El 10 de abril nació el primer premio Nobel argentino y, en su memoria, investigadoras e investigadores celebran su día.
Como cada 10 de abril, este viernes se celebra el Día del Investigador Científico, en conmemoración al nacimiento de Bernardo Houssay, primer premio Nobel argentino y latinoamericano y fundador del Conicet.
Houssay nació hace 133 años, en 1887, en Buenos Aires. Sus padres Clara Laffont y Alberto Guillermo Houssay, ambos franceses, decidieron que Bernardo, su cuarto hijo, estudiara en la Argentina a diferencia de sus hermanos.
Su mente brillante se dejó ver desde muy joven, como relatan Irina y Solange, dos de sus nietas: “Nuestro abuelo llegó a disfrutar de la gran biblioteca paterna desde muy pequeño. Comenzó la escuela primaria y sin dificultades continuó rindiendo exámenes para terminarla en tan sólo dos años”.
“A los 13, se recibe de Bachiller en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Decide, a sus 14 años, continuar con sus estudios universitarios, pero al no poder ingresar en la carrera de Medicina por su corta edad, se anotó en la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, obteniendo su título de Farmacéutico con solo 17 años”, contaron.
Lejos de conformarse, Houssay siguió estudiando: en 1911, a los 23, se graduó de médico, y ya desde los 21 ejercía como profesor en la Universidad de Buenos Aires. El laboratorio y la docencia fueron sus grandes pasiones.
Se casó en 1920 con María Angélica Catan, una doctora en Química a quien conoció trabajando en el Instituto Bacteriológico del Departamento Nacional de Higiene. Juntos tuvieron dos hijos, quienes también se dedicaron a la medicina, al igual que dos de sus diez nietos.
En 1922, Houssay recibió el Premio Nacional de Ciencias por su trabajo sobre la acción fisiológica de los extractos hipofisiarios. También sumó en su carrera como investigador 18 doctorados honoris Causa, 127 medallas y condecoraciones, y 286 certificados y diplomas de honor, entre otros.
Su exitosa carrera de investigador alcanzó su pico el 10 de diciembre de 1947, cuando recibió en la Academia Sueca, en Estocolmo, el premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre el papel que juegan las hormonas de la glándula pituitaria en la regulación de la cantidad de glucosa de la sangre en los animales, estudios que posibilitaron nuevos avances en el tratamiento de la diabetes, según difunde el portal Educ.ar.
Once años más tarde, y convencido en que era necesario un organismo gubernamental que albergue a la comunidad científica, Houssay fundó en 1958 el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Fue su presidente desde la creación hasta su muerte, el 27 de septiembre de 1971.
“No deseo estatuas, placas, premios, calles o institutos cuando muera. Mi voluntad es que no se haga nada de eso. Mis esperanzas son otras. Deseo que mi país contribuya al adelanto científico y cultural del mundo actual, que tenga artistas, pensadores y científicos que enriquezcan nuestra cultura y cuya obra sea beneficiosa para nuestro país, nuestros compatriotas y la especie humana”, expresó en una de sus citas más recordadas, señaló Télam.