En el libro diario del boliche de Jones y Neil, ubicado en el lado neuquino del río Limay, se registra el paso de Harry Place -alias Sundance Kid-, Ethel Place y Santiago Ryan -alias Butch Cassidy- quienes estaban de viaje hacia Buenos Aires. “Al parecer ya habían adquirido algunas costumbres patagónicas, ya que, según consta en dicho libro Place y Ryan adquieren dos kilogramos de yerba, uno de azúcar y una bombilla. Luego de departir con sus connacionales, el trío es invitado a alojarse en la estancia debido al mal tiempo reinante” (Marcelo Gavirati. Buscados en la Patagonia).
Un año antes, los bandoleros norteamericanos se habían establecido en Cholila, en el oeste chubutense, y se desenvolvían como honestos hacendados dedicados a la ganadería.
Los Place viajaron hacia Estados Unidos, aparentemente, por “la recaida de Sundance en alguna vieja enfermedad, ya que durante el siguiente mes éste se hace atender en el Hospital de Nueva York”.
Cassidy aprovechó ese tiempo para hacer gestiones en la capital argentina con el fin de convertirse en propietario de las tierras que ocupaban en Chubut, “para lo cual se pone en contacto una vez más con el vicecónsul George Newbery”. Con su asesoramiento, “se presenta en la Oficina de Tierras y Colonias, donde denuncia haber ocupado cuatro leguas cuadradas en el valle de Cholila, solicitando prioridad para la compra a su nombre, Santiago Ryan, y el de su socio, Harry Place”.
Enterados de que el gobierno argentino, luego de resuelto el trazado limítrofe en la Patagonia austral, proyectaba convertir al oeste chubutense en una colonia agrícola, “solicitan, el 16 de mayo de 1902, el reconocimiento formal de su poblamiento para acogerse a los beneficios de la “Ley del Hogar”, mediante la cual el Estado argentino otorgaba un cuarto de legua cuadrada (625 hectáreas) a todo argentino, o extranjero dispuesto a naturalizarse en el término de dos años, en condiciones sumamente ventajosas” (op.cit.).
Esto demuestra que los norteamericanos tenían un proyecto serio de instalarse en el país y de convertirse en estancieros.
Este plan debió modificarse cuando se enteraron que la agencia de detectives Pinkerton estaba tras sus pasos, para detenerlos y remitirlos a su país por la gran cantidad de delitos cometidos allí. Entonces, decidieron huir hacia Bolivia, donde terminaron sus días acribillados por una partida policial.
EFEMÉRIDES Diario del Fin del Mundo