La nena, que tiene síndrome de down, hidrocefalia, una cardiopatía congénita y un edema pulmonar, debía viajar en esa aeronave a Buenos Aires para recibir atención médica de urgencia y probablemente ser operada. Su padre, que estaba con ella en la ambulancia, presenció directamente el accidente.
Este martes, cerca de las 23 horas, Jazmín Amelie Serna Torres, una nena de 3 años con síndrome de Down, esperaba ahí mismo -en el interior de una ambulancia junto a su papá- al avión sanitario que iría a buscarla para llevarla de urgencia al Instituto Cardiológico de Buenos Aires, muy probablemente para ser sometida a una operación del corazón, la segunda desde que nació, detalla Infobae.
En el momento del aterrizaje, sin embargo, el avión se estrelló y quedó envuelto en una nube de humo y fuego en medio de una niebla muy densa que interrumpía la visibilidad. El médico Federico Bassi y el enfermero Patricio Walmsley que viajaban para asistir el traslado murieron en el acto a causa de las heridas sufridas en el impacto. El piloto, Mariano La Torre, y el copiloto, Ángel Martín Gamboa, sobrevivieron y permanecen internados en terapia intensiva del Hospital Zonal de Esquel.
Jazmín nació en Buenos Aires con síndrome de Down, un problema cardíaco congénito e hidrocefalia y fue operada en la cabeza a los cinco meses de su nacimiento. Actualmente tiene un estado de salud muy delicado: casi no habla ni camina y, como vive en Esquel con su familia, debe viajar aproximadamente cada tres meses a Buenos Aires para recibir atención médica y hacerse controles. Desde su nacimiento y su primera operación, Emmanuel y María de los Ángeles, sus padres, saben que Jazmín deberá ser operada del corazón por segunda vez en el corto plazo, ahora que es más grande.
En el último tiempo, la salud de su hija se agravó aún más. Cuando la pandemia de coronavirus llegó a la Argentina, todas las actividades y tratamientos médicos que realizaba todos los días, como por ejemplo sesiones de kinesiología, se interrumpieron. “Ahora con la cuarentena volvió todo para atrás”, resume Doreen, su abuela materna, en diálogo con Infobae. “Los chicos tenían que volver en septiembre y de ahí veían si la operaban de nuevo. Pero en el último tiempo estuvo muy mal y hace tres días estaba internada. Esto surgió porque acá no hay terapia para niños y se pidió la derivación. Acá no le pueden hacer nada”.
“Sinceramente no sabemos en qué momento se complicó tanto su enfermedad. Ella tiene un umbral de dolor muy alto, no levanta fiebre y nunca manifiesta lo que le pasa porque es muy fuerte”, dice su mamá. “Lo único que puede comer es papilla y teníamos problemas para que comiera. Eso hizo que le bajara la defensas. Se ve que su cuerpo no aguantó más porque le hicimos estudios y estaba prácticamente desnutrida y al límite de la transfusión. Yo deje de trabajar para estar con ella y como es tan fuerte nunca nos dio señales de eso”.
“Fue todo muy rápido pero empezaron a hacerle tratamientos, empezó a ponerse morada, a reaccionar muy rara y determinaron que podía ser una infección. Cuando empezó a mejorar, esa misma noche en el hospital le agarró una crisis muy fea durmiendo y convulsionó, que nunca lo había hecho. La analizaron, descartaron algunas cosas y como no saben bien que tiene y como su corazón estaba raro y se le estaban llenando de líquido los pulmones, y además acá no hay terapia intensiva para niños, nos dijeron que la tenían que derivar porque si se llega a descompensar acá en Esquel no hay forma de salvarle la vida”, continúa por teléfono su mamá, que hace días que no duerme de corrido y pasó en las últimas horas por todas las emociones.
Cuando se solicitó el traslado, su padre, que trabaja en el equipo técnico en el Canal 4 de Esquel, recibió asistencia de la obra social del Sindicato Argentino de Televisión (Satsaid), que, como no estaba disponible el avión sanitario del Gobierno de Chubut, coordinó la llegada desde San Fernando del avión sanitario privado que unas horas después terminaría en tragedia.
Este martes, acompañada únicamente por su papá, de acuerdo a los protocolos sanitarios en medio de la pandemia, Jazmín esperaba en la ambulancia el aterrizaje de la aeronave para poder viajar. El doctor Bassi, que ejercía como cardiólogo de la Unidad Coronaria del Sanatorio Modelo de Quilmes y en el Hospital Argerich, y el enfermero Patricio Walmsley, una eminencia en Aeroevacuación médica argentina, iban a asistirla durante todo el traslado.
De un momento a otro, mientras descendía, el avión se estrelló contra la pista y ambos murieron. Si bien aún se desconocen los motivos precisos del accidente, sometidos actualmente a un proceso de investigación por parte de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), la primera información indica que la visibilidad en las inmediaciones del aeropuerto de Esquel era nula.
“Ayer no dormí en todo el día, vine a la casa de mi mamá con mi hija mas chica y cuando me logré dormir un segundo en el sillón me llamó mi marido y me dijo ‘quedate tranquila, no llegamos a subirnos pero el avión se cayó’. Y se cortó la llamada. Me quede muy angustiada, es muy grave y muy doloroso lo que pasó. Emmanuel estaba ahí y se tuvo que quedar con Jazmin y yo preocupada acá porque no sabía como estaba ella, que si o si tenia que viajar y la estaba esperando”.
“Él está muy mal. Vieron la explosión, sentían el olor a combustible y escuchaban los gritos. Se acercaron con la médica a ayudar pero había tanta niebla en la pista que no podían ver nada”, contó Doreen.
En ese contexto, Jazmín debió ser llevada de vuelta de urgencia al hospital zonal de Esquel, a la espera del vuelo a Buenos Aires que partió este miércoles pasado el mediodía. Su madre es la única que está con ella en el hospital mientras tanto, y desde luego nadie puede visitarla. Su abuela ahora solo la ve por fotos: “La vi mejor, estaba medio hinchada pero por lo menos está durmiendo bien. Son muy estrictos con las visitas en el hospital”.
Mientras tanto, Doreen cuida también a Noa, la hermana menor de Jazmín, que todavía no llega a los dos años. “Su papá hace dos días que no duerme, así que se tiró a dormir un poco antes del vuelo porque si no, no lo iba a aguantar. Ella está conmigo pero de a poco entiende todo, así que tengo que entretenerla todo lo posible porque la situación es muy complicada. Su hermana Jazmín sí o sí se tiene que ir a Buenos Aires”.