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Axel Kicillof

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El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se reunió este jueves con intendentes e integrantes del Comité de Expertos para analizar la situación epidemiológica de la provincia de Buenos Aires y evaluar las posibles modificaciones de cara a la próxima etapa de la cuarentena, que regirá desde el lunes 12 de octubre.

Durante las reuniones, el gobernador escuchó las recomendaciones de los especialistas y repasó las cifras que dan cuenta de una reducción en los casos positivos como en la utilización de camas en el sistema hospitalario, e hizo hincapié en la situación más compleja que afronta el interior de la Provincia.

«Vamos a seguir trabajando en base a protocolos estrictos y estudiando las distintas actividades que se pueden habilitar en las fases en que se encuentre cada municipio», expresó Kicillof.

Además, en el diálogo con los jefes municipales, el gobernador acordó que «las actualizaciones y habilitaciones en el marco del aislamiento deben estar fundamentadas en las mejoras epidemiológicas» y subrayó «la necesidad de reforzar el cumplimiento de los protocolos». «Seguiremos cada lunes definiendo las fases y, con ellas, las diferentes actividades que pueden realizarse en cada distrito», agregó.

Por su parte, el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, afirmó que hubo un descenso significativo en la utilización de camas por covid-19 en el AMBA y evidenció una mejora con la gestión de camas de terapia en toda la Provincia. «Estamos en una meseta alta y con un aumento en el interior. Los indicadores prácticos que estamos mirando son los llamados al 148 en los centros de telemedicina (CETEC), la cantidad de casos, la utilización de camas y los testeos», subrayó el ministro.

En tanto, el ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, se refirió a la actividad turística y explicó que «se trabaja coordinadamente con el Gobierno nacional y con los distintos municipios que reciben turismo de temporada». «Vamos a tomar en cuenta las especificidades de cada caso, con medidas y políticas que permitan tener la mejor temporada posible», destacó.

Participaron también de las reuniones la vicegobernadora Verónica Magario; el jefe de Gabinete, Carlos Bianco; los ministros de Gobierno, Teresa García; y de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Augusto Costa; y el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak.

Por parte del Comité de Expertos se hicieron presentes María Ana Huergo, Juan Manuel Carballeda, Rosa Bologna, Víctor Romanowski, Susana Ortale, Guillermo Durán, Rodrigo Quiroga, Jorge Aliaga, Daniel Feierstein, Jorge Rachid, Leonel Tesler, Guillermo Docena, Alberto Kornblihtt, Ezequiel Álvarez y Sebastián Uchitel.

Las protestas masivas, con eje en el centro Puente 12 de La Matanza, fueron levantadas por los policías tras valorar el incremento salarial anunciado por el gobernador Axel Kicillof y contar con la confirmación de que no serán sancionados por las movilizaciones que concretaron desde el lunes último.

Tras el acto que encabezó el mandatario bonaerense en La Plata, se realizaron asambleas en cada punto de las movilizaciones a fin de analizar los números de la mejora anunciada por Kicillof.

Finalmente, pasadas las 14 todos los policías levantaron las protestas y se dirigieron a las sedes policiales donde se desempeñan.

El comisario Carlos Maure, del Comando de Patrullas de La Plata, confirmó que «se firmó un acta compromiso, que era lo que más pedían los compañeros», que asegurara que «ningún policía» que hubiera participado de la protesta, «tanto uniformado como franco de servicio, iba a recibir represalias, sanción económica o traslado, ni acoso laboral, ni ahora ni a futuro».

Luis Tonil, presidente de la Defensoría Policial y virtual vocero de los uniformados que protestaron en Adrogué, expresó en declaraciones a la prensa que «hay un compromiso del ministro (Sergio) Berni de que no va a haber sanciones para los que levanten la protesta».

«Ya se levantó todo», confirmó a esta agencia una fuente policial del Centro de Coordinación Estratégica de la policía provincial en Puente 12 en La Matanza.

Lo mismo ocurrió en otros puntos de la provincia como Adrogué, Lanús, La Plata y Bahía Blanca.

A través de sus redes sociales, los policías también celebraron el anuncio del gobernador y, especialmente, el compromiso de que no habrá sanciones para el personal policial que participó de las protestas.

