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El presidente Alberto Fernández viajó a Brasil para reunirse con el mandatario electo Luiz Inácio Lula Da Silva, felicitarlo y juntos dar un mensaje de unidad a la región.

En su primer acto tras imponerse en la segunda vuelta electoral de este domingo, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) recibió a Fernández en el hotel Intercontinental de San Pablo, el mismo lugar donde anoche brindó su discurso de victoria.

En el lugar también estuvieron el canciller Santiago Cafiero y el embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli. Fernández y Lula se reunieron primero a solas y luego almorzaron junto a los principales colaboradores de cada uno, proyectando a la región la primera fotografía juntos, que sirve como mensaje de unidad y de cuál será la hoja de ruta que el brasileño quiere seguir a nivel internacional.

Al hablar este domingo, reiteró que su intención es trabajar por una Latinoamérica unida que salga a negociar en bloque con el resto del mundo.

Tras la entrevista, que se dio horas después de que Lula apareciera anoche en el búnker con una gorra que decía «CFK 2023», Fernández sostuvo que el líder del PT es «un hombre que le va a hacer mucho bien a Brasil, como hizo antes, y mucho bien a América latina».

«Los brasileños democráticamente eligieron como presidente a mi querido amigo Lula, un extraordinario dirigente, un líder latinoamericano, un hombre que le va a hacer mucho bien a Brasil, como lo hizo antes y mucho bien a América latina», sostuvo en declaraciones a la prensa.

Además, Fernández pidió «cuidar la voluntad popular, que es lo esencial para pensar el progreso de América latina», y agregó: «Vine acá personalmente para darle mi testimonio al querido Lula de cariño, de compromiso, sabe que tiene en mí un amigo».

Según detalló, Lula tiene la voluntad de viajar a la Argentina antes de asumir el 1 de enero de 2023. Más temprano, a través de su cuenta de Twitter, el jefe de Estado argentino compartió un video del ingreso al encuentro y agregó: «Todo mi amor, mi admiración y mi respeto, querido compañero. Tenemos un futuro que nos abraza y nos convoca».

«Lula es un líder como no he conocido antes. Lo conozco desde el 2002 y tiene una peculiaridad que es que tiene un liderazgo que los auténticos líderes deben velar», expresó por la mañana en declaraciones radiales. “Presidente, que alegría verte”, le dijo Fernández al saludarse con Lula, muy cerca de Scioli, y se estrecharon en un abrazo afectuoso.

“¿Cómo fue?”, le preguntó luego, a lo que Lula le respondió “Me fue bien”. No se veían personalmente desde el 10 de diciembre del año pasado cuando el brasileño, junto al uruguayo Pepe Mujica, participaron de los festejos del Día de la Democracia en la Plaza de Mayo. «Alberto nunca especuló con Lula», dijo Cafiero.

«Cuando Alberto decidió venir a verlo a Lula cuando estaba preso, vinimos juntos y recordábamos cuando veníamos en el vuelo para acá ese viaje. Como en ese momento Alberto no especuló, tampoco vamos a especular ahora; Alberto no especuló en ese momento como tampoco especuló para salvarle la vida a Evo Morales; Alberto no especula, es fiel a sus convicciones, en ese momento abrazó a Lula y ahora lo volverá a abrazar con mucha fuerza», resaltó Cafiero.

El ministro de Relaciones Exteriores sostuvo: «Para nosotros es un gran honor estar aquí viviendo esta emoción. Recuerdo cuando viajamos con Alberto a verlo a Lula cuando estaba preso, cuando fuimos junto con Celso Amorim, y muchos compañeros con los que me encuentro aquí, que hacían la vigilia».

«Es muy emocionante cómo han cambiado las cosas, por eso queremos felicitarlo y darle un abrazo a todo el pueblo brasilero que ha impartido justicia. Realmente para nosotros ese es el sentimiento, totalmente sincero, sin especulaciones, sin dobleces, abrazar a un grande del que obviamente esperamos muchísimo», consideró Cafiero.

Sobre el futuro de la región, señaló que «Latinoamérica lo necesita; toda la región lo quiere bien, y necesita mucho a Brasil puesto en ese registro positivo». «Que un gran amigo de la Argentina como Lula sea nuevamente presidente de Brasil siempre es una buena noticia para Argentina», agregó el canciller.

Durante el encuentro en San Pablo se analizaron temas vinculados a la integración, que tiene diferentes aspectos: económico y comercial, naturalmente afianzar vínculos comerciales.

