Una investigadora en Australia constató que los cadáveres se mueven incluso más de un año después del fallecimiento de la persona.
Alyson Wilsones investigadora en una de las únicas «granja de cuerpos» fuera de Estados Unidos, que se encuentra en un lugar no divulgado al público en las afueras de Sídney, Australia.
El término » granja de cuerpos» se refiere a centros que investigan la descomposición de cadáveres para ayudar a la policía y a los patólogos en investigaciones criminales.
El centro donde trabaja Wilson tiene el nombre oficial de Instalación Australiana de Investigación Experimental Tafonómica (AFTER por sus siglas en inglés), que fue establecida en 2016 (la tafonomía, del griego «taphos», enterramiento, y «nomos», ley, es la ciencia que estudia los procesos de descomposición de organismos y su fosilización).
Como parte de sus investigaciones, Wilson registró durante 17 meses imágenes con la técnica time lapsede uno de los cadáveres en la instalación.
Las observaciones de Wilson aún no han sido publicadas en un estudio, pero la investigadora habló de su trabajo con la cadena australiana ABC y con otros medios internacionales como la agencia AFP.
Wilson señaló a AFP que, en una de las instancias registradas, los brazos que estaban junto al cadáver en el momento de la muerte acabaron abiertos hacia los lados.
«Creemos que los movimientos se relacionan con el proceso de descomposición a medida que el cuerpo se momifica y los ligamentos se secan», señaló la investigadora.
Las filmaciones de Wilson son una continuación de un estudio anterior sobre fotografía time lapse en el estudio de cadáveres, que fue publicada este año en la revista Forensic Science International: Synergy.
Investigaciones policiales
La investigación de Wilson fue supervisada por la antropóloga forense y criminóloga Xanthe Mallett, profesora de la Universidad de Newcastle en Australia.
Mallett señaló a la cadena ABC que las observaciones de los movimientos en cadáveres son importantes porque la policía asume en general que la posición en que se halla un cadáver es la que tenía en el momento del fallecimiento, a menos de que haya pruebas claras de que los restos fueron movidos.
«Hasta donde yo sé, es la primera vez que se captan en cámara los movimientos en el proceso de descomposición», afirmó Mallett.
Wilson señaló que «cuando lo policía hace un mapa del lugar de un crimen, registra la posición del cuerpo de la víctima y de cualquier evidencia que pueda ayudar a comprender la causa de muerte».
Esta técnica ayuda a la policía a descifrar las circunstancias de la muerte y saber si se trató de un homicidio o una muerte natural.
«Si una persona muere de una sobredosis de drogas, la policía esperará hallar una jeringa en la mano o muy cerca de la mano de la persona fallecida», afirmó Wilson.
«Pero debido a los movimientos postmortem, las manos pueden haberse movido bastante lejos de la jeringa. Y eso podría llevar a una interpretación errónea de la causa de muerte».
Viaje a México
Wilson señaló a AFP que su pasión por la antropología forense nació luego de trabajar en México en un proyecto de clasificación de esqueletos mayas.
«Desde niña siempre tuve un interés en la muerte y en qué sucede cuando el cuerpo se descompone tras la muerte», relató.
«Tal vez el interés me surgió por crecer en un establecimiento ganadero, donde veía continuamente ese proceso en animales».
«Cuando me di cuenta de que ningún estudio en el mundo había intentado cuantificar los movimientos de cadáveres humanos, me dije, yo lo voy a hacer», informó La Nación.