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El presidente francés y el primer ministro británico mantuvieron una conversación telefónica después de que el Parlamento aprobara una enmienda que obliga a solicitar a Bruselas un nuevo retraso de la salida de la Unión Europea.

 El presidente francés, Emmanuel Macron, le pidió al primer ministro británico, Boris Johnson, que clarifique la postura del reino Unido sobre el Brexit y le expresó la inconveniencia de un nuevo retraso, luego de que la Cámara de los Comunes aprobara demorar su decisión final sobre si apoya el acuerdo con la Unión Europea (UE).

Según indicaron fuentes del Elíseo, Macron y Johnson mantuvieron una conversación telefónica después de que el Parlamento británico aprobó una enmienda que obliga a solicitar a Bruselas un nuevo retraso de la salida del Reino Unido más allá de la fecha programada del 31 de octubre próximo.

Macron «compartió la necesidad de obtener una clarificación rápida de la posición británica sobre el acuerdo negociado y finalizado», señalaron las fuentes que cita la agencia EFE.

Para el presidente francés, un nuevo retraso «no sería interesante para ninguna parte», agregaron las fuentes consultadas, informó Télam.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro afirmó este martes que antes de considerar la ayuda ofrecida por el G7 para la Amazonía, su homólogo francés, Emmanuel Macron, debe «retirar los insultos» contra él.

«Lo primero, el señor Macron debe retirar los insultos hacia mi persona. Primero me llamó mentiroso y después, por informaciones que tuve, que nuestra soberanía en la Amazonía es una cuestión abierta», comentó Bolsonaro.

Bolsonaro agregó que «para hablar o aceptar cualquier cosa de Francia, aunque sea con la mejor intención posible, tendrá que retirar esas palabras y luego podremos hablar». «Primero, él retira, después ofrece y ahí yo respondo», Así lo reseña RT.

Brasil no va a aceptar la ayuda financiera de 20 millones de dólares ofrecida por los países del G7 para combatir los incendios en la Amazonía, afirmó el ministro jefe de Gabinete de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, cuyas palabras recoge O Globo.

«Agradecemos [la propuesta], pero tal vez esos recursos sean más relevantes para reforestar Europa«, afirmó Lorenzoni, agregando que el presidente francés, Emmanuel Macron, tiene muchas cosas de qué preocuparse en «la casa y colonias» de su país.

En ese contexto, Lorenzoni precisó que Brasil puede enseñar a «cualquier nación» cómo proteger sus bosques. «No existe ningún país que tenga una cobertura [de bosques] nativa mayor que la nuestra, destacó.

Previamente a la declaración, la noticia sobre el rechazo fue divulgada por O Globo, haciendo referencia a sus fuentes. Funcionarios del Gobierno de Bolsonaro declararon a lo largo del día que si la ayuda estaba condicionada a fiscalización de los recursos, como propuso Emmanuel Macron, la rechazarían.

Durante el último día de la cumbre del G7, Macron anunció que buscarían construir una iniciativa para la Amazonía y que sería presentada oficialmente en la Asamblea General de la ONU con todos los países de la región.

«Como si fuésemos una colonia o una tierra de nadie», acusó el mandatario brasileño en Twitter.

Posteriormente, el ministro de exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, reiteró en su cuenta de Twitter que existen «mecanismos establecidos en virtud de la Convención Climática de la ONU para financiar la lucha contra la deforestación y la reforestación».

Por esa razón, Araújo pidió no extrapolar los problemas ambientales y llamó al Gobierno francés a cumplir con sus compromisos medioambientales, como el Protocolo de Kioto y el Fondo Verde del Clima (GCF, por sus siglas en inglés).

«El esfuerzo de algunas corrientes políticas para extrapolar problemas ambientales reales en una ‘crisis inventada como pretexto para introducir mecanismos para el control externo de la Amazonía es muy evidente», tuiteó Araújo.

«Brasil no aceptará ninguna iniciativa que implique relativizar la soberanía sobre su territorio, sea cual sea el pretexto y el disfraz», agregó.