«Se logro dar un gran paso, que se conocieran las malas condiciones en las que estábamos trabajando, el auditor general dio su palabra que nadie va ser sancionado (sumariado)», publicaron en el facebook Policía Reclamando, donde estos días fueron visibilizando sus demandas.

Remarcaron también su expectativa de que «ahora» Kicillof «cumpla y haga una mesa de diálogo» y plantearon: «Podemos estar de acuerdo o no con el anuncio pero se logró algo muy bueno, es el primer paso».

«Es la primera vez que alguien nos escucha», dijo emocionado el policía Mariano Alderete, en declaraciones a Crónica TV, en alusión a los anuncios efectuados por Kicillof, que incluyeron no solo un aumento salarial sino también mejoras en el servicio de salud y en la capacitación que reciben los efectivos.

«Lloré como un chico cuando oí por radio el anuncio del gobernador Kicillof», reconoció el policía ante las cámaras.

En Bahía Blanca, los efectivos retiraron unos 20 patrulleros que desde hacía tres días se encontraban -a modo de protesta- estacionados frente a la municipalidad, por lo que se encontraba cortado el tránsito en la zona.

Tras los anuncios se hizo presente en el lugar el jefe de la Estación Central de Policía de Bahía Blanca, comisario Gonzalo Bezos, quien solicitó a los efectivos que trasladaran los móviles y liberaran la calle.

En la ciudad de La Plata, el Comando de Patrullas local retomó sus actividades con normalidad, luego que el 50 por ciento de los efectivos de ese cuartel se plegaran a la protesta.

La tensión dentro de la policía quedó visibilizada con cientos de móviles fuera de sus zonas de patrullaje. La protesta de los policías bonaerenses, que es la mayor fuerza de seguridad en la Argentina, aumentó hoy, pese a que el gobierno de Axel Kicillof prometiese un aumento salarial del 30 por ciento.

En casi todos los municipios del conurbano se observan piquetes de los policías que exponen los reclamos de los agentes. Uno de los ejes principales de las manifestaciones del personal en actividad, con sus uniformes y armas reglamentarias, pasa por la zona conocida como Puente 12, en La Matanza, donde el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, instaló hace un tiempo su puesto de comando diario. Allí, ese funcionario y los máximos jefes policiales buscan conseguir un diálogo con representantes de los agentes. Aún no tuvieron éxito en ese intento.

Berni rechazó la renuncia presentada por el jefe de la policía bonaerense, comisario Daniel García, luego que este fuese rechazado como interlocutor válido por los manifestantes.

Voceros de los policías y gubernamentales manifestaron que la seguridad ciudadana no quedó perjudicada por esta medida de protesta, pero en todos los lugares de concentración de uniformados se pueden visualizar patrulleros que no cumplen con sus tareas. Esta situación se produce en momentos en que el delito golpea fuerte en el conurbano, con la inseguridad transformada en la mayor preocupación de los vecinos en esta época de cuarentena.

Esa inquietud colectiva por los sucesivos casos de violencia urbana llevó al gobierno nacional a lanzar, la semana pasada, un plan contra el delito en Buenos Aires, que implica, entre otros puntos, una inversión de $ 38.000 millones destinada a la construcción de cárceles y adquisición de equipos para la policía. No hubo en ese anuncio un mensaje sobre los sueldos policiales y eso habría generado el malestar que se hizo público en las últimas horas. Los uniformados reclaman un incremento salarial del 56 por ciento.

Sin embargo, más allá de la disputa por las cifras del posible aumento, la medida dejó lesionada a la conducción de la fuerza provincial. El propio jefe de la policía bonaerense, comisario general Daniel García, intentó abrir un canal de diálogo directo con los manifestantes y tuvo que irse entre silbidos de desaprobación.

«El primer punto, ningún tipo de represalias, tienen mi palabra que será así. Lo dije anoche y se los reitero. Los puntos dos y tres, los aumentos, están en tratativas y el ministro me dijo que el viernes les da la confirmación», fue la información dada por García ante un grupo que protestaba en La Plata. No pudo completar la frase ante los gritos de sus subalternos. «Pero los porcentajes no los pueden poner ustedes, muchachos», agregó, ya convencido de que su negociación había fracasado.