«Tenemos una visión respecto a potenciar la industrialización, la sustitución de importaciones, abandonar el modelo de primarización que ha tenido el Mercosur y la región en este tiempo, y avanzar en encadenamientos productivos donde se agregue valor», expresó Cafiero.

“Gracias por devolverle la esperanza a nuestra América del Sur”, reza uno de los tuits. El mandatario nacional y la Vicepresidenta fueron dos de los primeros dirigentes argentinos en hacerse eco de la victoria del flamante jefe de Estado electo. Los demás mensajes que llegaron desde el oficialismo.

Minutos después de que se conocieron los resultados de las elecciones en Brasil, el presidente argentino, Alberto Fernández, y su vice, Cristina Fernández de Kirchner, celebraron la victoria de Lula Da Silva y lo saludaron a través de sus redes sociales, según recupera Infobae.

“¡Felicitaciones Lula da Silva! Tu victoria abre un nuevo tiempo para la historia de América Latina. Un tiempo de esperanza y de futuro que empieza hoy mismo. Acá tenés un compañero para trabajar y soñar a lo grande el buen vivir de nuestros pueblos”, escribió el jefe de Estado.

En un segundo mensaje, el mandatario nacional agregó: ”Después de tantas injusticias que viviste, el pueblo de Brasil te ha elegido y la democracia ha triunfado. Latinoamérica sueña”, publicó Alberto Fernández, junto a fotos con el electo mandatario de Brasil.

“Hoy más que nunca, amor y mucha felicidad. Gracias pueblo del Brasil. Gracias compañero Lula por devolverle la alegría y la esperanza a nuestra América del Sur”, comentó, por su parte, Cristina Kirchner.

Sin embargo, los integrantes de la fórmula que llegó en 2019 a la Casa Rosada no fueron los únicos dirigentes argentinos que se expresaron tras los resultados de los comicios en el país vecino, sino que también lo hicieron otros, como Axel Kicillof.

“Felicitaciones al pueblo brasileño. Felicitaciones al presidente electo Lula da Silva. Ahora sí, se hizo justicia. ¡Viva Lula! ¡Viva Brasil!”, celebró el gobernador de la provincia de Buenos Aires.

En tanto, el ministro de Economía, Sergio Massa, retuiteó un posteo que había hecho el 2 de octubre pasado, en el que escribió “inmenso, Lula”, junto a una foto en la que están los dos abrazados.

Su par del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, también se hizo eco de la noticia y comentó: “Felicitaciones a las y los hermanos brasileños y especialmente al compañero Lula da Silva por su triunfo. Hoy se consolida para Latinoamérica un camino de esperanza con paz y democracia. ¡Gracias!”.

“Lo han maltratado hasta lo indecible… encarcelado injustamente… han maltratado sin fin a todo un pueblo vulnerable… Bueno, a pesar de todo eso, por el amor y La Paz, hoy puede decir el mundo entero: Lula presidente”, destacó el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.

A su turno, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, planteó: “Un honor compartir este momento histórico en el búnker de Lula da Silva en San Pablo con un líder regional como Pepe Mujica. Juntos, la integración profunda de la región es un hecho”.

“Felicitaciones, hermano pueblo Brasil y querido compañero Lula da Silva. El fascismo ha sufrido una dura derrota, debemos fortalecer nuestras democracias, priorizando a los más vulnerables, nuestra soberanía e integración regional”, escribió el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

Lula da Silva se impuso por la mínima diferencia en el ballotage más polarizado de la historia de Brasil y será de nuevo presidente. Con el 98,86% de los votos escrutados, el ex mandatario obtuvo el 50,83% frente al 49,17% de Jair Bolsonaro, y volverá al poder.

Minutos después de confirmarse la victoria, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) utilizó sus redes sociales para publicar la palabra “Democracia”, junto a una foto en la que se ve su mano y la bandera de Brasil.

De esta manera, Bolsonaro se convirtió en el primer presidente brasileño en no lograr la reelección. Lula, en tanto, tendrá su tercera etapa en el poder tras sus dos mandatos anteriores (2003-2010).

El líder ultraderechista lideró en la primera parte del conteo, en la que llegó a tener una ventaja de 14 puntos. Fue superado por su rival con poco más del 67% del escrutinio, cuando comenzaron a ser contabilizados los votos de las pequeñas ciudades y de las regiones periféricas. De la misma forma, en la primera vuelta, Lula, señalado por los sondeos como el favorito a vencer este domingo, se mantuvo gran parte del escrutinio en el segundo lugar y recién pasó a liderar cuando el porcentaje de votos contabilizados superó el 70%.