 

Los devastadores incendios en la Amazonía y las tensiones comerciales centraban el sábado los debates antes del inicio del G7 en el sur de Francia, una cumbre bajo un clima de tensión y divisiones internas.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anfitrión del encuentro en el balneario de Biarritz, llamó a una «movilización de todas las potencias» para sofocar las llamas que devoran bosques de la Amazonía brasileña desde hace varios días.

«Debemos responder al llamado de los bosques (…), de la Amazonía, nuestro bien común (…) y por lo tanto vamos a actuar», prometió el jefe de Estado francés en un discurso a la nación retransmitido por televisión, antes de recibir a sus socios.

Francia, que mantuvo un áspero pulso la víspera con su homólogo brasileño Jair Bolsonaro, ha amenazado con bloquear el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur por las «mentiras» del mandatario brasileño en materia de compromisos ambientales.

Aunque el gobierno alemán temperó el ímpetu de Macron, afirmando que oponerse al pacto «no es la respuesta apropiada», el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, consideró «difícil de imaginar» un acuerdo con el Mercosur — bloque al que pertenece Brasil — cuando la Amazonía arde.

«Por supuesto respaldamos el acuerdo entre la UE y el Mercosur (…) pero es difícil imaginar un proceso de ratificación armónico por parte de los países europeos mientras que el gobierno brasileño permita la destrucción del pulmón verde de la Tierra», dijo Tusk poco después de llegar a Biarritz.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró hoy que la cumbre del G7 que empieza este sábado trabajará para movilizar a sus siete países en la lucha contra el fuego en la Amazonía y para invertir en su reforestación, al tiempo que llamó a «preservar ese tesoro de la biodiversidad».

En un mensaje televisado y difundido horas antes del inicio oficial de la cumbre en Biarritz, en el suroeste francés, Macron subrayó que la Amazonía es un «bien común».

«Vamos a lanzar no solo un llamamiento, sino una movilización de todas las potencias que están aquí, en asociación con los países de la Amazonía, para invertir en primer lugar para luchar contra esos incendios en marcha», dijo.

Macron añadió que se quiere invertir también en la reforestación y para permitir a sus pueblos autóctonos y a las ONG desarrollar actividades adecuadas para «preservar ese tesoro de la biodiversidad».

Esos incendios se han colado en el último momento en la agenda de la reunión, que junta hasta el lunes a los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Canadá y Japón, después de que señalara este jueves que suponen «una crisis internacional».

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, consideró poco después que Macron busca provecho político personal con su decisión de abordarlo, así lo reseña Telefe Noticias.

El presidente francés, Emmanuel Macron, recibió hoy al primer ministro británico, Boris Johnson, y apoyó la idea de un mes más de negociaciones para hallar una solución al Brexit, aunque rechazó la principal exigencia del Reino Unido para superar la crisis.

En línea con la jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, el mandatario respaldó permitir otros 30 días de conversaciones para tratar de resolver el espinoso tema de la frontera irlandesa, que ha complicado las negociaciones del Brexit desde 2017.

«Necesitamos tener un buen mes» de conversaciones, dijo Macron en París parado junto a Johnson, quien insistió en que existen soluciones «fácilmente disponibles» para evitar un retorno a los controles aduaneros en la dividida isla de Irlanda.

Pero Macron, quien admitió tener la reputación de ser «el más duro de la pandilla» respecto al Brexit, rechaza el reclamo de Johnson de dejar sin efecto un acuerdo sobre Irlanda negociado entre la Unión Europea (UE) y la ex premier británica Theresa May, así lo reseñó Télam.

El presidente francés Emmanuel Macron pidió este miércoles a las fuerzas políticas y sindicales lanzar un «llamado a la calma» para desactivar las protestas antigubernamentales que sacuden al país y que se extienden a otros sectores.

