impedir la entrada de invasores a la reserva indígena, que cuenta con más de 8,5 millones de hectáreas y donde viven cerca de 5.000 indios de siete etnias diferentes y más de 10 grupos aislados.

El último ataque fue el pasado 19 de julio, cuando cazadores clandestinos dispararon contra la base en la que se encontraban 12 trabajadores del Funai. Ninguno resultó herido.

INA advierte que los defensores de las tierras indígenas actúan «en condiciones precariase insuficientes». «Cada vez están más amenazados y vulnerables», explica la asociación, que pide «protección» a las autoridades. La Policía está investigando si el asesinato está relacionado con los trabajos de Santos en la Funai, así lo reseña RT.

Brasil registra en lo que va de 2019 un 80% más de incendios forestales que en los mismos meses del año pasado, un récord en los últimos seis años.

Los incendios que desde hace semanas

azotan a la Amazonía no se limitan solo esta región en Brasil. Además, también han sido presas de las llamas grandes extensiones en Bolivia y Paraguay.

Sin embargo, el impacto de estos incendios localizados en América del Sur no se limita a esta parte del mundo, sino que afectan a todo el planeta.

¿Qué se está haciendo para combatir los incendios en la Amazonia?

Te contamos aquí por qué importa que se queme esta selva tropical -la mayor del mundo con 6,7 millones de kilómetros cuadrados- y qué está en riesgo a causa de las llamas.

1. Más de 40.000 especies de plantas

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, la Amazonía alberga más de 40.000 especies de plantas.

La Amazonía «alberga el 40% de la selva tropical restante en el mundo, el 25% de su biodiversidad terrestre y más especies de peces que cualquier otro sistema fluvial», señala un artículo del Banco Mundial de mayo.

Muchas de las plantas que viven en los bosques tropicales como la Amazonía se utilizan para fabricar medicamentos, incluidos fármacos contra el cáncer así como productos de belleza.

2. Más de 6.000 especies de animales

Hasta la fecha se han descubierto 427 especies de mamíferos, 1.300 de aves, 378 de reptiles, más de 400 de anfibios y alrededor de 3.000 especies de peces de agua dulce, entre ellos la recientemente descubierta famosa «piraña vegetariana».

Expertos creen además que hay muchas especies que habitan en las profundidades de la Amazonía y que son aún desconocidaspara la ciencia. Si se extinguen a causa de los incendios, ya nunca llegarán a conocerse.

3. Cerca de 400 grupos indígenas

De acuerdo a Survival International, una organización no gubernamental que aboga por los derechos indígenas, en la Amazonía vive cerca de un millón de indígenas divididos en cerca de 400 pueblos.

Cada uno de ellos tiene su propia cultura y territorio, y habla su propia lengua. Algunos de estos pueblos han tenido contacto con el mundo exterior desde hace 500 años, mientras que otros se han mantenido en el aislamiento.

Estas comunidades dependen de los bosques amazónicos para obtener sus «alimentos, medicinas, ropas, y su sentido de identidad y pertenencia», dice Jonathan Mozower, de Survival International.

4. Principal regulador del clima del planeta

Tal como explicó en abril el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovaciones y Comunicaciones (MCTIC) de Brasil, la selva amazónica «controla el ciclo hidrológico, la lluvia sobre la propia Amazonía y el sur de Brasil, y almacena una gran cantidad de carbono».

Pero los beneficios no se limitan únicamente a Brasil.

Hay quienes incluso consideran a la Amazonía como el mayor regulador del clima de toda Sudamérica.

¿Cómo la selva amazónica se volvió más inflamable pese a ser uno de lo lugares más húmedos del mundo?

«La humedad de la Amazonía (…) contribuye a la lluvia invernal en partes de la cuenca del Plata, especialmente en el sur de Paraguay, sur de Brasil, Uruguay y el centro este de Argentina», escribieron los investigadores Thomas E. Lovejoy y Carlos Nobre en la revista científica Science Advancesel año pasado.

5. Cuenca fluvial más grande del mundo

Esta cuenca fluvial, la más grande del mundo, tiene una superficie de 7 millones de km2 e incluye partes de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y un área pequeña de Venezuela.

Según le explicó a Infobae Manuel Jaramillo, director ejecutivo de Vida Silvestre Argentina, «el Amazonas nos aporta entre el 17% y el 21% del agua dulceal planeta».

«Como para tomar dimensión, hay que tratar de imaginar que 225.000 m3 de agua dulce por segundo que ingresan al océano Atlántico desde esa cuenca», detalla el experto, informó la BBC.

Las divergencias dentro de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) parecieran haber retrasado las acciones de los gobiernos de la región para atender el problema.