En la primera vuelta, los sondeos subestimaron el potencial de Bolsonaro. El líder del PT venció el 2 de octubre pasado con el 48,4% de los votos válidos, pero, como no obtuvo más de la mitad de los sufragios, tuvo que medirse este domingo en el ballotage con el actual jefe de Estado, que recibió el 45,2%.

Lula da Silva asumirá el mandato el próximo 1 de enero.

Una jornada sin filas

A diferencia de la primera vuelta cuando largas filas fueron el común denominador, este domingo la jornada ha transcurrido sin incansables esperas para acceder a las urnas. La gente, sin embargo, fue precavida y prefirió llegar temprano y esperar por más de media hora a que abrieran las mesas que al igual que el pasado 2 de octubre quedaron habilitadas a las 8.00 hora local (11.00 GMT).

Hasta comienzos de la tarde, la situación era de calma en todo el país y a primera vista no se registraron peleas entre seguidores de ambos candidatos o acciones proselitistas que son prohibidas en esta fecha.

Nacionalismo, religión, pobreza

Bolsonaro, un excapitán del ejército de 67 años, buscaba la reelección defendiendo los valores tradicionales y la reciente mejora de los datos económicos -ralentización de la inflación y caída del desempleo-, pronunciando un discurso nacionalista. “¡Brasil encima de todo, Dios encima de todos!”, reiteró en sus discursos de campaña.

Un mensaje especialmente apreciado por el agronegocio y la población evangélica, que representa un tercio del electorado.

El presidente ha lanzado mensajes contradictorios sobre si reconocerá los resultados en caso de derrota. El viernes aseguró que lo hará: “El que tenga más votos, gana”.

Por su parte, Lula, de 77 años, que gobernó Brasil de 2003 a 2010, promete “arreglar el país” impactado todavía por la crisis de la pandemia y sus 688.000 muertos.

En su campaña destacó sus logros socioeconómicos, como la salida de la pobreza de más de 30 millones de brasileños gracias a iniciativas sociales financiadas con el ‘boom’ de las materias primas.

Cuenta con el apoyo de los más vulnerables y de quienes se resintieron de las políticas y exabruptos del ultraderechista, como los jóvenes, las mujeres y las minorías.

A los 77 años, Luiz Inácio Lula da Silva, el exmetalúrgico que le esquivó a la muerte por hambre en su infancia en el norte de Brasil y podría volver a ser presidente del país, parece inoxidable.

El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) lleva adelante una nueva resurrección política tras sus 580 días de cárcel por condenas que fueron luego anuladas por parcialidad y falta de competencia del juez y, en caso de derrotar a Jair Bolsonaro el domingo en el balotaje, podría convertirse en el único presidente democrático con tres mandatos.

Favorito para vencer en la segunda vuelta, este Lula con barba blanca y casado por tercera vez se presentó como un «injusticiado» durante la campaña para refutar el mote de «expresidiario» que usó en su contra su rival, comparando las detenciones que tuvieron figuras como Mahatma Gandhi, Nelson Mandela o Martin Luther King.

Convertido en «pai dos pobres» (como le decían a Getulio Vargas) después de sus dos mandatos presidenciales (2003-2010), Lula sacó de la miseria a más de 36 millones de brasileños y creó 22 millones de empleos, con salarios por encima de la inflación.

El exmetalúrgico es el político con más protagonismo de la República Brasileña desde el fin de la dictadura militar (1964-1985).

Para estos comicios logró además el renacimiento del partido que fundó en 1980, el PT, que selló una alianza inédita con diez fuerzas formando un frente antibolsonarista que polarizó como nunca la elección, al cual le sumó los apoyos de Simone Tebet, tercera en la primera vuelta con 4% de los votos (Movimiento Democrático Brasileño, MDB), y Ciro Gomes, cuarto con 3%, del Partido Democrático Laborista (PDT).

El «renacido» Lula se presenta luego de haber sido condenado a nueve años de prisión por corrupción en la Operación Lava Jato por una denuncia del fiscal Deltan Dallagnol acogida y aceptada por el exjuez Sérgio Moro

«Yo podría estar disfrutando de mi tercer matrimonio, pero acepté ser el candidato para reconstruir el país», dijo Lula cuando se lanzó como candidato luego de casarse en marzo con Rosángela Silva, una socióloga militante del PT con quien comenzó un noviazgo cuando ella lo visitaba en su celda en la ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná, en 2018.

