Las mafias se estarían aprovechando del confinamiento para reforzar su control, lo que supone más extorsión, narcotráfico, violencia sexual y de género.
La delicada situación de los miles de migrantes y desplazados centroamericanos -720.000 personas habían abandonado sus hogares hasta fines de 2019- amenaza con agravarse bajo la acción de la pandemia de coronavirus, sobre todo por las restricciones de movimientos impuestas para evitar la expansión del brote, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Casi la mitad de estas personas huyeron a otras zonas dentro de su propio país, entre ellas 247.000 en Honduras y unas 71.500 en El Salvador, pero muchas otras han optado por cruzar fronteras, en su mayoría rumbo al norte, hacia Estados Unidos, principal destino de las denominadas caravanas.
«Una situación cada vez peor de violencia e inseguridad crónicas, sumada a las restricciones relacionadas con la Covid-19, pone en peligro las vidas y empeora la situación para decenas de miles de personas en el norte de Centroamérica», advirtió un portavoz de Acnur, Andrej Mahecic, reprodujo la agencia Europa Press.
Las mafias se estarían aprovechando del confinamiento para «reforzar su control», lo que supone más extorsión, narcotráfico, violencia sexual y de género.
Según Mahecic, «utilizan desapariciones forzosas, asesinatos y amenazas de muerte contra quienes no cumplen».
Las restricciones de movimiento complican también la búsqueda de protección, hasta el punto de que «quienes necesitan escapar para salvar sus vidas se enfrentan a mayores obstáculos», y suponen la pérdida de las fuentes de ingresos para numerosos hogares vulnerables, especialmente en el sector informal.
Los líderes locales en las zonas de «alto riesgo», principal fuente de información de Acnur, advirtieron a la organización internacional que habrá «un rápido incremento en el desplazamiento forzado en cuanto se levanten las medidas de confinamiento».
La agencia reforzó sus programas para tratar de paliar el impacto de las restricciones sobre la población local, por ejemplo con asistencia en efectivo para los desplazados internos o el reparto de cestas de comida o utensilios de higiene. La actual situación, avisóo Mahecic, podría «revertir el progreso» logrado hasta ahora.
En tanto, el independiente Observatorio Ciudadano Covid-19 elevó este viernes a 233 muertos y a 1.270 los casos sospechosos en Nicaragua, cuyo gobierno reconoce únicamente 25 contagios y ocho fallecidos, desde que la pandemia ingresó oficialmente al país, a mediados de marzo pasado.
Según ese Observatorio, que localiza de forma independiente casos no reconocidos por las autoridades, la cantidad de personas contagiadas aumentó de 765 a 1.270 en la última semana, es decir 505 nuevos casos sospechosos para un 62 % de incremento, recogió la agencia de noticias EFE.
Las autoridades de salud de Panamá dijeron este viernes que se registraron seis muertes más y 150 nuevos casos, para un acumulado de 266 decesos y 9.268 contagios confirmados de la enfermedad.
La cifra de fallecidos en El Salvador se elevó a 25 este viernes con dos nuevos casos, mientras que los recuperados sumaron 417 y los contagios suman 1.150, informó el ministerio de Salud.
Sin embargo, el dato dramático en la capital salvadoreña lo dio un grupo de familias que colgó banderas blancas en señal de que necesitan alimentos para enfrentar la cuarentena y de que sus recursos se han agotado, según pudo constatar EFEeste viernes.
En una casa ubicada en el Centro Histórico de San Salvador, en la que habitan 17 personas de distintas familias, decidieron colocar la señal y un cartel para pedir ayuda, sin que las autoridades estatales respondieran al menos por tres días.
Los muertos en Honduras desde marzo ya suman 134 y 2.460 los casos de contagiados, informó este viernes el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), mientras que el gobierno, ante mucha gente que no usa mascarilla, aboga ante el Parlamento para que sea obligatorio llevarla puesta.
Cuba mantendrá por ahora sus fronteras cerradas y seguirá sin recibir turistas, pero aprovecha este paro forzoso del sector para realizar mantenimiento y mejoras en sus instalaciones hoteleras y para elaborar protocolos sanitarios que permitan reabrir en condiciones seguras frente a la Covid-19.
El ministerio cubano de Salud emitió este viernes un comunicado en el que no se menciona un horizonte temporal para la reapertura al turismo: «en aras de proteger la seguridad sanitaria nacional, premisa fundamental del Estado cubano, no se abrirán nuestras fronteras, ni se activarán los servicios turísticos, hasta tanto sea indicado por el Gobierno de la República de Cuba», subraya.
El turismo es una fuente vital de ingresos para el país, que antes de que estallara esta crisis sanitaria ya atravesaba importantes problemas económicos agravados por el bloqueo y las nuevas sanciones de Estados Unidos, la crisis de su aliada Venezuela y la ineficiencia de su economía planificada.
Cuba lleva registradas 79 muertes por Covid-19 de 1.830 casos confirmados, señaló Télam.