Los incendios forestales que han golpeado a la Amazonia  brasileña y boliviana han  generado reacciones igual de encendidas entre algunos mandatarios a la hora de establecer acuerdos y medidas para afrontar el tema ambiental.

Luego de días de una emergencia causada por los miles de focos de fuego en zonas mayoritariamente deforestadas, ha surgido la necesidad de agrupar a los países que forman parte de la Amazonia para debatir y evaluar el «desastre ambiental» que padece la región.

La celebración de una reunión urgente entre los integrantes de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), compuesta por ocho países, para atender la catástrofe ha causado una serie de tensiones que son un reflejo de las relaciones entre sus gobiernos.

En medio de esta situación, La Paz ha exhortado varias veces en los últimos días al encuentro de la OTCA, algunos presidentes han soslayado el tema, Venezuela ha sentado su posición sobre el aplazamiento de un eventual debate y Colombia y Perú propusieron un encuentro alternativo entre mandatarios.

Finalmente, este miércoles, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, confirmó que el próximo 6 de septiembre los jefes de Estado de los países de territorio amazónico, con excepción de Venezuela, se reunirán en Leticia (Colombia), para discutir sobre una política única de preservación y desarrollo de la región. Ante esta decisión, surgen preguntas: ¿por qué la reunión se celebrará tan tarde? ¿Por que se ha excluido a Venezuela si es un país amazónico?

¿Qué es la OTCA?

La OTCA es un organismo intergubernamental, creado en 1995, conformado por ocho países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, «que incentiva el desarrollo sostenible y la inclusión social de la región», según la información que  aparece en su portal. 

En 2002 se estableció la Secretaría Permanente, actualmente es ocupada por la abogada boliviana María Alexandra Moreira López, que se encarga de coordinar procedimientos como parte del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA). 

Esta organización amazónica surgió como consecuencia del TCA, firmado en  1978, para «promover el desarrollo en la Amazonia», lograr «equilibrio entre el crecimiento económico y la preservación del medio ambiente» y facilitar la cooperación entre los países que comparten la cuenca amazónica, recoge su documento fundacional. Su superficie de acción abarca unos 7.590.083 km2.

En su primer parágrafo se explica que el consejo puede celebrar reuniones extraordinarias por iniciativa de cualquiera de los integrantes, con el apoyo de la mayoría.

Llamado de Bolivia

El canciller boliviano, Diego Pary, informó el pasado lunes que se activaría una reunión de cancilleres y ministros de Ambiente para que los países afectados por los incendios pudieran reunirse, ante la falta de consenso para un encuentro entre los miembros de la OTCA.

Pary lamentó que «por las diferencias políticas que hay en este momento en la región» no se hubiera «viabilizado» la reunión «a pesar de la insistencia de algunos Estados miembros».

La Paz se ha comunicado con Brasil, Paraguay y Perú «para concertar una cita con el objetivo de evaluar el desastre ambiental que vive la región». Hasta el lunes, solo faltaba Brasilia por confirmar.

Si bien esta ola de incendios, que ha causado incalculables daños y que ha sido catalogado como un «desastre ambiental», se desarrolla desde hace unas semanas, la tensión política en la región amazónica es de data mayor.

En 2017, con la creación del Grupo de Lima —compuesto por cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que Venezuela no pertenece desde este año, por considerarla un organismo injerencista— desde su inicio ha desconocido los poderes e instituciones venezolanas, los procesos electorales y las autoridades gubernamentales. Además de su validación del diputado opositor Juan Guaidócomo «presidente encargado» y su respaldo  a las sanciones para deponer a Maduro.

Las peticiones de Evo Morales

El presidente boliviano, Evo Morales, también ha advertido varias veces sobre la necesidad de un encuentro entre los países que comparten la Amazonia. 

En sus alocuciones ha ratificado las convocatorias a realizar un «encuentro a la brevedad» entre los países de la OTCA para «coordinar acciones inmediatas y planes de largo plazo».

De igual manera, ha dicho que «es complejo» convocar a un debate en estos momentos, «justamente por la confrontación que existe desde la perspectiva político ideológica».

«Problemas ideológicos»

Ya el viernes pasado, Morales había solicitado la reunión de cancilleres de «urgencia y emergencia» para «debatir profundamente», «enfrentar la coyuntura» y «prepararnos para el futuro para cuidar nuestra Amazonia y biodiversidad».

«He pedido al canciller hace dos días que contactasen, y la información que recibí de algunos gobiernos es que por culpa de Venezuela no podemos convocar», aseveró el mandatario en un discurso durante  el 119 aniversario de la escuela de sargentos. 

Además, el presidente mostró su deseo de que los miembros de este tratado convoquen una reunión pronto para debatir el tema de los incendios. «No podemos ser mezquinos por problemas ideológicos», añadió.

