El Ministerio de Energía definiría a más tardar el lunes próximo el aumento de los precios de los combustibles para el trimestre julio-setiembre, que fuentes del mercado petrolero estimaron que podría ubicarse alrededor del 7 por ciento. Este nuevo incremento irá a precios y afectará en particular a los sectores más vulnerables.
El incremento se definirá en base a la evolución de la cotización del petróleo (Brent), de los biocombustibles y de la variación registrada por el tipo de cambio en el período abril-junio.
Fuentes del mercado arriesgaron que “podría registrarse un aumento de hasta 5 por ciento en el gasoil y de hasta 7 por ciento en las naftas”, mientras que desde la cartera a cargo de Juan José Aranguren se indicó que “el tema se continúa evaluando”.
El gobierno de Mauricio Macri alcanzó un acuerdo con las petroleras autorizando el traslado de los movimientos del mercado a los surtidores, movimientos que serán pagados por el consumidor final, es decir por usted querido lector.
La consideración técnica del Ministerio se realiza en momentos en que el precio del petróleo Brent ronda los 47,50 dólares, la variedad WTI los 46 dólares por barril y el dólar cotiza en torno a los 16,63 pesos a nivel mayorista y a 16,86 minorista.
De esta manera, el litro de nafta en las estaciones de YPF pasará de 18,43 pesos a 19,72, aproximadamente, y el gasoil subirá de 16,34 el litro a 17,3 pesos.
En el ámbito petrolero se analiza que en la consideración del gobierno cuentan, además de la cuestión técnica, otras de carácter económicas por la incidencia en la inflación, y también políticas, referidas al momento de activarlos.
Cabe destacar que con cada aumento en los combustibles, toda la cadena traslada el incremento a precios, con lo cual es de esperar un nuevo tarifazo en alimentos y bebidas, que afecta directamente a los sectores más vulnerables, pero también en los costos de logística y producción de grandes industrias y PyMEs.
Es decir, todos los bienes de consumo una variación de precios al alza, impactando directamente en el bolsillos de todos los consumidores que ya vienen con el salario planchado por la fuerte inflación que el gobierno aún no logra controlar y las paritarias negociadas a la baja a pedir de Mauricio Macri.