«No tenemos móviles»; «Hace veinte años que no le dan pelota a la seguridad», «¿Por qué hay playa para repartir IFE y para nosotros no?», fueron las quejas que escuchó, entre gritos, el jefe de la policía de Buenos Aires. Durante la madrugada, un integrante de la cúpula policial había intentado un diálogo con quienes se concentraron frente a la gobernación y fue golpeado por quienes protestaban allí.

Una situación similar se había observado en 2013 frente al Edificio Guardacosta, el día que empezó una huelga de uniformados federales que se extendió enseguida a fuerzas provinciales. Es el antecedente más cercano de lo que ocurre con la policía bonaerense. «Usted no está en la calle con el personal», fue otra recriminación escuchada por el comisario general García.

El jefe de la policía bonaerense puso su renuncia a disposición de Berni, pero el ministro, por el momento, descartó la salida del jefe policial.

La pandemia de coronavirus no es la única preocupación del Gobierno nacional por estos días, dado que en los últimos meses los números del delito aumentaron de forma considerable, con el agravante de un mayor nivel de violencia. El epicentro de la inseguridad es el conurbano bonaerense donde el estado de alarma es absoluto. Ante tal panorama, el Ejecutivo diseñó un Plan Integral de Seguridad, que será presentado la semana próxima.

El presidente Alberto Fernández lanzará la medida junto al gobernador Axel Kicillof.

La iniciativa incluye el desembarco de 4000 gendarmes y prefectos -se desplegará la segunda etapa del plan Centinela-, la incorporación de 10.000 aspirantes a policías y la construcción de 3000 paradas de colectivos seguras (con cámaras de seguridad, botón antipánico y wifi).

También está prevista la refacción de 120 comisarías, la construcción de seis módulos carcelarios y la compra de 2000 patrulleros.

Supone una inversión total de unos 10.000 millones de pesos de fondos nacionales a distribuirse entre el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y los 24 distritos del conurbano, donde viven 11 millones de personas.

Parte de los recursos irán al Gobierno provincial y parte a los municipios de manera directa, ya que -según explicaron fuentes oficiales- “algunos distritos necesitan patrulleros, otros efectivos, otros hacer obras y es por eso que siguen las discusiones para ver cómo se hace más eficaz la distribución”. Además, fue parte del reclamo que los intendentes le elevaron al Presidente.

“Vamos a dar batalla contra la inseguridad, no queremos hacernos los distraídos y si hay una demanda ciudadana que reclama más policías y más seguridad en las calles vamos a atenderla”, manifestó Alberto Fernández, durante la firma de una serie de convenios para la realización de obras de infraestructura ferroviaria, que se realizó la semana pasada.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, aseguró hoy que «no va a encubrir a nadie y va a colaborar con la investigación» sobre la desaparición de Facundo Astudillo Castro, mientras se aguardan las primeras precisiones forenses sobre los restos óseos encontrados en un curso de agua entre las localidades bonaerenses de General Cerri y Villarino.

«Hay que procurar que nadie entorpezca la búsqueda de la verdad; no vamos a encubrir a nadie y vamos a colaborar con la investigación», aseguró Kicillof en diálogo con CNN Radio.

«La última novedad que tengo es que el Ministerio de Seguridad de la Nación está enviando un grupo de antropología forense para estudiar el cuerpo que se encontró», dijo Axel Kicillof.

Añadió que «estamos colaborando con la investigación que está en manos de la Justicia Federal» y sostuvo que «tuve comunicaciones con la madre (del joven) pero siempre poniéndome a disposición para que se encuentre la verdad».

Sobre el avance de la investigación, aseguró que no tiene acceso al expediente y que, por lo tanto, está «esperando que la Justicia Federal lo resuelva» para «saber qué pasó y actuar en consecuencia».

Consultado sobre la aparición de las fotos del DNI de Facundo Astudillo Castro en el celular de uno de los policías investigados, dijo que «por lo que sé estaban, pero no voy a polemizar porque tengo acceso al expediente y no quiero opinar de algo que no conozco».

«Me parece que lo lógico y más humano es que no esté yo interviniendo en la causa. Lo tiene que resolver la Justicia Federal», insistió sobre la investigación.

Los restos óseos fueron encontrados ayer entre Cerri y Villarino, en el sur de la provincia de Buenos Aires, y se analizan si pertenecen a Facundo Astudillo Castro.