Morales ha catalogado el tema de los incendios como internacional y ha expresado que los 20 millones de dólares que pretende destinar el G-7 son insuficientes debido a que existe corresponsabilidad entre los países para combatir el calentamiento global, según el ‘Acuerdo de París’ firmado como parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. «Lo más urgente no es solo para Bolivia, saben cómo está Brasil, cómo esta Paraguay. Tienen la obligación de trabajar conjuntamente».

Reacción de Venezuela

El sábado pasado, la Cancillería venezolana emitió un comunicado donde denunciaba la «insólita» posición de algunos países amazónicos, pertenecientes al Grupo de Lima, que se opusieron «por razones ideológicas» a participar en una reunión de emergencia de OTCA para «evaluar y coordinar decisiones y medidas concretas en conjunto ante los graves incendios que afectan la Amazonia».

En el texto, Caracas exhorta a los cancilleres a deponer «su conducta indolente, inconsciente y antiecológica» y que cumplan con los compromisos adquiridos por sus Estados con la organización amazónica.

¿Qué ha dicho Bolsonaro?

La mayor atención mediática se la ha llevado la polémica entre el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, y su homólogo francés, Emmanuel Macron. Sin embargo, el planteamiento de una reunión con sus pares de la región ha surgido cuando los incendios ya han recorrido miles de kilómetros en la Amazonia brasileña.

Este miércoles arribó a Brasil el presidente chileno, Sebastián Piñera, quien días atrás les había ofrecido ayuda a los mandatarios brasileño y boliviano para combatir los incendios.

Bolsonaro afirmó que los países sudamericanos se reunirán para determinar una política común en defensa de la Amazonía, un día después de que los presidente de Colombia y Perú fijaran la fecha para un encuentro urgente de jefes de Estado.

En la jornada pasada, el derechista recibió el espaldarazo del presidente estadounidense, DonalnTrump, a través de un tuit donde lo felicitaba y le decía que estaba «trabajando muy duro» frente a la emergencia, a pesar de que los medios cuestionaron su tardanza de casi 20 días para el envío de las Fuerzas Armadas a los sitios afectados para participar en la sofocación de las llamas.

Anteriormente solo se había referido a la conversación sostenida con el presidente colombiano, Iván Duque, sobre «un plan conjunto, entre la mayoría de los países que integran la Amazonía», sin haber hecho mención a la OTCA.

Un poco hacia atrás

El hilo de declaraciones de Bolsonaro comenzó en su campaña electoral, cuando prometió explotar el potencial económico de la rica zona biodiversa. Así siguió al asumir la Presidencia y firmar un decreto que le otorgó al Ministerio de Agricultura la potestad de demarcar tierras indígenas, lo que fue denunciado por estas comunidades como el inicio de la deforestación y de asesinatos de líderes sociales en sus territorios.

Los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (Inpe) arrojaron que la deforestación  con 2.254 kilómetros cuadrados de la Amazonia brasileña solo el pasado mes de julio, un 278 % más que los 596,6 kilómetros cuadrados del mismo mes de 2018. Un mes antes, el organismo había afirmado en un informe cuestionado por Bolsonaro que 920 kilómetros de bosque habían sido destruidos por la misma causa.

Bolsonaro afirmó a principios de agosto que no necesitaba el dinero de Alemania y Noruega, que se negaron a aportar recursos para la Amazonia, ante la información que manejaban sobre el incumplimiento de sus compromisos en la conservación de la zona.

Además, el mandatario culpó a las organizaciones no gubernamentales de causar los incendios en la Amazonia, para «provocar al Ejecutivo» por retirarles sus fondos y aseveró que trabajaba para controlar el fuego, situación que ocurrió 20 días después de que se reportaran los mayores incidentes.

Perú y Colombia

En medio de esta situación, el presidente de Colombia, Iván Duque, celebró la ‘V Reunión Binacional’ con su par peruano, Martín Vizcarra, en la que firmaron una declaración conjunta donde acordaron convocar una reunión de ‘Jefes de Estado y de Gobierno de la región Amazónica’, que se llevará a cabo en Leticia (Colombia), el próximo 6 de septiembre.

En el encuentro del pasado martes, realizado en la ciudad peruana de Pucallpa, en la región amazónica de ese país, ambos hablaron sobre «la urgente necesidad de coordinar acciones para prevenir daños en la Amazonia». 

Duque aseveró que «si bien existen instrumentos de cooperación como la OTCA», se debe «levantar la voz a nivel presidencial».

