Los Pumas vencieron 33-10 a Canadá y se llevan el Oro en los Juegos Panamericanos 2019 en Villa María del Triunfo.
Algunos lloran, otros se abrazan, todos se acercan a la tribuna para saludar a sus familiares. Hay desahogo en el seleccionado de rugby seven argentino que en Lima era candidato pero, aún así, debía sacarse de encima las finales perdidas con Canadá en Guadalajara 2011 y Toronto 2015. Hay felicidad porque haber estado 212 días lejos de la familia y dedicados ciento por ciento al rugby tuvieron premio con la medalla de oro, así lo reseño el Diario el Clarín en su portal web.
A pesar de lo abultado del resultado (33-10), el try del canadiense Morra a los 31 segundos sorprendió a Los Pumas. En otro momento, quizás, pudo haberlos condenado a la plata. Pero eso cambió. Santiago Gómez Cora, una vez que tuvo el juego aceitado, decidió incorporar en sus jugadores un aspecto vital: el entrenamiento mental. “Fue lo más importante que hicimos. El trabajo del juego ya estaba hecho y lo físico también. Pero nos faltaba focalizar y visualizar los momentos de templanza en los que fallamos hace cuatro años. Y a partir de ahí hicimos un trabajo de concentración, de tratar de subir y bajar en el mismo fin de semana”, le explica el DT del campeón panamericano a Clarín.
Es él también el que tiene los 212 días contados en los que estuvo lejos de su hijo. Contempla, además, que a los jugadores del Interior hay que sumarles todavía más. Y también resalta que “por eso lo disfrutan y se emocionan tanto”. “Cuando hablan de profesionales no se trata de lo económico, es sentimiento y eso hacen día a día. Por eso a veces da mucha pena cuando pierden porque dejan todo y todo se debe ver plasmado en un ratito. No se trata de una semana ni un mes. Son años de trabajo. Y este año, además, que ellos apostaron a jugar solo seven”, explica.
Los tries de Luciano González Rizzoni (2), Germán Schulz, Bazán Vélez y Franco Sábato, más cuatro conversiones de Santiago Mare, encaminaron el triunfo que no opacó ni el try de Duke cuando la chicharra ya había sonado y el grito de «dale campeón» ya bajaba desde la tribuna del estadio del flamante complejo deportivo Villa María del Triunfo.
«Representa muchas cosas este oro. Si bien para nosotros es algo raro porque el seven es olímpico desde hace poco, era lo que queríamos y merecíamos, lo que estábamos buscando hace un montón. Representa también nuestras familias y nuestras novias que hicieron el esfuerzo de venir hasta acá. Representa a nuestros clubes y a la Argentina. Es un desahogo porque lo queríamos mucho», remarca el capitán del equipo, Santiago Álvarez.
El cordobés Fernando Luna no puede ocultar la emoción porque esta preparación para él incluyó estar «más en Buenos Aires que en casa». «Este año no pude jugar con el club, que es otra cosa que se deja porque entrenamos en Buenos Aires para estar en el equipo. Hicimos mil viajes y dejamos mil cosas pero pudimos cumplir los objetivos gracias al esfuerzo de todo el año», agrega. Esas metas de las que habla son este oro y el sudamericano que se jugó en Chile en junio y que les dio el pasaje a Tokio 2020.
«¿Si se puede soñar con el oro olímpico? Nos queda un año para seguir y siempre trabajamos para ser lo más competitivos posible. Después hay que ser realistas. No puedo ser último y pretender ser campeón olímpico, es ser obtuso. Queremos ser competitivos en el año para llegar a una realidad. Si estoy entre los cuatro, es normal que apunte a una medalla. No hay batacazo, hay laburo«, valora Gómez Cora, y afirma que «como entrenador es el logro más importante» de su carrera porque «hacerse fuerte en la región era el objetivo».
«La vida siempre da revancha. La espina de Toronto no me la puedo sacar porque ya la perdimos y éramos los mejores, y eso da bronca y queda. Pero te da experiencia también para no cometer el mismo error. Ahora que nos hicimos fuertes adentro, vamos por más», asegura en el final. Es tiempo de volver a casa.