El «renacido» Lula se presenta luego de haber sido condenado a nueve años de prisión por corrupción en la Operación Lava Jato por una denuncia del fiscal Deltan Dallagnol acogida y aceptada por el exjuez Sérgio Moro.

Lula, en busca de una elección histórica, tras renacer como el Ave Fénix.

Esa condena lo proscribió de las elecciones de 2018, en las que venció Bolsonaro, en el peor momento del PT y con una ola antisistema que arrastró a todos los partidos políticos.

Moro, tras la elección de 2018, asumió el Ministerio de Justicia y se hizo abiertamente bolsonarista, lo mismo que Dallagnol. Ambos fueron condenados por parcialidad por el Supremo Tribunal Federal en la anulación de las causas contra Lula.

«El problema de ellos fue que contaron una mentira el primer día y no tenían cómo volver atrás. La prensa dedicó cinco años de campaña en contra de mi reputación y la población fue contaminada con esta información», explicó Lula.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva votó cerca de San Pablo y dijo que el balotaje de la elección presidencial contra su rival el mandatario Jair Bolsonaro definirá un «modelo de país y de vida» en Brasil.

Lula, de 77 años, dijo que esta era la elección más importante de su carrera y que estaba confiado en que «la democracia vencerá», luego de votar en Sao Bernardo do Campo, en el cordón industrial del Gran San Pablo, donde forjó su trayectoria sindical y política.

En declaraciones a periodistas, el líder de izquierda dijo que en caso de ser electo incluirá en el plan de transición hasta asumir el 1 de enero una serie de viajes internacionales que incluirán los principales socios de Sudamérica, Estados Unidos, China y la Unión Europea.

«Debemos ser un bloque fuerte para poder negociar con Estados Unidos, China y la Unión Europea. Unidos somos fuertes, separados somos débiles», aseguró Lula.

«Debemos ser un bloque fuerte para poder negociar con Estados Unidos, China y la Unión Europea. Unidos somos fuertes, separados somos débiles»

Una última encuesta de la consultora Instituto Datafolha publicada el sábado redujo la ventaja de Lula de seis a cuatro puntos, comparado con dos días atrás, con 52% de las intenciones de voto frente a 48% para el presidente.

En la primera vuelta, los sondeos subestimaron el potencial de Bolsonaro, que finalmente acabó detrás solo por cinco puntos de Lula (43% a 48%), a quien muchas encuestas habían atribuido una victoria sin necesidad de balotaje.

El veterano líder de izquierda promete «arreglar el país», impactado todavía por la crisis de la pandemia de coronavirus y sus 688.000 muertos, que ha achacado a una pésima gestión de la crisis sanitaria por parte de Bolsonaro.

Lula ha hecho hincapié en los logros socioeconómicos en sus dos mandatos, entre 2003 y 2010, cuando 30 millones de brasileños salieron de la pobreza con iniciativas sociales financiadas con un ‘boom’ de las materias primas que exporta Brasil.

El exmandatario cuenta con el apoyo de los más vulnerables y de quienes se resintieron de las políticas y exabruptos del ultraderechista Bolsonaro, como los jóvenes, las mujeres y las minorías.

«Mentiroso», «delincuente», «ladrón», «elemento», «insano», «abortista» fueron algunos de los adjetivos lanzados como dardos entre el presidente Jair Bolsonaro y el exmandatario Luiz Inácio Lula da SIlva en el tenso debate final por el canal de televisión Globo antes del balotaje del domingo.

Lula, favorito en las encuestas y vencedor de la primera vuelta, se mostró más tranquilo y con un perfil menos agresivo, buscando e inquiriendo a su rival sobre sus programas de Gobierno, mientras que Bolsonaro optó por recalentar viejas polémicas intentando reducir la diferencia de seis millones de votos.

«Estamos hablando de un mentiroso que ha contado 6.489 mentiras en su gobierno, es un provocador que no tiene nada de real», aseguró Lula. «Les pido el voto para restablecer la democracia en este país», subrayó el expresidente, que sostuvo que el Brasil de Bolsonaro es un paria internacional «mas aislado de Cuba».

En un furcio, Bolsonaro pidió el voto para «nuevo mandato de diputado federal» .

El debate encontró a dos contendientes en diversas velocidades: Bolsonaro lanzando golpes desordenados y sin mucho destino durante las primeras dos horas y Lula ganando el centro del ring, con más tranquilidad y haciendo hincapié en el comportamiento del respeto a la investidura presidencial.