Esta aclaración la hizo luego del cuestionamiento de la prensa, tras una alocución el pasado domingo, donde planteó la obligación de establecer un «pacto de conservación», a pesar de la existencia de la OTAC y de un ‘Tratado de Cooperación Amazónica Colombo-Peruano’, suscrito en 1979.

Días antes de este encuentro, la bancada del partido peruano de izquierda Nuevo Perú, pidió a la Cancillería que ese país convocara a una reunión de la OCTA para «tomar medidas urgentes  frente a los catastróficos incendios en la Amazonia», informó RT.

El papa Francisco se ha declarado este domingo “preocupado” por los incendios que están devastando la Amazonia y ha pedido que “con el compromiso de todos” se puedan extinguir “lo antes posible”. Tras la tradicional oración del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Pontífice argentino resaltó la importancia de la Amazonia, ahora en parte pasto de las llamas. “Ese pulmón forestal es vital para nuestro planeta”, dijo.

Bergoglio, desde que fue elegido Papa en 2013, ha convertido la ecología en uno de los pilares de su pontificado. En esa línea, la situación de la selva amazónica y de los pueblos indígenas que la habitan son elementos recurrentes de su magisterio. El próximo octubre se celebrará en Roma, por voluntad suya, un sínodo extraordinario con todos los obispos del mundo para tratar los problemas de la Amazonia y en el que también se propondrá la ordenación sacerdotal de hombres casados para poder garantizar los sacramentos en las zonas más aisladas. Cuando convocó el evento hace dos años, Francisco señaló que el objetivo de la cumbre sería encontrar nuevos caminos para la evangelización de los indígenas, “a menudo olvidados y sin perspectivas de un futuro sereno, también debido a la crisis de la selva Amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro planeta”.

El compromiso para detener la deforestación y otras agresiones depredadoras del territorio y la devastación de las comunidades indígenas son los dos puntos sobre los que se apoya el movimiento eclesial en la Amazonia y los puntos de partida del sínodo. Esta elección no ha gustado a todos los poderes económicos y Gobiernos de la región. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que con sus acciones ha confirmado su desinterés por proteger la Amazonia, ha sido el primero en clamar públicamente contra la convocatoria del papa Francisco. “Nos quieren robar la Amazonia”, ha dicho en varias ocasiones. “Están tratando de crear nuevos países dentro del territorio brasileño”, apuntó el pasado junio en una entrevista. Como es habitual, el Vaticano no ha respondido al mandatario brasileño, ni ha hecho ninguna alusión directa a su discurso.

En el Instrumentum laboris del sínodo, el documento de trabajo del que partirán los debates de los obispos en octubre, aprobado por el papa Francisco y que fue presentado a finales de junio se lee:  “Hoy día la Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse netamente de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su rol profético”. También se señala en el texto que “el clamor provocado por la deforestación y la destrucción extractivista exige una conversión ecológica integral”.

Y continúa la denuncia contra la barbarie ambiental: “El cambio climático y el aumento de la intervención humana (deforestación, incendios y cambios en el uso de suelo) están conduciendo a la Amazonia hacia un punto de no retorno, con altas tasas de deforestación, desplazamiento forzado de la población, y contaminación, poniendo en riesgo sus ecosistemas y ejerciendo presión sobre las culturas locales”.

Las intervenciones y gestos de Francisco en defensa de la selva amazónica son numerosos. El pasado mayo, el Papa se reunió en el Vaticano con el líder indígena brasileño Raoni Metukire, que se encontraba de gira por Europa para alertar a los Gobiernos y a la opinión pública sobre la creciente deforestación en la Amazonia.

En su encíclica verde, Laudato si, escrita en 2015 y en la que el Papa habla de ecología con un tono social, Francisco denuncia que existen “propuestas de internacionalización de la Amazonia, que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales”.

Durante su viaje a Perú en enero del año pasado, el Pontífice decidió participar en un encuentro con los pueblos de la Amazonia en Puerto Maldonado, una localidad inmersa en la selva y en la que conviven indígenas peruanos, brasileños y bolivianos. Allí denunció que “la Amazonia es tierra disputada desde varios frentes: por una parte, el neo-extractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que apuntan su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales.” Y añadió: “Sabemos de movimientos que, en nombre de la conservación de la selva, acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas generando situaciones de opresión a los pueblos originarios para quienes, de este modo, el territorio y los recursos naturales que hay en ellos se vuelven inaccesibles”.

Francisco suele aprovechar sus dos citas semanales fijas, el rezo del Ángelus de los domingos y la audiencia general de los miércoles, para poner el foco en cuestiones de actualidad que él considera relevantes, como el sufrimiento de los migrantes, tanto en el Mediterráneo como en la frontera entre México y Estados Unidos, la guerra de la que él llama “la amada y martirizada” Siria o el conflicto libio.