La senadora Nancy González presentó un proyecto de ley para transferir las tierras que la Armada tiene en el Área Natural Protegida Península Valdés.
El proyecto contempla que la Administración permita el ingreso y presencia de personal de esa fuerza para mantener en funcionamiento los faros y balizas del sector.
“Considero que estas tierras de invaluable importancia desde el punto de vista ambiental, deben ser transferidas a la Administración del Área Natural Protegida Península Valdés para que sean integradas al plan de manejo de toda el área declarada Patrimonio de la Humanidad, extendiéndose así sobre las mismas la protección que este especial rincón de nuestro planeta merece”, dijo la senadora Nancy González al argumentar el proyecto que ley mediante el cual propone que la Armada Argentina ceda las tierras y los inmuebles que tiene en Península Valdés.
El proyecto ya fue presentado en el Congreso de la Nación y estipula transferir en forma gratuita a la Administración del Área Natural Protegida Península Valdés la totalidad de los inmuebles propiedad del Estado Nacional-Estado Mayor General de la Armada Argentina, ubicados en la Península Valdés.
Según se informó, no se trata de expulsar a la fuerza del área, en virtud de que la iniciativa contempla que la Administración permita el ingreso y presencia de personal de la Armada para mantener en funcionamiento el auxilio a la navegación constituido por faros y balizas que se encuentran en el sector. En ese sentido, el proyecto aclara que esos artefactos no pueden ser removidos sin la autorización del Ministerio de Defensa de la Nación.
No obstante, el proyecto de ley recuerda que la única función de la Armada en el área es el mantenimiento y la vigilancia de las ayudas a la navegación que se encuentran localizadas a lo largo del litoral costero y que en su mayoría son automáticas, ya que la navegación en la zona fue restringida a raíz de los riesgos que significaba para la fauna local.
El Área Natural Protegida Península Valdés fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999, en Marruecos. Para ello se tuvo en cuenta su extensión de meseta, las salinas y el ambiente costero con playas de acantilado, arena y canto rodado, pero también las especies que conviven en ese lugar.
Es que la península alberga a lobos y elefantes marinos, orcas, delfines, pingüinos de Magallanes, más de 100 especies de aves y a la ballena franca austral, cetáceo que llega todos los años a mediados de mayo para reproducirse, siendo un imán para turistas de todo el mundo.