Con una cuarentena escalonada del lado de la Ciudad e intermitente, del lado de la Provincia, el AMBA comienza mañana una nueva etapa del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) por coronavirus que responde más al hartazgo del encierro por parte de los bonaerenses y porteños que a los últimos datos de contagios: este viernes se volvió a registrar un nuevo récord de positivos.

Nación, Ciudad y Provincia llegaron a un acuerdo y actuarán en bloque. Siempre con la posibilidad de dar marcha atrás con los permisos y habilitaciones que se generarán en esta nueva etapa: una Fase 3 renovada y supeditada a la evolución de la pandemia: nadie pierde de vista que se llegó a un pico de casos. Del total de casos reportados este viernes (4518), más de 4000 corresponden a la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En total, se conocieron 3002 nuevos contagios en la provincia de Buenos Aires y 1081 en la Ciudad.

Tras el anuncio de Alberto Fernández junto a Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, el Gobierno porteño presentó la primera etapa de un plan de reinicio de actividades, en el marco de una cuarentena más flexible y en la que está previsto que por primera vez en más de cuatro meses vuelvan a funcionar las peluquerías.

Desde el próximo lunes, los vecinos de la Ciudad podrán salir nuevamente a correr, en tanto los menores de edad estarán habilitados para salir a caminar más días con un mayor y las peluquerías, que permanecen cerradas desde el 20 de marzo pasado, podrán volver a funcionar a partir del 29 de julio, dijo Rodríguez Larreta.

«No volvemos a la normalidad para nada, estamos en el peor momento de la pandemia con 250 mil nuevos casos, nunca se había dado esa cifra, tenemos que ser muy cautos y precavidos», remarcó el jefe de Gabinete bonaerense Carlos Bianco.

El equipo del gobernador Axel Kicillof siempre fue más reticente a las aperturas. Incluso no habrá salidas recreativas para los más chicos, aunque sí pueden acompañar a sus padres a los comercios de cercanía.

Bianco precisó que a partir del lunes, los 35 distritos bonaerenses que componen el AMBA pasan a la fase 3 y que todas las actividades que reabran deberán ejercerse bajo estrictos protocolos de prevención.

El presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, grabarán este viernes a las 11 un mensaje para anunciar cómo será la etapa del aislamiento social que se iniciará el sábado próximo, informaron hoy fuentes oficiales.

En principio, la modalidad del anuncio tendrá las mismas características del último mensaje, grabado el 26 de junio pasado, en el que se definió desde el 1 de julio y hasta el 18 de julio una cuarentena estricta en el AMBA, Resistencia, General Roca y la ciudad de Neuquén, y un distanciamiento social obligatorio en el resto del país.

De esta forma, Fernández hablará primero a los argentinos y luego lo harán Rodríguez Larreta y Kicillof, quienes desde la irrupción del coronavirus en el país trabajan en forma conjunta en los mecanismos para contener el avance de la Covid-19.

Este jueves Fernández escuchó las recomendaciones del cuerpo de asesores médicos y científicos sobre la situación epidemiológica y sanitaria, como hizo ante cada cambio de fase desde el inicio del aislamiento, el 20 de marzo pasado.

Del análisis en Olivos participaron también el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti; y los secretarios de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y general de la Presidencia, Julio Vitobello.

Luego, el presiente hizo otro análisis de la situación con el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, y con el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, publicó Ámbito.com.

Alberto Fernández recibirá mañana al gobernador bonaerense, Axel Kicillof y al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para empezar a delinear la nueva fase de cuarentena obligatoria más flexible a partir del sábado próximo y diagramar nuevas definiciones sanitarias para encarar la pandemia de COVID-19.

El encuentro del Presidente con los máximos referentes del AMBA está prevista para las 19 en la residencia de Olivos y se llegará allí luego de dos reuniones clave que hubo hoy: por un lado, un encuentro de ministros de la CABA y de la administración porteña y, por otro lado, la reunión de Kicillof con los intendentes del Conurbano.

Tanto en la Casa Rosada como en La Plata y en la Ciudad de Buenos Aires hay un amplio consenso para abrir la cuarentena de Fase I que rige desde el 1 de julio y que el viernes 17 culmina. La idea es que mañana se empiecen a delinear los mecanismos de la nueva cuarentena que aún no hay fechas de extensión aunque sí existe la idea de flexibilizarla.