En un momento del debate, Lula sacó el tema del aborto con un carpetazo para Bolsonaro, que ha convertido su campaña en una suerte de glosario evangelista neopentecostal. Le recordó un discurso en el cual defendía Citotec, una píldora abortiva, en un discurso en el Congreso. «Eso fue hace 30 años, Luiz Inácio», respondió.

«Vos sos abortista, tus ministras de la mujer lo eran, el PT es abortista», gritó Bolsonaro, que parecía resbalarse en la «arena» de color azul y gris brillante montada por la TV Globo. Lula dijo que está en contra del aborto y que su esposa Janja también.

En un intento por neutralizar la popularidad que tiene Bolsonaro entre los mayores de 60, Lula dedicó parte de su alocución a la rebaja drástica de las jubilaciones con la reforma previsional de 2019 liderada por el equipo.

«Estamos hablando de un mentiroso que ha contado 6.489 mentiras en su gobierno, es un provocador que no tiene nada de real»Lula da silva

Bolsonaro se negó a responder por qué congeló en sus cuatro años de Gobierno el salario mínimo. Contrariando al presupuesto enviado para 2023 al Congreso, Bolsonaro dijo que aumentará el salario mínimo, en una declaración inédita y nunca defendida por el Ministerio de Economía.

Bolsonaro puso en duda los datos sobre las personas pasando hambre en el país y Lula aseguró que «solo hubo prosperidad para la familia presidencial en los últimos 4 años».

El actual presidente manipuló datos sobre el medio ambiente y sostuvo que el Gobierno de Lula taló más la selva amazónica que en su gestión, además de recordar los escándalos de corrupción de los gobiernos del PT.

Lula debió aclarar varias veces que los procesos en su contra están extinguidos y fue absuelto.

El expresidente arrinconó a Bolsonaro varias veces cuando le preguntó por qué redujo el presupuesto de salud y el de las políticas para reducir la violencia contra la mujer.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lidera con 44% de intención de voto la carrera para los comicios presidenciales del 2 de octubre en Brasil, contra 31% del mandatario Jair Bolsonaro, según una encuesta del instituto Ipec divulgada por la cadena televisiva privada Globo.

El líder del Partido de los Trabajadores está confirmando su favoritismo a menos de un mes de las elecciones y tiene chances de vencer en primera vuelta, contando los votos válidos, sin blancos ni anulados, como hace la justicia electoral.

La diferencia de esta encuesta entre Lula, presidente entre 2003 y 2010, y Bolsonaro, que va por la reelección, es de 13 puntos.

Respecto de la anterior encuesta del 29 de agosto del instituto Ipec (ex Ibope), Lula se mantuvo en 44% mientras que Bolsonaro, candidato del Partido Liberal, cayó 1 punto, de 32 a 31%.

Esta encuesta fue realizada después del primer debate electoral y luego de una semana de propaganda y mostró, también, que el rechazo al gobierno de Bolsonaro es de 57%.

El tercero, según la encuesta divulgada por Globo, es el exministro Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista, con 8%, seguido por la senadora Simone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB) del expresidente Michel Temer, con 4%.

Gomes y Tebet crecieron un punto cada uno, apoyados por el desempeño que tuvieron en el debate electoral, que les dio una mayor visibilidad ante un escenario polarizado entre el exmetalúrgico Lula y el excapitán del Ejército Bolsonaro.

Más atrás aparecen con 1% cada uno el empresario libertario Felipe D’Avila, del Partido Novo, y Soraya Thronicke, de Unión Brasil.

La clave de la elección se sitúa en este dato: los votos en blanco sumaron 6 por ciento y los que respondieron que no saben a quién van a votar representan el 5 por ciento, según el sondeo de Ipec.

Pero Lula aún tiene chances de vencer en primera vuelta, que se logra cuando un candidato tiene la mitad más uno de los votos.

Apenas contando los votos válidos, sin blancos ni anulados, tal como lo hace la justicia electoral el día de la elección, Lula está en los umbrales de convertirse en presidente electo el 2 de octubre.

Es que la encuesta Ipec le otorga el 50% de los votos válidos, dentro del margen de error de 2 puntos para arriba o para abajo que tiene la muestra, considerada entre las dos mejor reputadas de Brasil junto a la de Datafolha, que la semana pasada redujo las chances del expresidente de ser electo en primera vuelta, con 45% de los sufragios válidos.

