Lo aseguró el intendente de Esquel, Sergio Ongarato, quien ayer se reunió con comerciantes de su localidad, desesperados porque pasan los días, las prohibiciones se mantienen y las deudas se acumulan.
Ongarato aseguró que muchos le advirtieron en la reunión que están dispuestos a abrir aunque luego los clausuren, arriesgándose a que al menos puedan mantener las persianas levantadas por dos o tres días para recuperar algo.
«Cuando llegue ese punto va a ser irreversible porque nos podrá al Estado en una situación muy compleja» reconoció Ongarato.
El intendente de Esquel propicia que exista una apertura de los comercios con los recaudos sanitarios para evitar la propagación del virus.
Aseguró que esa ciudad es distintas que otras, sin casos de COVID 19 declarados y no está en contacto con accesos del exterior como podría ocurrir con las localidades portuarias.
Los peluqueros, propietarios de tiendas, locales de regalería y hasta gimnasios son los que más reclaman que se flexibilicen las prohibiciones para poder trabajar, porque de lo contrario no podrán abrir nunca más sus locales y pasarán a ser «un asistido más del estado».
Aseguró que le envió un protocolo a las autoridades provinciales para que les permitan una apertura «administrada», pero reconoció que «ya me veo venir una respuesta negativa».
Se mostró extrañado también porque frente a tantas restricciones la gente sigue llegando como puede, incluso un vehículo con 35 vecinos de Esquel que se habían quedado varados en otros lugares lograron retornar y nadie sabe cómo lo hicieron, ni tampoco de qué manera atravesaron los controles en los límites provinciales que supuestamente existen.
«Ese es uno de los grandes misterios que dejará la pandemia» dijo Ongarato con tono irónico.
Recordó que mucho no pueden hacer desde esa comuna más que lo que hizo, lo que incluye una línea de crédito para los comerciantes de hasta 100.000 pesos, que transformó a la municipalidad en una financiera que «no corresponde pero no queda otra» se defendió.
También exhibió su preocupación por los alrededor de 28 vecinos de Esquel que están varados en el principado de Andorra, al que viajaron para hacer la temporada como trabajadores en los centros de esquí, señaló Radio Chubut.