El gobierno quiere evitar a toda costa que se repitan las escenas de caos del fin de semana pasado, cuando miles de manifestantes tomaron el Arco del Triunfo, montaron barricadas en el corazón de París y prendieron fuego a vehículos, ante la mirada incrédula de residentes y turistas.

«El momento que vivimos ya no es el de la oposición política», dijo el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux, citando a Macron. «El presidente pidió a las fuerzas políticas, sindicales y patronales lanzar un llamado claro y explícito a la calma», agregó el vocero.

«Están en juego la seguridad de los franceses y nuestras instituciones», abundó el primer ministro, Édouard Philippe, en un discurso pronunciado ante la Asamblea Nacional.

Francia vive desde hace tres semanas protestas convocadas por un movimiento popular autodenominado «chalecos amarillos», que empezó como una protesta contra el alza del impuesto a los combustibles y ahora refleja una exasperación social más amplia.

Las protestas comenzaban a extenderse a otros sectores. Varios colegios de secundaria estaban bloqueados el miércoles, por tercer día consecutivo de una movilización en contra de la reforma educativa del gobierno, y los sindicatos estudiantiles llamaron a intensificar las huelgas el jueves.

Los agricultores se sumaron también al desconecto social. El principal sindicato agrícola del país anunció una serie de huelgas la próxima semana en todo el territorio.

– ¿Nuevas concesiones?

El ejecutivo anunció el martes la suspensión de un alza de los combustibles así como la congelación de los precios del gas y la luz para tratar de apaciguar los ánimos.

Es la primera vez que Macron, un exbanquero de inversiones de 40 años, que fue elegido en mayo 2017 con la promesa de «transformar» Francia, da marcha atrás en su ambicioso plan de reformas ante la presión de las calles.

Pero estas medidas parecían ser insuficientes para la mayoría de manifestantes. Solo dos depósitos de carburantes fueron desbloqueados tras los anuncios y las convocatorias a salir a las calles el sábado seguían en pie.

Éric Drouet, un portavoz de los «chalecos amarillos», un colectivo que nació en las redes sociales y que debe su nombre a las prendas fluorescentes obligatorias en los vehículos, llamó a los franceses a congregarse el sábado «cerca de los lugares de poder: los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo o la plaza de la Concordia», frente a la Asamblea Nacional.

Este miércoles el ejecutivo parecía dispuesto a ceder aún más terreno. Benjamin Griveaux entreabrió la puerta a un posible restablecimiento del Impuesto a la Fortuna (ISF), una de las reivindicaciones más frecuentes entre los manifestantes.

«Si algo no funciona, no somos tontos, lo cambiaremos», declaró Griveaux en una entrevista con la radio RTL. Este impuesto fue recortado por el mandatario el año pasado para evitar que las grandes fortunas se vayan al extranjero y ha servido a la oposición para calificar a Macron de «presidente de los ricos».

– Macron se hunde en los sondeos

En una muestra de la tensión latente, Macron fue abucheado e insultado el martes por la noche durante una visita sorpresa a un edificio oficial en Puy-en-Velay, en el centro del país, que fue parcialmente incendiado el fin de semana pasado.

Dieciocho meses después de su elección, la popularidad del joven centrista proeuropeo ha caído de seis puntos. Apenas 23% de los franceses aprueba su gestión, su nivel más bajo.

Las críticas en su contra se escucharon también del otro lado del Atlántico. Su homólogo estadounidense, Donald Trump, con quien mantiene relaciones con altibajos, ironizó el martes sobre las concesiones hechas por el mandatario francés y estimó que esto demuestra que el acuerdo de París sobre el clima es «erróneo».

Trump también retuiteó un mensaje de un activista estudiantil conservador, según el cuál los franceses gritan en las calles de París «Queremos a Trump». La presidencia francesa dijo que no haría ningún comentario sobre los tuits del estadounidense.

Pese a la violencia que ha empañado las manifestaciones, 72% de los franceses sigue apoyando a los «chalecos amarillos», según un sondeo Elabe publicado el miércoles, y 78% estima que los anuncios del gobierno no son suficientes.