“Los indicadores recientes, el ánimo de la gente y la reducción del transporte que se cumplió en estos 15 días indican que podemos marchar hacia una cuarentena más flexible sin perjuicio de volver atrás si se disparan los contagios”, reveló un allegado al gobernador Kicillof.

Es probable, como viene ocurriendo en los últimos anuncios, que antes de tomar la definición cerrada el presidente Alberto Fernández se reúna con el equipo de infectólogos y luego vuelva a encontrarse con Kicillof y Rodríguez Larreta.

No obstante, en las charlas que hoy mantuvieron los funcionarios porteños y bonaerenses se mencionó la idea de ir hacia una “cuarentena progresiva o flexible”. En la práctica, esto implicaría flexibilizar la actividad en industrias, comercios, otorgar salidas recreativas con horarios por acordar y otras actividades que no están definidas aún.

Hay intenciones de mantener un esquema rígido en el transporte público de pasajeros ya que esta es una de las claves centrales para evitar la circulación del virus. Según el último informe que emitió hoy el ministro de Transporte, Mario Meoni, ayer circularon 878.233 pasajeros en el AMBA, lo que representa un 6% menos respecto del lunes pasado. Y el promedio de pasajeros que viajaron en la semana pasada en el área metropolitana fue de unos 820.000.

Por otra parte, tanto en el Ministerio de Salud porteño como el bonaerense admiten que los niveles de contagio que se dieron en los últimos días fueron más lentos. Esto no significa que haya bajado el nivel de COVID-19 pero es un indicio de que la cuarentena estricta habría dado resultados. El nivel de ocupación de camas de terapia intensiva se mantiene en el 61,3% en el AMBA. “Está bastante controlada la situación”, dijo un funcionario del Ministerio de Salud bonaerense.

De todas maneras, la decisión final que tomará el Presidente Alberto Fernández, para flexibilizar la cuarentena se dará bajo la supervisión sanitaria en torno a la evolución de los contagios de las próximas 48 horas.

Durante la reunión de la administración bonaerense y porteña que se dio hoy en La Plata estuvieron los jefes de Gabinete de ambas jurisdicciones, Carlos Bianco y Felipe Miguel, y los ministros Daniel Gollán y Augusto Costa, de la Provincia, y Fernán Quirós y José Luis Giusti, de la Ciudad.

Se hizo un repaso de los números de contagio, de la situación de vulnerabilidad en los barrios populares, del transporte y de la caía en la actividad económica. Por todo ello, hubo indicios claros de que se podría hacia una “cuarentena más generosa”, como la graficó un funcionario bonaerense.

En todos los casos se aclaró que hay que realizar un trabajo muy fuerte de comunicación en la población para que tome conciencia de que no será una apertura total y mucho menos un regreso a la actividad normal. Y que también se verá la idea de volver a Fase I si se complican los niveles de contagio.

Desde las 17.30 horas de este jueves el presidente Alberto Fernández mantuvo un encuentro con el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador bonaerense Axel Kicillof en la Residencia de Olivos para tratar de consensuar la dureza de la próxima fase de la cuarentena en el Área Metropolitana que, según trascendió, incluirá fuertes restricciones en el transporte público, el cierre de comercios y actividades y la vuelta atrás del ejercicio al aire libre en la ciudad de Buenos Aires.

Hasta entrada la tarde, las cúpulas de los gobiernos bonaerense y porteño todavía debatían sobre los alcances del anuncio que tendrá lugar mañana viernes y no este jueves como se había adelantado. Según precisó Infobae, una serie de divergencias rodean aún la modalidad de la nueva cuarentena, que vence el domingo.

“Las tres jurisdicciones han acordado en avanzar en mayores restricciones a la movilidad que permitan una fuerte merma en la circulación”, comunicaron desde Presidencia en forma oficial mientras promediaba el encuentro. “Las características de la próxima fase requieren precisiones dada la delicada situación que estamos viviendo y las condiciones que impone la virulencia de la enfermedad. El Presidente, el Gobernador y el Jefe de Gobierno de la Ciudad están comprometidos en alcanzar las mejores soluciones entendiendo que la ciudadanía ha realizado un gran esfuerzo estos meses para lograr los objetivos”, agregaron.