El voto está consolidado como nunca: 79% de los electores dijo que no existen chances de cambiarlo.

En tanto, 85% opinó que la divulgación de noticias podrían influir en las elecciones, como ocurrió en 2018 con la victoria de Bolsonaro.

En caso de balotaje, según Ipec Lula tiene una preferencia del 52% contra el 36% de Bolsonaro.

Según el desglose de la encuesta Ipec, Lula vence en distritos fuertes como los estados de San Pablo y Minas Gerais, los dos más importantes y populosos del país, y en todo el noreste, mientras que Bolsonaro vence en el centro-oeste sojero y ganadero y existe empate en la región sur.

Existe más preferencia hacia Lula entre las mujeres y la población más pobre, mientras que Bolsonaro domina entre los más ricos y entre quienes adhieren al culto evangélico.

El ex mandatario, que recuperó sus derechos políticos en marzo pasado, afirmó en una entrevista que si las encuestas y la salud lo acompañan, se presentará en las elecciones previstas para octubre de 2022.

Luiz Inácio Lula da Silva afirmó que no dudará en ser candidato para volver a la presidencia de Brasil si está «en la mejor posición para ganar las elecciones» y goza de buena salud.

«Si estoy en la mejor posición para ganar las elecciones presidenciales y gozo de buena salud, sí, no lo dudaré», dijo el líder del Partido de los Trabajadores (PT) al ser consultado por la revista francesa «Paris Match» si se postulará en los comicios de octubre 2022 contra el actual mandatario, Jair Bolsonaro.

Lula consideró que fue un «buen presidente» y subrayó que creó lazos fuertes con Europa, América del Sur, EEUU, China y Rusia.

«Bajo mi mandato, Brasil se volvió un importante actor en el escenario mundial», destacó el principal líder de la izquierda brasileña.

El exmandatario recuperó sus derechos políticos en marzo, tras una decisión del Tribunal Supremo Federal que anuló las condenas por corrupción que pesaban contra él.

Aunque desde entonces se daba por hecho que se presentaría a las elecciones del año que viene, Lula aún no lo confirmó públicamente más allá que en la entrevista dejó entrever su decisión de hacerlo.

Lula favorito en las encuestas

Según una encuesta publicada la semana pasada por el Instituto Datafolha, Lula es favorito para derrotar en primera y segunda vuelta a Bolsonaro.

El exmandatario vencería por 41% contra 23% a Bolsonaro, seguidos por 7% del ex juez Sergio Moro, 6% del laborista Ciro Gomes y 4% del animador televisivo y magnate Luciano Huck.

Para una segunda vuelta electoral, el favoritismo de Lula es de 55% contra el 32% del ultraderechista Bolsonaro, mientras que 11% votaría en blanco o nulo y el 2% restante no respondió. Lula vencería también en segunda vuelta a Moro, que fue quien lo condenó, y al gobernador paulista, Joao Doria.

Así lo afirmó el presidente de Brasil, en caso de que el ex mandatario Luis Inácio Lula Da Silva sea elegido como presidente en el 2022.

Jair Bolsonaro, actual presidente de Brasil, expresó que el pueblo brasileño «merece sufrir» si Lula Da Silva es reelegido en el 2022. El Gobierno de Bolsonaro estará bajo investigación por parte del Senado, por su actuación en la pandemia del Coronavirus.

Además, volvió a apuntar contra los intendentes que ordenaron cuarentenas estrictas para evitar el colapso del sistema sanitario, y aseguró que la forma más rápida de cambiar el estado de las cosas es una «dictadura». Aunque aclaró que no la impondrá.

«Por el amor de Dios, el pueblo que por ventura vote a Lula merece sufrir» expresó Bolsonaro ante sus seguidores, al fustigar el fallo de ocho contra tres votos de los integrantes del Supremo Tribunal Federal que anuló las condenas contra Lula y revocó su proscripción para presentarse en las elecciones.

El presidente dijo que espera ser reelecto en 2022 con «el voto auditable para poder cambiar de verdad a Brasil».

La Corte Suprema de Brasil ratificó este jueves la decisión adoptada por uno de sus jueces, que anuló las condenas dictadas en primera instancia contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que recupera así todos sus derechos políticos.

La decisión fue tomada por ocho votos frente a tres y respaldó la posición del magistrado Edson Fachin, que el pasado 8 de marzo había anulado a través de una medida cautelar las penas contra Lula, que sumaban casi 25 años de cárcel, por un conflicto de competencias.