Los residentes de Wuhan, la ciudad china cuna del coronavirus, retomaban hoy poco a poco sus actividades mientras se adaptaban a la nueva normalidad tras 76 días cuarentena, con un esquema que incluye el uso obligatorio de mascarillas, códigos sanitarios y distancia social.
Ayer, unos 52.000 pasajeros salieron de Wuhan en tren, avión o autobús, mientras que otras 31.000 entraron a la ciudad, que tiene 11 millones de habitantes y es capital de la provincia de Hubei.
Sin embargo, las limitaciones para circular seguían siendo la norma en la ciudad donde se registraron los primeros contagios por el virus, a principios de diciembre de 2019, y que fue puesta en cuarentena el 23 de enero.
«Esta comunidad no tiene contagiados, pero eso no significa que haya cero riesgos. Prepare su código QR verde para usar el transporte público y mantenga la distancia social», dice un cartel colocado sobre una de las vallas que impiden que la gente salga de las comunidades de vecinos.
A la par que los ciudadanos comenzaban a poder circular, el tráfico volvía a complicar la circulación en algunas calles, como la avenida Dazhilu, donde el tránsito enérgico de bicicletas, peatones y autos rompió la calma de los últimos dos meses, informó la agencia de noticias EFE.
La apertura de locales, como los de telefonía, generó largas colas de personas buscando realizar trámites atrasados en tiendas como Huawei o Apple.
Otras personas simplemente paseaban a sus perros, se tomaban fotos, pedían comida para llevar o salían a caminar y hacer ejercicios por la rivera que da al río Yangtsé, hasta hace unos pocos meses uno de los principales centros turísticos de la ciudad.
En un café, uno de los empleados, se mostró confiado en que poco a poco volverá la normalidad. «La gente volverá a consumir como de costumbre. Creo que la gente joven no tendrá traumas ni nada por el estilo, pero para la gente más mayor va a ser diferente», dijo el hombre a EFE.