El presidente Alberto Fernández aseguró que próximamente el Gobierno hará una «contraoferta» a los bonistas y dijo que hay advertencias en el mundo hacia los acreedores de que «están tirando de la cuerda más de lo debido».
El presidente Alberto Fernández afirmó que en los próximos días el gobierno presentará a los acreedores una nueva «contraoferta», con el objetivo de avanzar en el proceso de reestructuración de deuda emitida bajo legislación extranjera.
De cara a este objetivo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, ultima los detalles para terminar de confeccionar una enmienda a la propuesta efectuada originalmente a los acreedores el 20 de abril pasado, de manera de girarla a la comisión de valores de Estados Unidos (SEC) ante del viernes a las 18, momento en que vence la oferta vigente.
Al respecto, Alberto Fernández reiteró que próximamente el Gobierno hará una «contraoferta» a los bonistas, en el marco de la renegociación con los acreedores y dijo que hay advertencias en el mundo hacia los acreedores de que «están tirando de la cuerda más de lo debido».
«Nosotros hicimos una oferta de buena fe y los acreedores la rechazaron, dijeron que era muy baja, nos explicaron los motivos y nosotros reconsideramos nuestra oferta y vamos a hacer una nueva contraoferta tratando de acercarnos», enfatizó el Presidente en declaraciones a Radio Con Vos.
Asimismo, enfatizó que «ha habido en el mundo muchas declaraciones que le advirtieron a los acreedores que están tirando de la cuerda más de lo debido» y expresó su confianza de que se pueda «llegar a un acuerdo».
En ese marco, el Presidente insistió en que no negociará un entendimiento que «sea un problema futuro para la Argentina» ni tampoco cerrará un acuerdo «que ponga en riesgo la vida de los argentinos».
«Lo que necesito es que la Argentina tenga una deuda que sea sostenible en el tiempo y que sea sustentable, y que el que me siga pueda cumplirla», insistió.
Fuentes del mercado especulan con que Argentina, que se encuentra en default técnico desde el 22 de mayo pasado, extenderá el plazo para alcanzar un acuerdo con los acreedores por al menos 10 días más, lo mínimo necesario para procesar y ejecutar el ingreso a la nueva propuesta, de llegar a alcanzarse un acuerdo.
El ministro Guzmán ya había anticipado la semana pasada que una vez realizada la enmienda el plazo para negociar el canje de la deuda, por casi 67.000 millones de dólares, debería volver a extenderse.
La presentación ante la SEC tendrá su espejo en un nuevo decreto que se publicará en el Boletín Oficial, con el que se oficializará formalmente la enmienda de la oferta argentina y de los nuevos plazos.
A partir de entonces la intención oficial es suscribir nuevos acuerdos de confidencialidad con los grupos de bonistas para dar lugar a una nueva ronda de negociaciones, en donde los acreedores tendrán la oportunidad de analizar la nueva propuesta en pos de alcanzar un acuerdo.
La oferta será modificada por el Gobierno en base a las recomendaciones que realizó el FMI el lunes de la semana pasada, organismo que respaldó la proposición argentina en la que consideró que había un pequeño margen para mejorarla, sin afectar los objetivos de sustentabilidad de la deuda.
En el Gobierno aseguran que es momento para una «propuesta definitiva», si bien podría tener alguna alteración mínima en base a la eventual sugerencia de acreedores, que tienen intereses muy diferentes entre sí y promueven cada uno distintos tipos de instrumentos y condiciones.
La última oferta del gobierno fue comenzar a pagar en 2022 -cuando inicialmente era en 2023-, y reducir la quita en intereses, entre otras cuestiones.
En el mercado valuaban esa oferta más cerca de 40 centavos por dólar, mientras que la propuesta de los acreedores rondaría los 50 centavos por dólar en los títulos emitidos entre 2005 y 2010.
Las especulaciones de los analistas son que, con todo, la nueva versión de la oferta que presentará el gobierno argentino no superará los 50 centavos por dólar.