Durante la semana, desde el entorno de Rodríguez Larreta y de sus colaboradores habían dejado trascender que el jefe de Gobierno pretendía esperar unos días para seguir la evolución de los contagios y definir el endurecimiento de la cuarentena, decretado por primera vez el 20 de marzo.

De todos modos, tanto el Presidente como el jefe de Gobierno y Kicillof, el principal promotor de la marcha atrás, comparten una creciente preocupación por la suba de los casos de COVID-19 y, particularmente, la ocupación de camas de terapia del AMBA que, según el reporte oficial de anoche, estaba en torno al 52%.

La principal incógnita pasaba por estas horas por el transporte público. Desde Olivos habían consignado horas atrás que una posibilidad era inhabilitar el paso de colectivos desde la Provincia a la Ciudad, y viceversa. La opción habría quedado descartada, aunque entrada la tarde, desde los ministerios de Transporte de Nación, Ciudad y Provincia trabajaban en todos los escenarios. Una señal de que la decisión en torno al flujo de colectivos, trenes y subterráneos todavía no estaba tomada.

La idea, sin embargo, apunta a desalentar y restringir el uso del transporte público para bajar la movilidad en el Área Metropolitana. Una medida, según las tres administraciones, anti popular.

La mayor inquietud que atraviesa en ese sentido a los tres gobernantes es cuál será la reacción social ante el hartazgo por los casi cien días de confinamiento y la crisis económica. Rodríguez Larreta estaba mucho más atento a esa reacción que Kicillof, que sigue hora a hora la evolución de la ocupación de las camas de terapia. Los contagios en el Gran Buenos Aires empezaron a multiplicarse en estos días.

Tanto el jefe de Estado como el gobernador y el jefe de Gobierno apelarán entonces al “último esfuerzo” para concientizar a la sociedad de volver atrás por dos semanas. Hay temor, sin embargo, de un desacato por parte de los vecinos de la Ciudad y la Provincia. Sería, razonan, el peor escenario: pérdida de autoridad ante una inevitable crisis sanitaria.

Fueron confirmados por el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, 2.060 nuevos casos de coronavirus en todo el país. 

El mandatario bonaerense reveló esa cifra antes de que el Ministerio de Salud difundiera el parte diario en el que informa la cantidad de personas que fallecieron y cuántos nuevos casos se registraron y fueron confirmados en las provincias.

Por la mañana se registraron seis nuevas muertes por COVID-19. Dos hombres, uno de 75 años, de la provincia de Buenos Aires; uno de 67 años, de Chaco; y cuatro mujeres, de 59, 90, 81 y 45 años, de la provincia de Buenos Aires.

Durante la jornada del jueves se realizaron 7.512 nuevas muestras y desde el inicio del brote se realizaron 264.604 pruebas diagnósticas para esta enfermedad, lo que equivale a 5.831,3 muestras por millón de habitantes. El número de casos descartados hasta ayer es de 181.353 (por laboratorio y por criterio clínico/ epidemiológico).

Las principales franjas etarias afectadas de los casos registrados corresponden a personas de entre 20 y 59 años, siendo la edad promedio de 36 años. A la fecha, el total de altas es de 11.851 personas.

“Es clave que cada uno entienda que se deben cumplir las recomendaciones y, aunque tengamos síntomas leves, (debemos) contactar al sistema de salud y evitar el contacto con otras personas”, sostuvo esta mañana Carla Vizzotti, secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, durante el reporte matutino.

«Usar tapaboca, mantener dos metros de distancia, lavar las manos, airear los ambientes, no compartir el mate ni los utensillios. Parece una pavada pero son las cosas que están haciendo que tengamos dificultades en interrumpir la transmisión”, enfatizó Vizzotti.

La funcionaria destacó “el impacto que tiene el aislamiento de las personas que tienen síntomas, aunque sean leves, para minimizar la transmisión”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó este viernes que el mundo entró en una fase peligrosa de la pandemia de coronavirus, a medida que reabren los países que establecieron medidas de confinamiento o restricciones para frenar la propagación de la enfermedad.

“Mucha gente está evidentemente cansada de quedarse en casa. Los países están deseosos de reabrir su sociedad y su economía. Pero el virus se sigue esparciendo con velocidad, todavía es mortal y mucha gente todavía es vulnerable», expresó el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa virtual.